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«Don’t believe the truth»: El esperado renacer de Oasis

Tras dos años sin aparecer en las disquerías, la banda retoma el rumbo y aparece fuerte con su nueva apuesta musical. Sonidos setenteros y guitarras clásicas deambulan libremente por esta nueva placa (con tónica de renacimiento musical) de los Gallagher.


En la década de los noventa, muchos críticos reconocieron la presencia de una de las más influyentes tendencias del último tiempo. El brit pop aterrizaba en todos los continentes de la mano de grupos como Suede, Pulp y Blur. Canciones llegadas desde la fría Inglaterra resonaban en las radios, se apoderaban de los rankings y parecían compartir solo una premisa: recuperar sonidos clásicos, vibrar con la psicodelia de los setenta y adquirir una actitud que pronto se transformó en moda.



Oasis fue parte de esta delegación de ingleses que pronto se posicionaron como importantes referentes del pop de los noventa. Con un sonido y puesta en escena claramente influenciados por The Beatles, la banda liderada por los hermanos Gallagher sorprendió al mundo con su primer disco. "Definetely Maybe" (1994) gozó de excelentes críticas y, por supuesto, de enormes ventas. Con una apuesta que unía rock y pop con estribillos inolvidables, además de asuntos extra musicales como la rivalidad entre los hermanos Liam y Noel, no pasó mucho tiempo para que la banda fuera conocida. Y alabada.

Tras dos años de ausencia en las disquerías, llega "Don`t believe the truth", el sexto disco en la carrera de estos ingleses. Con canciones que suenan a éxitos ya probados, como el single promocional "Lyla" y "The importance of being idle", la banda retoma la fuerza y creatividad de antaño. Si los fanáticos disfrutaron con los dos primeros discos y se decepcionaron con el camino errado que por un momento tomaron los Gallagher, sin duda disfrutaran la nueva apuesta del grupo.



Desfilan por el nuevo disco temas de la autoría de Liam y Noel. También los otros músicos indagan en la composición, tal como la primera canción, "Turn up the sun", de la autoría del bajista Andy Bell. Es así como se conforma "Don’t believe the truth": rock and roll con sonidos setenteros, guitarras que emulan a los grandes como The Beatles o los Rolling Stones, armónicas y panderos de la mano de Liam. Todo lo bueno de Oasis, los sonidos que los hicieron ya un clásico con apenas una década de trayectoria, reunidos en un disco que nos desafía a no creer en la verdad.



Oasis creció bajo la sombra de uno de los grandes. The Beatles siempre fue un fantasma con el que disfrutaban jugar. Desde el nombre de la banda, sacado del primer local donde tocaron Lennon, Star, Harrison y Mcartney en Manchester, hasta el título del tercer disco (en clara referencia a una canción de los chicos de Liverpool), es innegable su fuerte presencia. En un comienzo era casi imitación. Ahora Oasis nos demuestra que ya puede solo.

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