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Hales: «Entre políticos y militares hay una relación de desconfianza»

Estima que hay dos bastiones para ese recelo: Por una parte, la »derecha que ha querido tener a los militares a su servicio y no puede superar el desapego con que se ha producido la apertura y esfuerzo de normalización que ha hecho el Ejército» y, por otra, »la izquierda ha tenido una histórica incomprensión de las FFAA».


El Partido Por la Democracia (PPD) le pidió al diputado Patricio Hales que asuma la comisión de Defensa. El legislador conoce el mundo castrense, ya que es oficial de reserva del Ejército y fue cadete de la Escuela Militar. Allí estuvo durante tres años y compartió aula con el ahora general retirado Juan Emilio Cheyre, el saliente jefe castrense.

El tiempo los hizo tomar rumbos distintos. Hales se dedicó a la arquitectura y Cheyre siguió una carrera militar; el primero fue uno de los chilenos torturados durante la dictadura y su caso figura en el informe Valech; mientras el segundo pidió que «nunca más» el Ejército participe en violaciones a los derechos humanos.

Cuando el destino los une en la salida de Cheyre del mando del Ejército, Hales analiza la etapa que iniciará con el general Óscar Izurieta, el nuevo jefe militar. «Comienza su gestión en un escenario diametralmente distinto en lo que se refiere a relación entre la política y los militares, ya que es el primer comandante en jefe de dicha institución que podrá ser removido por orden de la Constitución».

Hales señala que a Izurieta le corresponderá poner en acción lo hecho por Cheyre, en lo que se refiere «a la declaración y la modificación de lenguaje, esfuerzo cultural, en la apertura, la normalización, el acercamiento a la ciudadanía, al poder ciudadano que reside en los políticos electos y en el calor de la democracia».

-¿Esa puesta en acción podría dificultar el mando de Izurieta?
-Enfrenta, a mi juicio, una tarea con otro tipo de dificultades, con las que no han existido experiencia.

-Como la remoción del comandante en jefe…
-Obviamente. Además, las exigencias que enfrenta Izurieta son las que surgen de un clima con más apertura, con políticos más exigentes, con un Ejército más abierto y, por tanto, con una discusión pública más mediática. Ello generará una demanda de atención por parte del comandante en jefe más allá de lo habitual.

La derecha y los militares

¿Cuál es la tarea pendiente que deja Cheyre a Izurieta?
– Transformar en la acción y en la práctica las declaraciones de normalidad y creo que Izurieta tiene un problema delicado ya que va a conducir un Ejército en apertura frente a un mundo político con relaciones de desconfianza. En otras palabras, entre políticos y militares hay una relación de desconfianza.

-¿Por qué aún hay tanta desconfianza a las Fuerzas Armadas?
– Hay dos bastiones de donde viene la desconfianza. El primero que es de la derecha, que ha querido tener a los militares a su servicio y no puede superar el desapego con que se ha producido la apertura y esfuerzo de normalización del Ejército. Así fue que le pasaron la cuenta a Chyre, hostilizándolo hasta el último momento con los casos Antuco y Antártica, juzgando en forma negativa su gestión. Esta es la derecha que descubrió en la crisis de 1924 que los militares tenían opinión propia y no estaban para ordenarle sus apetitos de poder.

-¿Y el otro bastión?
– Es desde la izquierda que nació en el siglo XX, despreciando el valor del patriotismo cuando querían devolver Tacna y Arica, y que ha mirado a los militares desde los años 20 ó 30 como representante de valores y doctrinas ajenas a las aspiraciones populares. La izquierda ha tenido una histórica incomprensión de las Fuerzas Armadas. La izquierda, históricamente, no entendió a los militares como un recurso de la nación y ha reducido su misión por las acciones represivas contra el movimiento social en los años 20 y 30, y el golpe militar del 1973 que hace muy difícil para la izquierda separar el compromiso circunstancial del Ejército con el golpe, respecto a la misión institucional que es permanente.

-Se podrá acercar algún día la izquierda a los militares?
-Creo que habemos varios. No es algo individual. La decisión del PPD de presidir la comisión de Defensa responde a una voluntad de mi partido. Somos de la misma generación que ha sufrido los atropellos de los militares, comprendo que a muchos se les hace difícil entender el dolor personal como un momento del Ejército y no como su misión, yo lo comprendo.

Sin embargo, el escenario de nuestras relaciones internacionales hace más necesario todavía tener una comprensión. Y en democracia, la no deliberación de las Fuerzas Armadas tiene que constituir para ellas el orgullo de obedecer el mandato que el pueblo ha elegido para gobernar. En este clima nuevo, junto con las dificultades que va a tener Izurieta, se abre una gran oportunidad que no sólo puede otorgar paz social, estabilidad política, sino que también seguridad.

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