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Nuevos directores del Goethe: «Queremos ser mediadores culturales»

Matrimonio Maiworm se hizo cargo, a partir de agosto, de la dirección de este centro que quiere actuar como interfaz entre la cultura germana y chilena. Junto a las clases de español y de alemán, el instituto ofrece mucho más: por ejemplo una biblioteca voluminosa y eventos de todos los ámbitos. El lugar, Esmeralda 650, ya está establecido como un lugar de encuentro.


Judith Maiworm (51 años, licenciada en filología alemana y filosofía) y su marido Reinhard Maiworm (50 años, licenciado en alemán e historia) asumieron sus nuevos puestos como responsables del Instituto Goethe en Chile hace casi tres meses, después de trabajar juntos en los Estados Unidos (en la filial del instituto de Ohio, que ya no existe, y en el instituto de Nueva York). Después de esta experiencia, ella trabajó los últimos 4 años en un ente estatal, relacionado con los asuntos exteriores de Alemania, específicamente en el ámbito de cultura y enfocado hacia el área de Latinoamérica y allí se despertó su interés para este continente, y al mismo tiempo su esposo era director en el Instituto Goethe de Berlin.



Lo especial de su caso es que hasta ahora sólo habían cuatros parejas que compartieron la dirección de un Instituto Goethe en algún momento, pero ahora el matrimonio Maiworm es la única pareja en ejercicio. Las direcciones cambian frecuentemente y lo usual es que la estancia de los encargados en cada lugar dura entre 3 y 6 años. Este es un sistema de alternancia que busca generar una dinámica de continuidad y cambio. Así se rompe la rutina que viene seguramente con los años y se renuevan las cosas.



-Me gustaría saber si ustedes tienen la intención de hacer algunos cambios y qué clase de modificaciones son aquellas en las que están pensando.



-Reinhard Maiworm: Cuando empezamos aquí ya existía una buena infraestructura. Hasta que no conozcamos a la gente chilena y el país no podemos tomar decisiones demasiado rápidas. Todavía estamos en una fase de orientación. Debemos sentir el impulso de Chile y encontrar los temas que les gustan al pueblo chileno y encontrar, a su vez, temas comunes con Alemania. Por supuesto habrá cambios porque antes solo hubo un director y ahora somos dos, así que podemos acentuar mucho más algunos aspectos que nos interesan. Por ejemplo, ya encontramos muy buenas condiciones en al ámbito de teatro. Sin embargo, queremos también aumentar el intercambio de los artistas entre Chile y Alemania.



-Judith Maiworm: Nos hemos repartido las tareas de administración. Yo soy responsable del personal y mi esposo del presupuesto. Mi especialidad es el teatro y el baile, pero en este último asunto todavía no tenemos un proyecto muy definido pero espero que pueda encontrar algo. Para nosotros también es muy importante la cooperación con otros institutos europeos. Queremos subir el nivel de la colaboración con un petición en tal sentido a la Unión Europea.



-R.M.: Por ejemplo, formulamos junto con los franceses una petición de ayuda económica para un festival de compositores contemporáneos que se celebraría cada dos años. Otro énfasis que queremos marcar es el del tema de la televisión, su calidad en Chile y la difícil relación entre audiencias, inteligencia y realidad. De hecho, esta semana tuvimos algunos debates sobre el tema en el Goethe Institut, con la presencia de tres invitados de alto nivel.



-¿Cómo valoran la situación actual del Instituto Goethe en Santiago y desde cuándo existe ya este centro en la capital de Chile?



-J.M: En Santiago de Chile advertimos un gran interés por los temas culturales relacionados con Alemania y mucha gente ya tenía contacto con Alemania, pues participó en un intercambio o en un programa determinado. En los Estados Unidos, en cambio, debíamos entusiasmar a la gente para que trabajase con nosotros. La necesidad de un intercambio está mucho más presente aquí. Un razón sería que después de los años de dictadura el pueblo chileno desea liberarse del aislamiento. El instituto es más un mediador que sólo un presentador de sus propios programas. Establecemos la comunicación entre los artistas alemanes y chilenos y el centro en sí ya es un lugar de encuentro. Porque también celebramos muchos eventos de otras instituciones aquí.



-R.M: Tenemos muchas veces que rechazar a parte del público en nuestros actos, porque estos están llenos. Vienen sobre todo los jóvenes, de entre 20 y 30 años. Este instituto existe ya desde hace 50 años, si contamos la época de la asociación, que era lo que había antes, junto con la existencia del Instituto como tal. Creo que está demás preguntarse por el sentido de este centro.



-Su institución ofrece mucho en todos los ámbitos como al auspiciar ciclos de cine alemán y el Goethefest (una celebración de los alumnos que estudian el idioma germano pero abierta a todo público) ¿Cuáles son otras de las actividades que Uds. ofrecen?



