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Revelan que 1.443 viviendas están gravemente afectadas tras terremoto

Según el balance realizado hasta el 4 de julio por la Seremi de la Región de Tarapacá, de 3.602 viviendas, 960 presentan un daño menor, 665 un daño mayor y 778 son irrecuperables. Al respecto, el ingeniero de la U. de Chile Roberto Saragoni hizo un llamado a no seguir construyendo conjuntos habitacionales que no cumplan con las normas antisísmicas.[Actualizada]


El secretario regional ministerial de la Vivienda y Urbanismo (Seremi) de la Región de Tarapacá, Gregorio Paz, informó a El Mostrador.cl que la evaluación de los daños que causó el terremoto en las provincias de Iquique y Arica, ya está prácticamente terminada y sólo tendrá una variación de un 5 a 6%.



Según explica, de 3.602 viviendas encuestadas hasta el 4 de julio, 960 presentan un daño menor, 665 un daño mayor y 778 son irrecuperables.



Las viviendas Serviu con daños graves ascienden a 447, y comprenden principalmente los conjuntos habitacionales de: Matilla II, Mauque, Huantajaya I-II, Los Puquios IV, Raúl Rettig, Villa Frei y Santa Rosa de Huara I-II.(*)



"De acuerdo a estos antecedentes, en realidad podemos decir que las viviendas Serviu se comportaron excelentemente bien. Por ejemplo, en Iquique están catastradas 1.347 viviendas, de esas 409 tienen daño menor, 257 daño menor y 232 están colapsadas o son irrecuperables", señaló Paz. Al mismo tiempo aclaró que el ministerio califica que se comportaron bien las viviendas Serviu porque los daños en ese tipo de viviendas se dan principalmente "por ampliaciones mal realizadas".



A pesar de lo anterior, admite que en la población Raúl Rettig, que es un conjunto de 630 viviendas, "tuvimos alrededor de 25 viviendas que realmente sufrieron un daño estructural serio, que no tenían ampliaciones. Pero, en general, estamos muy contentos porque las viviendas Serviu soportaron bien este terremoto 7,9, y lo daños están dados por construcciones en sectores de alto riesgo y por ampliaciones mal realizadas", puntualizó.







La autoridad señaló que daño mayor significa que la vivienda tiene daños graves estructurales, pero es recuperable, aunque precisa que es muy difícil determinar si la gente podrá seguir o no habitándolas ya que dicha situación tiene que ser vista caso por caso.



"Es difícil tener una línea de separación justa entre lo que es irrecuperable y lo que es recuperable, de modo que en algún momento podría aumentar el número de las primeras", advirtió el Seremi.



Respecto de las responsabilidades de las empresas privadas que construyeron las casas, Gregorio Paz, explicó que la mayoría de las viviendas con daños son del año 1993 (al margen del conjunto Raúl Rettig que es del 2000).



"Desde ese punto de vista lógicamente hay que buscar las responsabilidades de las empresas, pero lo que tenemos claro es que parece que alguna de esas empresas se fueron a la quiebra, lo mismo que pasó con el conjunto Santa Ana (Pozo Almonte), por lo que ahora tiene que hacerse cargo quien mandó a construir las casas, en este caso nosotros", puntualizó.



La Seremi informó además que hasta el momento están trabajando con un presupuesto de 9.600 millones de pesos que van a servir para financiar 5.500 millones para más de 5 mil subsidios directos. Los otros son para trasladar a personas que habitan en sectores de riesgo.







Viviendas no deben colapsar



Pero no sólo el gobierno está encargado de realizar un balance. Paralelamente 20 sismólogos e ingenieros de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, dirigidos por el ingeniero sísmico, Roberto Saragoni, se encuentran evaluando los daños que dejó el terremoto en la Primera Región.



"La vivienda social vista en su conjunto se comportó bien. Ahora en lo particular, hay casas como las de Pozo Almonte que nosotros como universidad sabemos que se comportan mal. Éstas tuvieron suerte que la intensidad en el lugar del sismo fuera de siete grados, ya que si están en Huara esas casas se caen. Eso lo que tienen que entender (en el ministerio) esas casas no las pueden construir", afirmó.



Según Saragoni, el problema que afectó a las viviendas de dicha localidad tuvo su origen en la ausencia de muros en las construcciones, ya que tienen un solo machón (muro corto) que lógicamente no resistió el movimiento telúrico. Por lo cual recomienda hacer nuevas viviendas o instalar un muro de hormigón completo.



Lo que le preocupa al ingeniero es que estos conjuntos habitacionales fueron construidos por la misma empresa que construyó las viviendas que se cayeron en el terremoto de Punitaqui en 1997.



"Esto hay que pararlo, es un crimen seguir haciéndolo porque a la hora que están en un lugar de más intensidad las casas se caen", señaló.



Finalmente, comentó que están analizando cómo reconstruir las casas de adobe de las poblaciones aimaras. Lo más preocupante para Saragoni es que no se puede llegar e instalar paredes de hormigos decoradas con adobe para mantener la tradición.



"La habitabilidad del hormigón no es muy buena, hay que pensar que estamos hablando de pueblos que están ubicados sobre los 4 mil metros, donde hace mucho frio en la noche y mucho calor en el día. Desde ese punto de vista no es un buen aislante térmico, pero si es antisísmico, por lo que hay que manejar la alternativa de la albañilería", concluyó.



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(*)Esta precisión se incluyó -tras la publicación de la nota- a petición del Seremi de la Vivienda de la Primera Región, con el fin de detallar el impacto real en las casas Serviu.



Contacto con CGI a:



carlos.gonzalez@elmostrador.cl

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