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‘No entiendo porqué Lagos exige perdón cuando la derecha sí ha hecho gestos’

Académica de la Universidad de Chile cree que cuando Lagos llama la atención a los civiles, se refiere tanto a personas vinculadas a partidos de derecha como a los medios vinculados al régimen militar. Con ello, estima, actúa en un sentido contrario a la imagen de un Presidente de la reconciliación que pretende proyectar.


Descolocada y sorprendida está la historiadora Sofía Correa con las últimas actuaciones de Ricardo Lagos. Cree que existen contradicciones en su comportamiento ya que, por un lado, intenta ser el Presidente de la reconciliación y apoyar proyectos como la rebaja de penas carcelarias a ex uniformados vinculados a violaciones a los derechos humanos y, casi inmediatamente, exige que los civiles que participaron de algún modo en el régimen militar que pidan perdón públicamente.



Según la académica de la Universidad de Chile, estudiosa de la derecha chilena en la historia, es difícil entender estas actitudes erráticas del mandatario. A su juicio, "la derecha ha hecho muchos gestos para alejarse de la figura de Augusto Pinochet y de la dictadura".



Una de las hipótesis que teje con respecto a las últimas actuaciones del presidente -como por ejemplo su carta a El Mercurio acusándolo de ser un medio "al servicio de una tribu" y la vuelta atrás en el proyecto de indulto- es la dicotomía entre el discurso que asume para ser "el Presidente de todos los chilenos" y aquél que necesita para dejar tranquila a la izquierda.



"Lagos ha sido un Presidente muy cercano a los empresarios y muy cercano a la derecha. De hecho, la derecha lo apoya casi sin condiciones. Sin embargo, la candidata del Partido Socialista es una mujer que se está presentando como más de izquierda de lo que ha sido hasta ahora la Concertación. Ahí está el dilema de él.", explica Sofía.



Actuaciones confusas



-¿A qué cree que se debe este cambio de actitud del presidente Lagos, en que experimenta un vuelco con respecto al proyecto de indulto a ex uniformados, hace un llamado a los civiles a pedir perdón y, por último dirige una dura carta al director de El Mercurio?
-La verdad es que las últimas actuaciones del Presidente de la República son un tanto confusas. Me refiero al indulto al suboficial Manuel Contreras, que estaba encausado por el asesinato de Tucapel Jiménez, un caso clave dentro del tema de los derechos humanos. Después viene el llamado de atención y, por último, la carta a El Mercurio, que me parece que está fuera de tono. No sólo por la forma en que se expresa sino que el hecho mismo de enviar una carta al director es algo inusual, nunca habíamos visto algo así.



-Eso aún no está claro, al parecer el presidente le envió una carta privada a Agustín Edwards.
-Sí, pero si uno le manda una carta al director de El Mercurio sabe que es publicable. Creo que estas actitudes de Lagos confunden a la opinión pública.



-¿A qué se puede deber este cambio?
-Hay muchas interpretaciones. La carta al director indica que hay una molestia enorme con respecto a los temas de probidad que afectan a la familia de Luisa Durán. Por otra parte, cuando Lagos hace el llamado de atención a los civiles se refiere, obviamente, a personas que están vinculadas con partidos de derecha, pero también a los medios de comunicación que actuaron durante la dictadura. En ese contexto, habría que entender que El Mercurio informe destacadamente sobre un asunto de probidad que afecta a un familiar de Lagos, y la carta presidencial. Hay una fuerte tensión entre el Presidente y El Mercurio, un medir fuerzas, que se refleja tanto en el llamado a pedir perdón como en la carta.



«Sí ha habido gestos de la derecha»



-¿Pero por qué no llamó a pedir perdón con anterioridad?
-Creo que estas actitudes tienen que ver con una cierta fascinación por el discurso, con la idea de que es el discurso el que crea las realidades. No entiendo por qué Lagos exige declaraciones de perdón cuando la derecha sí ha tenido gestos. Más allá de las declaraciones verbales, sí ha habido gestos por parte de la derecha. Cuando Lavín dice que hubiera votado que No en el plebiscito si hubiera tenido toda la información está haciendo un mea culpa. Un gesto que le costó muy caro, por lo demás, pues provocó la candidatura de Piñera. El hecho de que Pinochet sea una figura política aislada y que no haya nadie en la clase política que lo defienda, también es una manera de distanciarse de la dictadura, así como también es un gesto la aprobación de las reformas constitucionales. Habiendo estas señales no entiendo cual es el propósito que tiene Lagos con respecto al mundo de la derecha. ¿Qué es lo que se propone?



Se han dado pasos importantes de desapego de la dictadura, si bien todavía los partidos de derecha están dirigidos por personas que tuvieron roles importantes durante la dictadura. A lo mejor, Lagos quiere que la derecha haga un mea culpa como el que hizo el general Cheyre, una especie de empate verbal entre los pilares de la dictadura, aunque también se puede deber a fines electorales.



-Quizás busque dar una señal a la izquierda para que apoye la candidatura de Michelle BacheletÂ…
– Entonces tendría razón Jovino Novoa (senador UDI), quien lo acusó de estar jugando el papel de generalísimo de campaña. Además, todo esto se contradice con la imagen de sí mismo que Lagos quería dejar, de que era el presidente de todos los chilenos y por eso tenía que hacer gestos como dar el indulto. A no ser que se pretenda a estas alturas profundizar las responsabilidades, pero eso ya no se trata de un mea culpa, sino que definir bien qué responsabilidades militares hubo y qué responsabilidades políticas tuvieron los civiles en la dictadura.



Para una verdadera reconciliación



-¿Cree que es necesario definir bien las responsabilidades políticas para que exista una verdadera reconciliación?
– Creo que es importante asumir las responsabilidades políticas, aunque eso sólo signifique que las personas responsables dejen de tener cargos públicos hoy. Me parece chocante que personas que tuvieron responsabilidades políticas en la dictadura hoy día sigan siendo dirigentes de partido (en alusión obvia a Jovino Novoa y a Sergio Díez), o que sean rectores de universidades privadas.



Además, para que haya reconciliación es necesario que haya verdad y recién se destapó la olla de Colonia Dignidad y recién se está sabiendo más del caso de un oficial asesinado por tráfico de armas a Croacia el año 92. Por otro lado, me parece que la izquierda no ha hecho un real proceso de autocrítica sino que una conversión al modelo, que es distinto. La izquierda en vez de asumir el pasado lo ha negado y ha partido de cero de nuevo. La autocrítica requiere recoger el pasado y procesarlo.



-Y en este clima donde hay cosas todavía no resueltas ¿están los tiempos para hablar de indulto a ex uniformados?
– Creo que hoy día no hay piso suficiente para aplicar ese indulto a casos emblemáticos. Aplicar el indulto de ese modo no me parece que sea el camino de la reconciliación. Me da la impresión que Lagos quiere quedar como el Presidente magnánimo, como el Presidente de la reconciliación y aprueba el indulto, pero luego se da cuenta de que no hay ese piso, de que deja en una situación muy difícil a Michelle Bachelet. Entonces echa marcha atrás y exige un reconocimiento desde el mundo civil.



Lagos ha sido un Presidente muy cercano a los empresarios y muy cercano a la derecha. De hecho la derecha lo apoya casi sin condiciones. Sin embargo, la candidata del partido socialista es una mujer que se está presentando como más de izquierda de lo que ha sido hasta ahora la Concertación. Ahí está el dilema de él.



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