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Advierten con posibles nuevas movilizaciones al interior de la Cancillería

Representante de la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica) asegura que los gremios »están esperando a las nuevas autoridades para conversar sus problemas. Allí verán la receptividad y qué medidas se adoptarán. Si ello ocurre todo irá bien, pero si no habrá que acordar otra movilización, porque la situación es muy dramática».


Mayores cambios en el Ministerio de Relaciones Exteriores espera que se realicen el presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica), Miguel Ángel González, quien se prepara para asumir como cónsul en Francia en los próximos días.



Tras un año y dos meses en el cargo, señala que su gremio «al contrario de los otros, pide cambios, porque nos damos cuenta de que la Cancillería necesita modernizar procedimientos y metodologías aún vinculados a una forma de hacer diplomacia ya superada. Hay un problema de excesiva jerarquización. Está bien la jerarquía en asuntos protocolares, de organización y de órdenes, pero no en lo que respecta al trabajo sustantivo profesional».



Agrega que «hay que ser horizontal, escuchar las opiniones de todos, pues se trata de especialistas que siempre pueden aportar independientemente de los grados y escalafones. Además, uno tiene motivar a los funcionarios para que participen y den a conocer lo que piensan, con total libertad. Esto no existe en el Ministerio. La gente se siente inhibida de opinar, porque en estos sistemas tan rígidos y verticales los subalternos creen que si expresan opiniones distintas a las de los superiores, van a verse perjudicados».



-¿Qué es lo más complicado en la Cancillería?
– Lo más difícil es cambiar la cultura institucional. Este es un Ministerio tremendamente tradicional, por lo tanto, las cosas siempre se han hecho de una determinada manera y tienden a perpetuarse, innovar no es fácil. Eso impacta no sólo las metodologías, sino también las relaciones interpersonales, pues genera un ambiente poco proclive a innovar a atreverse, a la autocrítica, promoviendo la autocomplacencia y el conformismo.



-¿Cómo se podría cambiar e innovar en este ministerio?
– Con mucha paciencia. Siempre se puede cambiar, pero aquí las modificaciones van a tomar mucho tiempo en producirse y eso no es bueno, porque se aprecian ciertas frustraciones en la gente y no es bueno que éstas se mantengan en el tiempo.



-Pero ahora hay un cambio de gobierno.
– Estuve en reuniones en las que la Presidenta electa, Michelle Bachelet, planteó el tema de la Cancillería y se mostró partidaria de modernizarla, por lo tanto nuestras expectativas de reforma son altas.



-¿Qué opinión tiene del nuevo canciller, Alejandro Foxley?
-El futuro ministro es una figura pública de gran trayectoria y experiencia, ha reconocido el profesionalismo, la capacidad del servicio exterior y el aporte que ha hecho al prestigio de Chile. Desde ese punto de vista, confiamos en que su buena disposición con la carrera asegure un trabajo mancomunado. Los funcionarios formamos un equipo y cuando llegan nuevas autoridades nosotros esperamos colaborar eficientemente, pero nos tienen que permitir hacerlo. Si las autoridades llegan con prejuicios hacia nosotros crean obstáculos para que la cooperación sea fluida y constructiva.



¿Y del Subsecretario que se acaba de nombrar?
– Ha sido una grata sorpresa, porque se trata de una persona de reconocido prestigio interno. Alberto Van Klaveren es un destacado académico que lleva muchos años en el Ministerio y que forma parte de un grupo proveniente del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, que ha hecho un aporte invaluable a nuestra política exterior junto con Carlos Portales, María Teresa Infante, Heraldo Muñoz y José Antonio Cousiño. Es un profesional muy competente y conoce perfectamente la realidad de este Ministerio, lo que desde ya augura una gestión exitosa a la que prestaremos toda nuestra colaboración.



-¿Qué pasará con el nombramiento de los embajadores? ¿Volverá la disputa de los diplomáticos de carrera con los profesionales?

– Cada vez que hay un cambio de Gobierno siempre se crean muchas esperanzas de que el Servicio Exterior sea considerado. En los gobiernos de los presidentes Aylwin, Frei y Lagos se nombraron muchos embajadores de la carrera, por lo que esperamos que en el de la nueva presidenta también sean varios los colegas que pasen a formar parte de equipo de embajadores del Gobierno entrante. No lo vemos como disputa, sino como una legítima aspiración de los diplomáticos profesionales cuya concreción depende de la voluntad presidencial, ya que el nombramiento de embajadores es facultad privativa del Primer Mandatario o Primera Mandataria en este caso.



