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‘No creí por un segundo que Lavín y su gente pudieran estar detrás de esto’

El asesor programático y político del comando del abanderado de Renovación Nacional no cree posible que el equipo de Lavín esté involucrado en una »guerra sucia». »No me calza, me niego a pensar así», sostiene. Aún así, reconoce que le hubiera gustado una aclaración más rápida y tajante del candidato UDI, para evitar las sospechas.


Felipe Bulnes, 36 años, es uno de los asesores centrales del comando de Sebastián Piñera, donde desempeña un rol importante tanto a nivel programático como político, cargo en el que ya tuvo una breve experiencia, dado que alcanzó a estar un par de meses en el comando de Joaquín Lavín, pero debió abandonarlo rápidamente cuando Renovación Nacional proclamó al empresario.



Pese a su cercanía con Lavín, Bulnes fue capaz de hacer el switch para apoyar con ganas la emergente candidatura del dueño de Chilevisión, porque está convencido de que "Sebastián Piñera sería un mejor presidente de la República y su proyecto para el país sería una transformación mucho más potente y profunda de la que haría Joaquín Lavín".



Este abogado de la Universidad Católica, master en Harvard y socio de la firma Ortúzar, Aguila y Bulnes Abogados, reconoce que está cansado y tapado de pega. Divide su tiempo como puede entre la oficina y el comando de Piñera. Y, admite, los dos han estado bastante movidos en el último tiempo.



La semana pasada el tema más comentado en Renovación Nacional, y el más polémico, fue la posible "guerra sucia" para dejar mal parado a Piñera. Aunque aún no hay pruebas que lo ameriten, muchos de los cercanos al empresario no han dudado en hacer acusaciones a diestra y siniestra sobre las vinculaciones del comando de Lavín con la filtración de un informe de Investigaciones y su posterior publicación en el diario El Mercurio.



Fiel a su estilo diplomático y cauto, Bulnes adopta un discurso muy parecido al que hizo gala -aunque con complicaciones- Sergio Díez el jueves recién pasado, cuando afirmó que era una "ligereza" hacer vinculaciones con el entorno de Lavín antes de tener pruebas para ello.



"Si bien yo descarto y no creí por un segundo que Lavín y su gente pudieran estar detrás de esto, creo que por las coincidencias desafortunadas que se vivieron en este caso que es sano para la política y para el propio comando de Lavín que se dieran explicaciones rápidas y tajantes que evitaran seguir validando las sospechas de cualquiera", sostiene.



No hay guerra sucia



-¿Faltó una posición más frontal o más clara de parte del comando de Lavín?
– Yo habría salido inmediatamente a despejar el tema y explicar que no tiene ninguna vinculación con el comando y que se trató de una conducta personal de alguien que, al parecer, corrió con colores propios. No me calza que el comando de Joaquín Lavín esté en una política sucia contra Sebastián Piñera. Me niego a pensar así.



Hay un hecho objetivo, que es que Paula Afani era miembro de este comando y, según los datos que han ido apareciendo, ella pudo haber cumplido dos roles en esto: en primer lugar, sus investigaciones las pudo haber hecho mientras formaba parte del comando de Lavín, cosa que te pone en situación de a lo menos como comando de tomar distancia y, en segundo lugar, su relación con Rómulo Aitken introduce sospechas de que éste pudo haber sido la fuente de filtración.



-¿Considera justo que Piñera haya planteado sus dudas públicamente sobre la posible vinculación del comando de Lavín?
– La palabra justo no es el adjetivo que queremos usar. Mi recomendación es no hacerlo. No le corresponde a Sebastián y no es conveniente que él empiece a apuntar culpables y que el Gobierno y quienes de refilón se vean involucrados en esta situación, como el comando de Lavín, concurran a dar sus explicaciones.



Lo que le corresponde a Sebastián es más bien plantear su molestia frente a lo ocurrido, que fue lo que primero hizo, aunque fue un paso más allá porque cuando uno se ve involucrado en esto, que es tan desconcertante y que habla de volver a políticas sucias que el país vivió, es comprensible que uno tenga una reacción así.



"Ya no sabemos qué investiga el Gobierno"



-¿Porqué cree que el tono que empleó el comando de Piñera con el Gobierno fue distinto al que se ocupó con el comando de Lavín?
-Lo que pasa es que no son situaciones equivalentes. Cada cual participa en este problema a través de distintos ángulos. Respecto del Gobierno llama profundamente la atención qué hace Investigaciones monitoreando las actividades privadas de un candidato presidencial.



-¿Como abogado usted sabe si es legal hacer ese tipo de averiguaciones?
-Más que legal o no me parece sorprendente. Son prácticas que por lo delicadas que resultan, por los ruidos que generan y por las dudas que abren debieran eliminarse o transparentarse. Yo no tendría ningún problema, si es que se quiere investigar el impacto en las comunidades originarias, pero lo primero que uno espera es que se le informe al propio investigado de qué se trata.



-¿Usted sabe si la investigación se remonta a los tiempos en que Henderson era dueño de las tierras?
-Lo que pasa es que ya no sabemos qué es lo que investiga el Gobierno. Aquí se filtró, pero de no ser así nunca se habría sabido.



-¿Qué le parece que la respuesta de parte del Gobierno haya sido dar de baja al ex comisario Marcos Sánchez Ponce?¿Le parece suficiente?
-Es solamente una señal. Obviamente que aquí han ocurrido irregularidades y tienen que asumir las responsabilidades, pero creo que las señales no pueden terminar en eso.



-¿Qué más espera del Gobierno?
-Que en definitiva, aparezca la persona que le corresponde asumir las responsabilidades en el rango correspondiente. Yo creo que este funcionario es un funcionario menor y no puede ser el principio y el fin de todo este problema. Tienen que haber superiores que asuman la negligencia o un posible complot.



-Sánchez era amigo de Rómulo Aitken ¿considera que esto da pie para hacer especulaciones?
-Más allá que las especulaciones que se le pueden ocurrir a cualquiera, no. Es obvio que da para especulaciones y que hay ciertas pistas que la investigación de este asunto rápidamente permite ir amarrando cabos.




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