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Canciller saliente de Bolivia espera que se aborde ‘muy pronto’ tema del mar

El ex ministro de RREE del país altiplánico, Armando Loayza, fue uno de los actores que posibilitó el acercamiento entre Bolivia y Chile y que concluyó con la histórica visita del Presidente Lagos a La Paz. Ahora espera que el tema del mar se aborde en un futuro cercano, teniendo en cuenta la experiencia de las tres negociaciones que casi terminan en acuerdo en el pasado siglo XX.


No se puede negar que las relaciones entre Bolivia y Chile pasan hoy por un buen momento. Pero la imagen de Evo Morales levantando la mano del Presidente Ricardo Lagos, en su sencilla morada en La Paz, no sólo fue resultado de su gestión, ni de la del vicepresidente Álvaro García Linera.



Para que ello sucediera también mucho tuvo que ver el trabajo realizado por el gobierno de transición que encabezó el juez Eduardo Rodríguez Veltze.



De hecho bajo su mandato fue posible la recomposición de relaciones diplomáticas entre ambos países, las cuales habían pasado por un mal momento bajo el gobierno de Carlos Mesa.



En ese sentido, durante los 222 días de Rodríguez los guiños entre ambos países fueron constantes.



Por ejemplo, La Paz valoró el hecho de que nuestro país haya desistido de ser la sede de los juegos Odesur, en atención a que Bolivia aún insistía en retener la sede; en otro sentido, se valoró también la desactivación de las minas en la frontera.



Paralelamente se avanzó en temas conjuntos, como la eliminación del uso de pasaportes, antes una exigencia recíproca para ingresar a ambos países, y la habilitación del puerto de Iquique para las operaciones de importación y exportación de carga boliviana, entre otros aspectos relevantes.



Parte importante de ese trabajo fue liderado en el país altiplánico por el ex canciller Armando Loayza, quien ofició de cónsul en Santiago el año 1994, antes de partir como embajador al Vaticano, y que hoy se encuentra dedicado a planificar las actividades profesionales que desarrollará ahora que está fuera del gobierno.



‘Luna de miel’ entre Santiago y La Paz’



-¿Cómo se gestó la llegada de Lagos a La Paz?

-Nosotros trabajamos fuertemente las últimas dos semanas y media antes de la transmisión del mando. Tuvimos un sistema de coordinación muy estrecho con el nuevo gobierno de don Evo Morales que acaba de asumir, y en ese sentido en el tema de Chile, el acercamiento y los pormenores relativos a la visita trabajamos coordinadamente con la comisión de transición para facilitar este encuentro.



En primer término el Presidente Rodríguez ya le había invitado a participar a este acto trascendente y luego esta invitación del Presidente Rodríguez fue comunicada, nuevamente, en forma privada a don Ricardo Lagos. También fue importante la contribución del consulado de Chile en La Paz y de Bolivia en Santiago, los que facilitaron mucho este encuentro, que yo no vacilo en calificar de histórico, (pues hace) más de 51 años que no venía un Presidente chileno en visita oficial.



-A su juicio, ¿cuáles son las claves que han permitido esta ‘verdadera luna de miel’ entre ambos países, después de relaciones tan tensas?

-Si uno ve el itinerario de las relaciones boliviano-chilena en los últimos dos lustros, por lo menos, no se puede ser tan pesimistas. En el fondo, ambos países han sostenido un diálogo importante, han definido una agenda y unos proyectos de desarrollo de desarrollo fronterizo importantes, tales como el tema del libre tránsito; las tarifas portuarias; el asunto del acopio de los minerales; además, se han definido acuerdos económicos como el ACE 22. Pero ha habido oscilaciones en ese itinerario en esta última década y en esta última etapa.



Cuando asumió el doctor Eduardo Rodríguez y a mí me toco trabajar en la Cancillería, buscamos profundizar la agenda, superar unos ciertos desencuentros que se dieron en el año anterior a la asunción del Presidente Rodríguez Verzé (9 de junio de 2005). En este cambio de rumbos han tenido un rol protagónico los encuentros entre los presidentes y los siete encuentros con el canciller chileno Ignacio Walker, lo que ha permitió perfeccionar una agenda y crear un clima de confianza recíproca, que permite acometer las grandes tareas entre ambos países.



-¿Hasta qué punto el gobierno de Carlos Mesa hizo daño a las relaciones entre ambos países?

