Reconocen que Sebastián Piñera se mostró más capaz pero menos empático que Michelle Bachelet. También que se mostró más serio, dejando de lado su sentido del humor, y un tanto nervioso. Pero en capacidad creen que el empresario le ganó por mucho a Michelle Bachelet. Lo más comentado: escoger a Pinochet como el peor Presidente y su acierto al criticar la educación pública.
A las 9 de la noche aún faltaba mucha gente por llegar a Espacio Riesco para asistir al debate presidencial televisado entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. En la entrada principal del centro de eventos se formó una especie de embudo donde se encontraban diversas personalidades políticas. Uno de los grupos más extraños fue el que se formó entre Andrés Allamand, Andrés Zaldívar, Jaime Mulet y Pablo Zalaquett, en el que discutieron sobre las encuentras dispares que manejan en cada comando. Los sondeos de la Alianza arrojan solo dos puntos de diferencia entre los candidatos y los de la Concertación muestran una holgura mucho mayor, entre 6 y ocho puntos de distancia.
A medida que se acercaba la hora del debate, programado a las 10 de la noche, comenzaron a llegar parlamentarios de la UDI: Pablo Longueira -muy relajado y tostado por el sol-, Juan Antonio Coloma, Hernán Larraín, Andrés Chadwick y Patricio Melero. También concurrieron numerosos integrantes del comando del empresario -entre ellos Felipe Larraín, Felipe Morandé, Rodrigo Vergara y Gabriel Tomic- aunque, curiosamente, llegaron muy pocos parlamentarios de RN (quien sí llegó, muy temprano, fue la diputada Carmen Ibáñez).
Faltando sólo 20 minutos para el inicio del programa llegó el ex abanderado UDI, Joaquín Lavín, acompañado de su ex generalísima de campaña Cristina Bitar, quien, para sorpresa de muchos, no ingresó al salón de invitados VIP para ver el debate en vivo y se quedó en el ala lateral, junto con la prensa y el resto de los asistentes.
En general el ambiente era relajado y ameno. Se vio a varios personeros de la Concertación departiendo sin problemas con sus adversarios políticos. Incluso hubo un abrazo entre Pablo Longueira y José Antonio Gómez y se vio a Pepe Auth (de Chile 21) sentado al lado de Gonzalo Müller (de Benchmark), todo esto acompañado con un bien regado aperitivo, con vino, pisco sour y canapés.
Pinochet: el peor evaluado
Antes de que la película se la robara el ex ministro de Educación, Sergio Bitar, al agredir verbalmente al abanderado de la Alianza por las críticas que éste le hizo durante el debate, la evaluación general del bloque opositor era favorable.
La pregunta que centró toda la atención fue la de la periodista Constanza Santa María, sobre el presidente mejor y peor evaluado, ya que las respuestas de ambos candidatos fueron muy decidoras. Piñera respondió que los peores, a su juicio, eran Salvador Allende y Augusto Pinochet y que los mejores habían sido Eduardo Frei Montalva y Patricio Aylwin (pese a no haber votado por él). Bachelet, en tanto, transgredió las reglas y dijo que el que mejor lo había hecho era el presidente Lagos (aunque en la pregunta se lo excluía) y que el peor, obviamente era Pinochet.
Patricio Melero, secretario general de la UDI, piensa que el hecho de que Piñera haya evaluado negativamente a Pinochet no afectará su adhesión en el voto duro de derecha "porque él reconoce que fue un muy buen gobierno desde el punto de vista de las transformaciones económicas, aunque pone el eje en el tema de los derechos humanos".
Para Gabriel Tomic, la respuesta de Piñera en este punto cumple cabalmente con el objetivo de apuntar al mundo democratacristiano
El economista Felipe Larraín, quien lideró las 120 propuestas que anunció Piñera esta semana, piensa que la respuesta de Piñera no representa una sorpresa, "él fue partidario del No, pero valora la obra modernizadora de la dictadura".
Hernán Larraín, en tanto, estima que Bachelet "orilló el tema, no supo asumirlo. Y creo que Sebastián en ese sentido fue más frontal y asumió bien el tema de Pinochet. Ella en cambio no asumió lo de Allende y debió haberlo hecho".