-R.M.: Tenemos tres partes importantes en el instituto. La primera parte es el programa que se compone de películas, bailes, exposiciones y actividades vinculadas con la ciencia. La segunda es la sección de la enseñanza de idiomas. Damos clases de español y de alemán, y también tenemos la posibilidad de la capacitación de los profesores. La última parte consiste en el trabajo de la biblioteca. La gente puede buscar informaciones sobre temas especiales y prestamos libros, videos y DVD. Además, ofrecemos formación de bibliotecarios en nuestro instituto.
La mayoría de nuestros visitantes son chilenos. Estamos en Chile y nuestra misión es fortalecer las relaciones culturales y políticas entre Chile y Alemania. Unos mil estudiantes aprenden en nuestro instituto, aquí en Chile, la lengua alemana. Pero tenemos además clases de español porque debemos financiarnos. Como somos expertos en idiomas viene mucha gente para aprender castellano aquí.



-J.M.: Lasa organizaciones y los institutos alemanes trabajan estrechamente juntos. Son todos miembros del Deutsch-Chilenischen Bund que está muy bien organizado (tiene más de 38 miembros y administra los archivos de inmigrantes alemanes). Por su influencia y su poder, aun tiene un referente de cultura, y es un socio potencial para nosotros. Es que la idea del Instituto Goethe es no sólo ofrecer a los alemanes en el extranjero un calendario cultural sino buscamos más el dialogo con nuestros colegas aquí en Chile. Queremos ayudar también a instituciones y deseamos presentarnos en otros regiones como el sur de Chile, donde hubo una gran inmigración alemana.



-R.M.: Ya tenemos una gran oferta de servicios para todas las demandas. Por ejemplo, mandamos paquetes de videos y de películas a otras ciudades.



-Ustedes tienen como socios locales al proyecto "Biblioteca Viva". ¿Cómo es la cooperación generalmente con los instituciones chilenos en el ámbito cultural?



-J.M.: La cooperación con otros instituciones y organizaciones es una condición para nuestro trabajo no sólo en Chile sino en todo el mundo. El principio del Instituto Goethe es la colaboración y no sólo la presentación de hechos culturales. Tampoco somos una agencia que importa programas y eventos. La idea es buscar y encontrar temas juntos con las organizaciones chilenas. Tenemos una buena cooperación con la Biblioteca Viva. Queremos motivar juntos el pueblo chileno para que lea más. Pero también con los universidades o instituciones músicos tenemos buenos contactos y la intención de aumentar estos estructuras.



-¿Porque tiene la película alemana "La caída" del realizador Oliver Hirschbiegel, tanto éxito en Chile? Los alemanes tienen a veces muchos problemas con su historia ¿Ve usted tal vez una comunidad en ese aspecto con los chilenos y su manera de recordar al pasado reciente?



-R.M.: Primero es el interés y la curiosidad en la historia y si una película se acerca a un hombre como Hitler, todavía más. Pero sería mejor mostrar este película con otras de este temática como "Los últimos días de Sophie Scholl" (una joven miembro de la resistencia alemana, a la que los nazis mataron y todavía es muy conocida). En Santiago hay un festival del cine que todavía es pequeño pero queremos trabajar juntos con ellos y tal vez mostrar algunas películas con este tema pero de diferentes géneros.



-J.M.: Si esta película va junto con un programa de discusiones y otras películas tendría más sentido. Así, "La caida" está sola, sin conexión con otros hechos, y mi opinión es que es fatal acercarse a Hitler como hombre.



-Este año celebraron con muchos eventos el año de Schiller y el de Einstein. El año que viene es el mundial de fútbol en Alemania. ¿Qué eventos y ceremonias se organiza en relación con este suceso?



-R.M.: Para el año que viene celebraremos el año de Sigmund Freud (1856-1939, fundador del psicoanálisis), se recuerda el 150 aniversario de su nacimiento, y también recordaremos a la filosofa Hannah Arendt que nació en 1906. No debemos olvidar al escritor Bertold Brecht (1898-1956) y el 50 aniversario de su fallecimiento. Sobre todo recordar su poesía sería muy interesante porque a los chilenos les gusta mucho.
Pero lo más importante es por supuesto el fútbol. ¡Qué pena que la selección chilena ya no puede participar en este certamen! Pero sin embargo tendremos una exposición sobre la temática y un circuito de películas sobre el fútbol, shoot moving – shoot goals. Y si tenemos suerte quizás podamos traer a un equipo juvenil de Alemania que hará un tour por Sudamérica, exactamente por Brasil y Uruguay, y si es posible lo traeremos también a Argentina y a Chile.



-El Instituto tiene un stand en la Feria Internacional de libros en Santiago, que se celebra desde el 25 de octubre hasta el 5 de noviembre. ¿Cuáles son los planes para esta muestra?



-J.M.: Es la primera vez que participamos en este feria y tenemos un stand junto con la Biblioteca Viva, así queremos demostrar nuestra cooperación. Presentaremos un programa con un punto central en la literatura juvenil y las películas para los niños.



-Todos los miércoles tienen un Stammtisch (tertulia) ¿Para quién es este cita y que sentido tiene?



– R.M.: Este Stammtisch es una iniciativa del bibliotecario. Quiere integrar a sus clientes y es para todo la gente que se interesa en la cultura y lengua alemana. Entonces es un lugar de encuentro. Todos los miércoles tiene lugar en el Wunderbar (Constitución 270), a las 20 hrs.




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