-Como le digo, en ese período ha habido oscilaciones, momentos positivos y otros menos positivos, y nosotros nos preocupamos en lo que toca al gobierno del Presidentes Rodríguez Verzé, que encaminó al país a la legitimación del país mediante elecciones. Nos tocó buscar un diálogo, franco, claro, amistoso, que permitiera abordar los temas de la amplia agenda bilateral boliviano chilena y se llegó a una concreción importante que es el protocolo adicional al ACE 22 de comercio, en el cual se produce la apertura unilateral del mercado de Chile para la totalidad del comercio de Bolivia. Está también el tema de los pasaportes, y se ha preparado un acuerdo para el tema de los recursos hídricos.



Ahora, los bolivianos nunca hemos dejado de mencionar en el alto plano político, que deberíamos abordar en el momento oportuno -es decir, no en el futuro lejano, sino lo más cercano posible-, el tema central de nuestra política internacional, que es la reintegración marítima.



Recoger la experiencia anterior



-Ustedes quizás no lo alcanzaron a diseñar, pero ¿cuál es el mecanismo o la orgánica que debe darse para discutir la salida al mar?

-Pues bien, hay formas, hay experiencias. Bolivia y Chile en el último medio siglo han tenido la insólita capacidad, que a veces se ignora, de estar muy cerca de un acuerdo sobre la cuestión marítima, en tres sucesivas negociaciones: 1950; 1974-1976; y luego en 1986, en que se avanzó mucho en ese objetivo. Por lo tanto, sobre la base de esa rica experiencia, de esas tres negociaciones, se debe desarrollar una forma que permita la búsqueda de un acuerdo pacífico y negociado.



-¿Cuánto tiempo estima que puede demorar todo este proceso?

-No podría conjeturar. Pero para llegar a un acuerdo tienen que existir las condiciones, desarrollarse unas condiciones capaces de realizar una negociación a fondo que permita la búsqueda de ese arreglo preciado.



-Aparte del tema marítimo, ¿qué otros temas pendientes existen entre ambos países?

-Esos temas no están tipificados, yo pienso que Bolivia y Chile tienen muchos temas de interés importantes… Mirando hacia el futuro el intercambio tecnológicos, de servicios, inversiones y cooperación, en tantas áreas… Es justo que también, ya que han pasado tantos años, ambos países hagan una reflexión histórica. La historia es muy importante en el desarrollo cultural y diplomático de los países. Lo he visto entre China y Japón… Por eso yo creo que tenemos la suficiente experiencia para abordar, conforme a los instrumentos del derecho internacional, este tema histórico, luego de una reflexión y análisis de más de un siglo.



Confianza en Evo



-¿Cuándo cree Ud. que se abordará el tema administrativo de la instalación de una embajada en ambas capitales?

-Están todos los temas en vista. Esa es una cuestión (lo de la embajada) que yo llamaría institucional y diplomática. Por el momento, los consulados generales, en los hechos funcionan casi como embajadas. Bolivia y Chile están hasta innovando el derecho diplomático moderno porque han podido desarrollar, a través de sus consulados generales y de mecanismos ad hoc, como la comisión de asuntos políticos, los encuentros entre cancilleres y presidentes que se han podido llevar adelante, con un conjunto de agendas e interrelaciones muy importantes, a pesar de que no tienen relaciones diplomáticas.



-¿Estima que el gobierno de Evo Morales seguirá la línea de Rodríguez?

-Yo he conversado con las autoridades del nuevo gobierno, incluso con Evo Morales, con el vicepresidente Álvaro García Linera, y yo abrigo la esperanza de que este itinerario positivo que se ha desarrollado, sea seguido y profundizado por su gobierno.



-¿Qué rol debe jugar Perú en el diferendo que sostienen ambos países?

-Algunos supuestos, derivados de los tratados internacionales, inevitablemente conllevan a que Perú deba jugar un rol importante en esta cuestión, pero eso ha de verse en el momento adecuado.



-¿Cuál es la fórmula que más le gustaría para una salida al mar? ¿Corredor paralelo a la Línea de la Concordia o corredor sin soberanía, pero con privilegios comerciales?

-Eso va a ser el tema de las conversaciones, sobre la base de la experiencia histórica y diplomática generada en las últimas tres negociaciones del medio siglo. Aspiramos a que el acuerdo final, pacífico y negociado, pueda determinar que Bolivia reasuma su condición ribereña del Océano Pacífico, que es la posición central boliviana. Ahora, en el logro de ese gran objetivo hay que estudiar todas las fórmulas más conducentes.



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