La diferencia entre hacer una campaña con dinero y hacer una con lo básico se notará este año en Renovación Nacional, ya que lo aportes del sector privado han sido escasos y cada candidato debe ingeniárselas para competir, reemplazando recursos por creatividad. Las donaciones, en tanto, comenzarán a llegar a mediados de octubre.
A la espera de que el Servel apruebe formalmente todas las candidaturas parlamentarias están los candidatos de Renovación Nacional antes de iniciar la campaña «de verdad». En quince días más el Tricel dará término al proceso de revisión de las postulaciones rechazadas y recién ahí los candidatos podrán recibir donaciones reservadas para poder inyectarle fuerza a sus campañas.
Como la confirmación de las candidaturas ocurrirá a mediados de octubre hay un cierto nerviosismo entre los candidatos, muchos de los cuales no cuentan con dinero para hacer campaña y tienen que batírselas con afiches repartidos por el partido (un paquete básico debido a que no es mucho lo que se ha recaudado) y con sus propios recursos.
Y es que en la tienda de Antonio Varas no están preocupados por el techo que les impone la ley sobre Control y Límite de Gasto Electoral -la cual restringe la cantidad de dinero que se puede invertir en las elecciones- sino que por asegurar un piso mínimo para realizar la campañas y los postulantes se preparan para enfrentar estas elecciones armados de mucha creatividad pero poco dinero.
Con calculadora en mano el doctor Alberto Gyhra, candidato a senador por la Octava Región Costa, se encuentra elaborando el presupuesto para su campaña. Dice que hasta ahora el partido no le ha pasado «ni un peso» pero que sí le entregaron papelería como calendarios de bolsillo y carteles publicitarios. Según indica, el límite de gasto que le impone la ley es de 370 millones de pesos, pero «mi presupuesto no llega ni a la mitad».
«La UDI realiza campañas multimillonarias»
El senador por la Segunda Región, Carlos Cantero, reitera que Renovación no aporta dineros frescos para las campañas sino un paquete básico de afiches y carteles, por lo que cada candidato debe moverse por su cuenta para conseguirse la plata. Aún así está tranquilo, pues cree que con el prestigio que tiene en la zona le puede ganar a «aquellos que piensan que pueden comprar los votos con dinero», en una clara alusión al candidato de la UDI, Cristián Leay.
«Es una inmensa desventaja. La UDI realiza campañas multimillonarias ya que tiene una vinculación con el poder económico muy grande. En la Segunda Región hay un candidato que representa al poder económico que tiene un gasto de recursos francamente inmoral», agrega Cantero.
Pero en RN no sólo se sienten en desventaja con respecto a gremialismo sino que también con la Concertación. Osvaldo Carvajal, vicepresidente de RN y encargado de la recolección de fondos para la campaña junto con Carlos Larraín observa con ironía: «Nos impresiona el tremendo gasto electoral de la Concertación y la capacidad de obtener donaciones del sector privado».
Agrega que la devolución de dineros que contempla la ley es de alrededor de 500 pesos por cada voto obtenido, cifra casi irrisoria en comparación al gasto real que tiene una campaña. En RN el monto fluctúa entre los 1.500 y 3.000 pesos por voto, dependiendo del candidato y si se gastara lo mismo que permite la ley de gasto ascendería a 5.000 pesos por voto.
Además, señala que por el bien de la Alianza las personas que donan dinero a la UDI deberían también hacer aportes a RN, ya que «no se puede correr con una sola pierna» y anuncia la pronta apertura de un sitio web dedicado exclusivamente a recibir aportes de personas naturales (www.tesoreriarn.cl, sitio en construcción).
Campaña austera
Lily Pérez, candidata de la Región Metropolitana, señala que el financiamiento para su campaña lo obtuvo de un crédito que pidió al banco, además de aportes que le entregaron algunas empresas. Aún así, afirma que su presupuesto es la mitad de lo que le permite la ley, que es de alrededor de 705 millones de pesos y se queja: «Hay candidatos que tienen un despliegue impactante y me parece grosero el gasto que están haciendo en esta campaña».
En tanto, el postulante independiente por Santiago Poniente, Roberto Fantuzzi, reconoce que está «cero peso» y que aún no ha llegado ningún cartel con su foto para poner en su circunscripción. «Yo no estoy corriendo la carrera todavía ya que no tengo presencia en las calles y la gente no sabe que estoy de candidato», asegura.
Explica que no pondrá plata de su propio bolsillo y que suplirá la falta de recursos con creatividad, la misma que fue tan celebrada en las comidas de Asexma. Tan conocida es su faceta creativa que fue invitado a la reunión de directiva que realizó ayer esa colectividad y se le pidió que aportara ideas para la campaña parlamentaria. El límite de gasto en su zona es de 690 millones de pesos, pero lo más probable es que cuente sólo con 300 o 400 millones.
Longton: «Ajustados pero bien»
Por otra parte, uno de los candidatos que estaban más complicados por el tema de la plata, Arturo Longton -quien incluso pidió que le aseguraran el financiamiento antes de aceptar la postulación- se mostró satisfecho en relación a los dineros. «Estamos ajustados pero bien», declaró y aseguró que el aporte privado sumado a los afiches financiados por Sebastián Piñera (sólo aquellos en que aparece el empresario, por supuesto) le dan un margen razonable para comenzar la campaña.
Eduardo Catalán, candidato a senador por la Duodécima Región, reconoce haber recibido bastantes aportes de personas cercanas, lo cual sumado a sus ahorros personales le alcanza para hacer una campaña digna. Pero asevera que no todos en la zona son tan austeros como él, en referencia al candidato independiente Carlos Bianchi, quien habría empezado a hacer campaña con mucho tiempo de anticipación. De hecho, el candidato gremialista Sergio Fernández, pedirá la revisión del gasto de esa candidatura.
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