Los sueldos



Pero a los diplomáticos económicamente les conviene salir al exterior.
-Los sueldos en Santiago son de la escala única y un profesional con dominio de idiomas postgrados que entra al Servicio Exterior gana alrededor de $350.000 y al final de la carrera apenas llega a ganar un millón. Nosotros en el exterior tenemos un sistema de un sueldo base que es muy bajo, más un costo de vida de acuerdo con el país donde se presta servicio, que se debiera ajustar cada seis meses, de acuerdo con una escala de Naciones Unidas. Este ajuste semestral no se aplica, por eso siempre los sueldos andan desfasados.



-Los embajadores reciben mayor sueldo en el exterior
-Los embajadores no tiene que nada que ver con el resto de los funcionarios diplomáticos, porque ellos tienen ingresos distintos, auto, casa y servicio doméstico fiscal.



-¿Cuál es el sueldo de los diplomáticos?
– Los secretarios ganan unos 4.500 a 7 mil dólares, dependiendo del país, los de os consejeros y ministros consejeros son más , entre 6 mil a 10 mil dólares. Estas son sumas totales con las que se deben costear todos los gastos del grupo familiar del diplomático, es decir, arriendo de casa, cuentas, pago de colegios, alimentación, vestuario, etc, etc. Cabe destacar que los diplomáticos no tienen gastos de representación, por lo tanto todas las actividades sociales quedan libradas a la voluntad del funcionario y la personalidad de éste. A mi juicio, esto es pésimo, porque la labor de relación con el medio local es esencial a nuestro trabajo, por que tiene que ver con la imagen país que debemos dar.



-¿Qué pasa con el resto del personal de la Cancillería?
– La situación de los sueldos es lamentable. Aquí una secretaria gana lo mismo que una empleada de casa particular, y es gente que trabaja a presión en labores delicadas y que maneja información muy sensible. Además, el Ministerio tiene tal cantidad de temas, que el personal con que cuenta no da para atender toda la agenda y todo el volumen de trabajo que involucra. Se necesitan más recursos tecnológicos y una mayor apoyo administrativo.



Los espacios del Carrera



-¿Qué cosas quedan pendientes en Adica?
– El directorio que asume la mesa va a tener que concluir una serie de temas en curso, de una agenda de los aspectos netamente gremiales, que nos fijamos al principio del periodo. Las conversaciones sobre esos puntos con el canciller Walker y las demás autoridades no han arribado aún a resultados concretos. Las cosas que están pendientes son varias. A modo de ejemplo, puedo mencionar los problemas de discriminación en diversos temas como la de género, porque las colegas no tienen derecho a asignación familiar por sus maridos o la discriminación con los hijos de los funcionarios del Servicio Exterior, que tienen prohibición legal de entrar a la carrera, lo que es tan absurdo que en ninguna cancillería del mundo existe una limitación de esa naturaleza.



¿Por qué las asociaciones gremiales no están en el Hotel Carrera?
-Efectivamente no pudimos obtener oficinas en el edificio Carrera, que hubiese sido muy cómodo y nos habría facilitado nuestra labor gremial. Las autoridades no están obligadas a brindar espacios físicos a los gremios, pero sí deben facilitar sus actividades. Quizás el nuevo edificio nos hubiera podido albergar a todos y no ha sido así porque hubo una distribución un poco curiosa y extraña: en el ala poniente escasea el espacio y el lado oriente tienes grandes oficinas y amplios pasillos. Pero se nos asignaron oficinas en el edificio de la Academia Diplomática, que hemos restaurado y acondicionado y -como has podido apreciarlo- quedaron muy lindas. En lo personal estoy contento con que la ADICA tenga su sede en esta casa, que es parte de nuestro patrimonio arquitectónico y de la tradición diplomática.



-El año pasado hubo una huelga de casi dos semanas en la Cancillería. ¿Se llegó a algo?
-Participamos en ese movimiento apoyando a los colegas de las otras plantas que fueron los que hicieron el paro y estuvimos colaborando en las conversaciones con las autoridades hasta que se les puso como condición a los otros gremios para seguir las negociaciones que la ADICA no participara. Los colegas de las otras organizaciones gremiales me han señalado que no se cumplieron los acuerdos.



-Si no hay mejorías, ¿podrían haber futuras movilizaciones?
-Las directivas gremiales están esperando a las nuevas autoridades para conversar sus problemas. Allí verán la receptividad y qué medidas se adoptarán para lograr soluciones. Si ello ocurre todo irá bien, pero si no habrá que acordar otra movilización, porque la situación es muy dramática. El paro que hubo el año pasado sólo se puede explicarse por la desesperación de la gente.





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