Junta Calificadora del Ejército ya decidió los nombres de los generales que conformarán el alto mando el 2006. Entre los ascensos destacan los de Tulio Hermosilla, quien condujo el sumario interno por el caso Antuco, y Miguel Trincado, quien dio el fallo en primera instancia en el tema de las armas a Croacia que sólo condenó a un capitán, un sargento y un suboficial.
El Presidente Ricardo Lagos ya tiene en sus manos a los candidatos que pueden suceder al actual comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, quien dejará el cargo el próximo 10 de marzo, tras cumplir su período de cuatro años. El miércoles, la Junta Calificadora de la institución castrense resolvió los ascensos y retiros de oficiales, conformando de esta forma la quina entre la que deberá resolver el mandatario.
Como era previsible, los generales Juan Carlos Salgado y Javier Urbina pasarán a retiro a partir del 1 de enero de 2006, cuando ambos cumplirán el límite de 38 años de servicio en la institución. Como ha venido siendo una norma de los gobiernos democráticos, se optó por no aplicar la ley "Canessa", que permite extender la carrera del jefe de Estado Mayor, en el caso de Urbina.
Con esta decisión, la quina de oficiales entre los que saldrá el sucesor de Cheyre es encabezada por el general Óscar Izurieta Ferrer, un hombre que viene de una familia con tradición militar. Su padre, de igual nombre, fue jefe del Ejército durante el gobierno de Jorge Alessandri, en la década del sesenta, y su primo, Ricardo Izurieta Caffarena, fue el sucesor de Augusto Pinochet.
Este año, el oficial estuvo a cargo de Institutos y Doctrinas del Ejército, que debe velar por la formación y el perfeccionamiento del personal. Entre sus destinaciones, además, se encuentran la de agregado militar en Londres cuando se produjo el arresto de Pinochet, y la jefatura en la misión militar en Washington. Además, es magíster en Ciencias Políticas y Ciencias Militares.
Analistas de defensa comentaron que Izurieta Ferrer es uno de los hombres con mayores posibilidades de suceder a Cheyre, ya que "es de las nuevas generaciones de oficiales generales, ha estado en puestos importantes en el extranjero y es una persona que se caracteriza por su capacidad para trabajar en equipo".
Los otros cuatro
El segundo lugar del listado lo ocupa Jorge Matus, actual director de Logística de la institución. Fue jefe de la Misión Militar en Washington y concurrente en Canadá, y se desempeñó como secretario del Ejército cuando Izurieta Caffarena estaba al mando del Ejército. Cuenta con un magíster en Ciencias Militares con mención en Planificación y Estrategia Militar y, pese a tener un buen currículo, analistas creen que "tiene un bajo perfil".
Luego se encuentra el general Alfredo Ewing, quien actualmente se desempeña como jefe del Comando de Operaciones Terrestres y, en esa calidad, tuvo un importante rol en el rescate de las víctimas de la tragedia de Antuco.
Ha tenido cargos de importancia como director de Inteligencia, director de personal y estuvo al mando de la Academia de Guerra, al igual que Cheyre. Es "brillante", según comentaron sus cercanos, y prueba de ello se encuentran un magíster en Recursos Humanos y Ciencias Militares, y un doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales, Contabilidad y Organización de Empresas.
Según expertos en Defensa, Ewing "es un candidato fuerte, pero le puede restar bonos el caso Antuco, aunque él no tuvo ninguna responsabilidad, sino que tuvo que salir a administrar esa crisis. De hecho, el que salió finalmente del cargo fue el jefe de la zona, el general Rodolfo González".
En el cuarto lugar quedó el general Antonio Martínez, quien se desempeña como jefe de Operaciones del Ejército y que con anterioridad había ejercido como en jefe de la VII División y agregado militar en Brasil. Al igual que Matus, su desempeño es calificado como "excelente", pero "de bajo perfil".
Como número cinco se ubicó el general José Miguel Piuzzi, quien fue director de la Academia de Guerra, jefe de la misión militar en Washington y actualmente está a cargo del Comando de Apoyo Logístico del Ejército.
Aumenta el número de generales
Además de Salgado y Urbina, deberán abandonar la institución otros tres generales: Carlos Cid, Luis Clavel y Fernando Romero. A ellos se suma Rodolfo González, quien presentó su renuncia por el caso Antuco, debido a que estaba a cargo de la división en la que se registró la tragedia en la que murieron 45 soldados.
En tanto, ascendieron a general de Brigada los coroneles Álvaro Guzmán Fredes, Guillermo Ramírez Chovar, Luis Torres Aguirre, Marcos López Ardiles, Hernán Mardones Ríos, Iván Hernández Cambiaso, Ricardo Toro Tassara, Sergio Gómez Bannura, Antonio Cordero Kehr y Juan Arab Nessrallah. Este último, que en su calidad de coronel de Justicia instruyó el sumario por la tragedia en la cordillera de la Octava Región, ascenderá el 28 de febrero.
En esa misma línea, se debe destacar el ascenso a generales de División Tulio Hermosilla, quien estuvo a cargo del sumario administrativo por el caso Antuco, y Miguel Trincado, quien dictó el polémico fallo de primera instancia por el tráfico de Armas a Croacia, condenando sólo a tres mandos medios y descartando responsabilidades superiores. Con ese grado, también quedaron los generales de Brigada Patricio Cartoni, Ricardo Hargreaves y Juan Miguel Fuente-Alba.
De esta forma, por primera vez desde la salida de Pinochet del mando de la institución el alto mando registra un crecimiento, con 35 generales. Desde marzo de 1998, el generalato venía experimentando una drástica disminución, desde 44 en la época de Pinochet, a 38 en la de Izurieta, y a 32 durante la gestión de Cheyre.
Según se informó al interior de la institución, la medida responde a una reestructuración que tendrá el Ejército a partir de este año y que demandará un mayor número de altos oficiales para los cargos que se implementarán.
Pedro Pablo Bustos no llega al generalato
En la «base de selección» del Ejército para elegir a los nuevos generales se encontraba el coronel Pedro Pablo Bustos, quien hace unos meses regresó al país desde su destinación como agregado militar ante Naciones Unidas.
Por ahora, Bustos se encuentra destinado en la Dirección de Desarrollo Tecnológico (Didotec) de la institución, que funciona en el mismo piso de la Comandancia en Jefe del Ejército, en el edificio de las Fuerzas Armadas de calle Zenteno. Luego que la Junta de Oficiales resolviera mantenerlo como coronel, podrá optar por su retiro o seguir al interior de la institución.
El uniformado habría estado encuadrado de la Brigada Azul, que combatió al MIR, cuyo jefe era el entonces comandante Aquiles González. El segundo de a bordo era Alvaro Corbalán Castilla y Bustos Valderrama habría sido el tercero en la línea de mando.
A comienzos de los 80, durante su permanencia en el servicio represivo usó la chapa o identidad operativa de Alejandro Benz. En dicho período, habría participado en el operativo que costó la vida a los militantes del MIR Alejandro Salgado Troquian y Hugo Ratier Noguera, conocido como Janequeo, perpetrado en venganza por el asesinato del ex intendente metropolitano Carol Urzúa.
Hace dos años, el Ejército reconoció que Bustos se desempeñó en la ex CNI en 1982, pero «en funciones no operativas», y que en 1983 el oficial se encontraba "en comisión de servicios en el extranjero". Bustos fue voluntariamente a prestar declaraciones a los tribunales mientras estaba de agregado militar en la ONU y no ha sido procesado por violaciones a los derechos humanos.
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