Las debilidades de Michelle
Allamand piensa que los principales errores de Michelle Bachelet fueron las equivocaciones en cifras. "Demostró no estar al tanto de las verdaderas cifras de desempleo que existen en el país. Y también cometió un error grave al confundir lo que es la cotización previsional con el resultado final de la pensión".
Para Joaquín Lavín la ex ministra de Defensa "partió el debate muy tensa. Pienso que lo mejor que tiene Michelle es cuando es ella misma, creo que eso se demostró con naturalidad cuando le preguntaron por el cambio de su propaganda de presidenta a presidente. Sus peores momentos son cuando habla de cifras, cuando dijo que se creaban 250 mil empleos o cuando hizo cálculos de porqué era imposible la jubilación para la dueña de casa".
A la hora de evaluar a Sebastián Piñera son pocos los que se atreven a hacer una autocrítica. Lavín prefiere rescatar su lado positivo y elogió su intervención cuando resalta "el fracaso de la Concertación en la educación, que es un tema clave" y también destaca sus últimas palabras: "Fue un minuto muy emotivo en el que habló con el corazón, cuando habló de la delincuencia y el desempleo y se dirigió a la mujer pobladora a los jubilados".
«No estuvo chacotero»
Patricio Melero se atreve a ir más allá y señala, en forma muy gráfica, que "si uno pudiera hacer una ficción y separar a los chilenos que vieron el debate y quienes lo oyeron, para quienes vieron solamente imágenes el debate lo ganó Michelle Bachelet y para quienes lo escucharon, ganó Sebastián Piñera".
Magdalena Piñera, en tanto, reconoce que mostró cierto nerviosismo, pero "lo encontré serio, lo encontré sólido. No estaba chacotero, ni esperaba yo que lo estuviera en un debate presidencial". Sin embargo, varios cercanos al empresario echaron de menos su lado divertido, "tallero", ya que Bachelet sí mostró cuotas de humor y él, como contrapartida, se vio un poco serio y agresivo.
También se le vio muy acelerado, enumerando ideas, justo lo contrario que le recomendaron sus asesores. Gabriel Tomic señala que "como él es una máquina de ideas y argumentos pudo haber apaciguado un poco la entrega de ideas" y Fernanda Otero reconoce que "él tiene una mentalidad muy lógica, muy estructurada, por lo que va enumerando para tratar de ordenar. A Bachelet, en cambio, le cuesta muy poco comunicar, empatizar, pero tiene un menor dominio de los temas públicos".
En la Concertación en cambio lo encontraron derechamente agresivo. Así lo manifestó Alejandro Foxley y Andrés Velasco. este último, quien fue aludido por el abanderado de la oposición en el debate, reiteró que piñera no fue profesor de Harvard, «de lo contrario no habróa cambiado su currículum en su página web».
La mala educación
Sin embargo, la disputa entre Sergio Bitar y Sebastián Piñera concentró toda la atención de la noche. Si la balanza estaba bien equilibrada y ambas coaliciones se daban a sí mismas como ganadoras del debate, luego del incidente el escenario claramente se volcó hacia Piñera.
Incluso antes de que ocurriera "el incidente Bitar" Andrés Allamand señaló que la instancia más favorable del debate fue al principio "cuando se planteó el tema de la educación y ambos candidatos coincidieron en que la educación pública en Chile es un desastre. Y la gente tiene que preguntarse lo siguiente: si después de 16 la propia candidata de la Concertación reconoce que la educación pública en Chile en un desastre, no hay derecho para pedir cuatro años para seguir haciendo lo mismo. Yo creo que esa pregunta definió lo que es el debate".
Luego de las recriminaciones de Bitar al abanderado de la Alianza, las opiniones fueron aún más duras. Piñera volvió varias veces sobre el tema criticando su salida del ministerio para asumir un rol en el comando de Bachelet. "Un buen ministro de educación no puede abandonar el barco días antes de la elección", acusó.
Hernán Larraín atribuyó el exabrupto de Bitar al "ambiente de intolerancia que reina hoy día", aunque se mostró sorprendido por considerar que el asesor de Bachelet es "un hombre ponderado".
El jefe de campaña de Piñera, Rodrigo Hinzpeter, señaló que esta salida de libreto del ex ministro evidencia la desesperación que reina en la Concertación. "Están nerviosos porque piensan que pueden perder esta elección". Sin duda una arista que será explotada con fruición por la Alianza en los próximos días.
