Ex secretario ejecutivo de la Conama y actual presidente del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Rafael Asenjo, plantea que una fórmula para sacar adelante la iniciativa es apurar lo relativo al fomento, y discutir con más calma lo referido a la conservación. Para la ambientalista Adriana Hoffman, la propuesta es inviable.
Una solución similar a la aplicada en el sector pesquero y eléctrico propone el ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) y actual presidente del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Rafael Asenjo, para destrabar el proyecto de ley de Bosque Nativo y de Fomento Forestal: una ley "corta" y otra "larga".
El tema fue objeto de preocupación en el seminario sobre medio ambiente que se realizó ayer en la Universidad Católica, donde tres de los cuatro candidatos presidenciales en competencia, Michelle Bachelet, Tomás Hirsch y Sebastián Piñera, coincidieron en que el actual proyecto no puede ser aprobado por el Congreso porque, paradójicamente, atenta contra su propia existencia, ya que permite, por ejemplo, que el bosque esclerófilo de la zona central pueda ser sustituido por plantaciones hortofrutícolas.
La iniciativa ingresó al Parlamento el 28 de abril de 1992, pese a todo el tiempo transcurrido, el Ejecutivo y el Legislativo no han logrado aunar criterios en torno a la protección de este recurso natural. En la actualidad, el texto se encuentra a punto de ingresar a la comisión de Hacienda del Senado, pero los parlamentarios de las comisiones unidas de Agricultura y Medio Ambiente aún no ratifican su despacho.
El cuestionamiento de los candidatos fue bien recibido entre los ambientalistas y pequeños propietarios de bosques, agrupados en la Red de Bosque Nativo, quienes afirmaron, a través de su coordinadora Flavia Liberona, que «queda claro con esto que no están dadas las condiciones políticas para aprobar una ley como la que está en el Congreso. El presidente Lagos debe sopesar esto y retirar la urgencia al proyecto de ley».
Separar fomento de protección
Para Asenjo, quien a su vez es miembro de la Comisión Internacional de Derecho Ambiental (Icel) de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), la idea es hacer una ley "corta" con aquellos aspectos relacionados con el régimen de fomento del uso sustentable del bosque nativo, como el de las bonificaciones a los pequeños propietarios poseedores de este recurso; y una "larga", con lo relativo a la conservación.
El experto argumenta que existe "bastante acuerdo" sobre el primer punto y no así en el segundo, por lo que sería válido fragmentar la iniciativa. "La discusión se ha generado y se ha mantenido muy activa, en todos aquellos otros temas del proyecto que dicen relación más bien con conservación y con temas ambientales, que con el fomento del uso productivo del bosque nativo", señala.
"Entonces, en la discusión "corta" hagamos rápidamente una ley que el bosque nativo espera hace muchos años, porque a diferencia del tema de las plantaciones forestales (en manos de las grandes empresas), el bosque nativo está en manos de pequeños campesinos, agricultores y productores. Ellos necesitan un régimen de bonificación que les permita manejar sustentablemente el bosque nativo. Por eso, solucionemos eso y echemos a operar un sistema de bonificación, como la que hubo para crear todo el sector forestal con el Decreto N°701 (de Fomento Forestal), y paralelamente iniciemos una discusión mucho más de peso, mucho más sustantiva, dedicada a la conservación", agregó.
Respecto de los más de 12 años de discusión de la ley en el Congreso, Asenjo señaló que "es un ejemplo de la incapacidad que tenemos como sociedad de enfrentar con altura de miras un tema que es extraordinariamente relevante. Cuando vinieron los fiscalizadores de la OCDE para el informe de evaluación ambiental, no podían creer que se ha discutido la ley de 1992".
Según se explica originalmente en la ley, la idea de bonificar a quienes posean bosque nativo se debe a que éstos «presentan un elevado potencial de crecimiento que, como se ha podido apreciar, mejoraría significativamente con manejo, pudiendo duplicarse o incluso triplicarse; un requisito básico para que esos niveles de productividad se logren es que las masas estén sometidas a manejo, superando la situación de extremo desorden y heterogeneidad que hoy presentan y que sólo favorece intervenciones selectivas («floreos»), ya sea para la producción de astillas, madera aserrada o leña o una combinación de ellas".
Reparos de Hoffman
No obstante, la ex directora de la Comisión Nacional del Medio Ambiente y actual coordinadora de nacional de la ONG "Defensores del Bosque Chileno", Adriana Hoffman, se mostró en completo desacuerdo con la propuesta, ya que a su juicio la fórmula pasa porque el Ejecutivo le quite la suma urgencia al proyecto y se inicie una nueva discusión, volviendo así al espíritu del acuerdo que se logró hace algunos años en la denominada Mesa Forestal.
"No creo, creo que no corresponde, este un tema de la estrategia, de las políticas…Estas leyes que aparecen así, para resolver una historia tan larga en último momento, son inviables", aseveró.
Para Hoffman, hay que continuar discutiendo una política de largo plazo para los recursos forestales, naturales y desarrollar una estrategia de conservación de la biodiversidad y no hacer leyes "cortas", ni "largas", a lo sumo plantea que debería modificarse del decreto N°701 para incorporarle un artículo que contemple subsidios para el manejo del bosque nativo.
"Pero no hacer nada más (que la modificación) porque la actual ley es patética. Por eso nosotros estamos pidiendo que se le quite urgencia y que realmente trabajemos seriamente en una ley de bosques", expresó.
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