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Defensa envía señal de mayor competencia en definición de avión presidencial

Gobierno confirmó la operación, aunque no habló de plazos, y reiteró que el objetivo es solucionar un problema de capacidad de transporte de la FACH que, además, permita contar con una nave que tenga características presidenciales. Sectores ligados al tema estimaron que con el anuncio se registrará un inminente aumento en el número de oferentes.


Junto con confirmar la operación de compra de un avión que cumpla funciones de transporte presidencial, además de otras de relevancia para la Fuerza Aérea -como transporte logístico y abastecimiento de combustible-, el Gobierno envió una señal clave para la competencia que se estaba comenzando a gestar entre, al menos, dos marcas que aspiran al concretar el negocio.



Si antes se estaba hablando de una operación que bordearía los US$ 30 y US$ 40 millones, el miércoles la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, amplió el margen hasta los US$ 50 millones, lo que a juicio de los observadores del tema se trata de una "señal no menor", en el sentido de aumentar el número de posibles oferentes.



La secretaria de Estado explicó en la víspera que comprar un avión nuevo significaba gastar entre US$ 150 y US$ 300 millones, por lo que el Ejecutivo resolvió optar por la alternativa de un modelo usado, que implicaba un desembolso fiscal hasta seis veces menor.



Ello, según se observa, implica que el Ejecutivo está dispuesto a gastar eventualmente "un poco más", a cambio de efectivamente adquirir un modelo de una vida útil mayor, más moderno y que sirva simultáneamente a todos los objetivos buscados con la operación.



Aunque la ministra no habló de "plazos", lo que también refrenda esta idea de mayor competencia en una operación que venía desarrollándose con bastante rapidez, aclaró que el objetivo del Gobierno tampoco era dilatar el asunto.



Insistió Blanlot en que "no vamos a comprar un avión presidencial, vamos a adquirir un avión de transporte multiuso, al que se le podrá adosar un kit para que lo utilice la Presidencia dos, tres o cuatro veces al año", precisó.



En este tema, la oferta que la estadounidense Boeing puso sobre la mesa, sus modelos 767-200ER y 767300ER, tenía bastante camino avanzado, especialmente por el apoyo tácito que algunos sectores de la FACH, muy activos en esta materia, le daban a esta alternativa.



Sin embargo, la europea Airbus arremetió con fuerza en las ultimas semanas, lo que derivó en un fuerte debate al interior del mundo aeronáutico, civil y militar, respecto de las condiciones técnicas de cada modelo, amén de las derivaciones económicas y estratégicas de las mismas.



¿Nuevos escenarios?



La señal entregada por el Ejecutivo fue recibida con interés por parte de los sectores que defienden la opción de la europea Airbus, porque ello les permite ingresar definitivamente a la competencia. "Lo importante es que se hagan todas las consideraciones técnicas, estratégicas y comerciales que se están planteando", agregan.



En fuentes especializadas en el tema, también destacan que el mensaje dado por el Ejecutivo, no solamente por el lado del precio, podría implicar incluso la apertura a ofertas de empresas distintas de Boeing y Airbus, las únicas interesadas en el negocio hasta ahora.



En fuentes de la FACH, en todo caso, no se hacen cargo de la crítica que indica que habría sectores de la entidad "muy abanderizados" con la adquisición del modelo de la Boeing , porque señalan que ellos no están para opinar sobre una decisión que en definitiva "es política", porque eso corresponde a las autoridades correspondientes.



En lo técnico, sin embargo, se argumentan una serie de elementos, como el historial de trabajo que ya tiene la FACH con Boeing (pilotos formados en esos modelos, bases de mantenimiento y hasta herramientas), economías de escala que eventualmente se perderían de optarse por otras tecnologías. También citan la experiencia de las líneas comerciales como Lan, que demostraría la validez de esa opción.



No obstante lo anterior, El Mostrador.cl supo de la relativa incomodidad que el anuncio de la ministra causó en sectores de la FACH que estaban claramente por la opción de la estadounidense, precisamente porque los dichos de Blanlot implicarían abrir más la competencia en la decisión, retrasando eventualmente un proceso que ya venía bastante avanzado.



En fuentes de la institución ponen el acento en que lo que está buscando la FACH es una solución que permita abordar dos variables clave: transporte estratégico y reabastecimiento de combustible porque, por ejemplo, en este último requerimiento los equipos de la institución tienen 40 años de uso.



Se aclara que se requiere una solución de transporte para los viajes de la Presidenta, pero destacan que ello de todos modos ya existe, con el avión 737-500, de uso exclusivo para La Moneda. Y lo que se haría ahora es que, resolviendo el tema de un mejor avión presidencial, se cumpla con el objetivo de dotar a la institución de una mayor capacidad de transporte.



Lo otro que se precisa es que el modelo KC135 de abastecimiento de combustibles para los F-16 está en fase de finalización de su proceso de adquisición, por lo que se trata de una operación completamente independiente del tema del avión presidencial.



Interés país



Para el analista de defensa Santiago Escobar, lo complejo de esta decisión está mostrando la necesidad de repensar una política de defensa que tome estas decisiones desde un punto de vista de la conveniencia del país y de todas las ramas de las FFAA, en su conjunto, y no desde el interés particular de una de ellas, que es lo que sucede cuando cada rama tiene un conjunto de recursos propios provenientes de la Ley Reservada del Cobre.



El analista dice que acá hay que ver los intereses del país, primero en relación a la Presidencia de la República (y hacerlo sin querer "disfrazar" de algún modo la situación) y su necesidad de contar con un avión presidencial que llegue a los cinco continentes, digno de un país que requiere una activa diplomacia público-privada. Y posteriormente analizar los intereses particulares de una de las ramas de la FFAA.



Recalca que efectivamente pueden llegar a congeniarse los objetivos de aumentar la capacidad de carga, con una buena solución de avión presidencial, pero que es una discusión donde el orden de las importancia debe estar colocado donde corresponde.



Para Escobar, esta discusión revela la carencia de un Estado Mayor Conjunto, con capacidad de planificación, con una Ley Orgánica adecuada en el Ministerio de Defensa y donde se adopten definiciones globales, con un sistema de adquisición militar de planificación conjunta.

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