Publicidad

Fotografía inédita revela cercanía entre Gerardo Huber y Víctor Lizárraga

Imagen corresponde a los tiempos en que eran cadetes de la Escuela Militar, en 1961, cuando ninguno imaginaba que 30 años después se verían involucrados en el de contrabando de armas a Croacia, caso que terminó con la muerte del coronel Gerardo Huber. El dueño del retrato, Patricio Herman, asegura que en ese período ambos eran grandes amigos.


«La investigación judicial ha logrado acreditar un hecho lamentable: que el coronel (Gerado) Huber no tenía amigos verdaderos en el Ejército", afirmó la abogada del Consejo de Defensa del Estado (CDE), María Inés Horvitz, luego que el juez Claudio Pavez procesara a cinco ex oficiales del Ejército por asociación ilícita para encubrir el crimen del uniformado.



La frase no es gratuita. Y es que el magistrado encausó, entre otros, al general (R) Carlos Krumm y al mayor (R) Julio Muñoz, quienes eran, hasta ahora, quienes tenían estrechos vínculos con Huber, cuyo asesinato se cometió para ocultar el tráfico de armas desde Famae, que quedó al descubierto en 1991, cuando en el aeropuerto de Hungría se detectó un cargamento cuyo destino era Croacia, país sobre el cual pesaba un embargo de Naciones Unidas.



La familia de Krumm y la de Huber eran muy cercanas, e incluso compartían veraneos y una íntima amistad, según ha reconocido la viuda del coronel, Adriana Polloni. El segundo, en tanto, es el padrino de bautismo del hijo menor de los Huber-Polloni, José Ignacio.



Sin embargo, en un caso que ha estado marcado por extrañas coincidencias, una nueva se viene a sumar a la ya larga lista: Huber y el general (R) Víctor Lizárraga, otro de los encausados por el juez Pavez, fueron compañeros de la generación que egresó de la Escuela Militar en 1961.



El Mostrador.cl contactó a otro cadete que perteneció a esa generación. Patricio Herman, conocido públicamente por sus actividades en defensa del medioambiente a través de la Agrupación «Defendamos la Ciudad», y quien aún conserva una fotografía de aquella época.



«Eran muy amigos»



Herman asegura que Huber y Lizárraga "eran muy amigos", y que durante su estadía en la institución castrense mostraron personalidades similares. «No eran personas que destacaran por ser líderes, más bien eran quitados de bulla", sostiene.



El director de Defendamos la Ciudad señala que en aquella época, en la Escuela Militar «existía bastante amistad y rigurosidad. Nos levantábamos muy temprano, a eso de las 5.30 de la mañana y nos duchábamos con agua fría, sin importar si era invierno o verano. Después, hacíamos los ejercicios correspondientes. A esto se unía la enseñanza del colegio».



A juicio de Herman, la amistad entre Huber y Lizárraga debió haber crecido en el tiempo por el hecho de que ambos decidieran seguir la carrera militar, a diferencia de él, quien se retiró de la escuela castrense una vez que concluyó sus estudios de humanidades.



"En aquella época muchas de las personas que ingresaban a la Escuela Militar lo hacían para completar los estudios humanísticos. De hecho, cuando terminé el sexto año de humanidades yo me retiré y no seguí la carrera militar", recuerda.



Por lo mismo, le es difícil comprender que Lizárraga esté involucrado en el asesinato de Huber. «Sabiendo que no puedo poner las manos al fuego por nadie, me cuesta mucho creer que Lizárraga este coludido con los individuos que ordenaron la muerte de Huber, ya que en ese tiempo había un espíritu de camaradería", sostiene.



Cabos sueltos



En tanto, fuentes allegadas a la investigación explicaron que dentro de las indagaciones aún falta esclarecer el verdadero papel que jugó otro de los amigos de Huber. Se trata de su compadre, Elwin Tapia, en cuya casa de veraneo estuvo el uniformado antes de desaparecer en el sector del Cajón del Maipo, en el verano de 1992.



Además, explicaron que en la segunda etapa de investigación de este caso -luego que la Corte de Apelaciones de San Miguel extendiera la visita de Pavez en otros cuatro meses-, se intentará determinar quiénes fueron los autores inmediatos del homicidio.



Hasta el momento se sospecha de la participación directa de dos de los altos del mando de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) a la época de los hechos: Lizárraga y el brigadier (R) Manuel Provis, ex director del ahora disuelto Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), éste último también procesado por el ministro Pavez.

Publicidad

Tendencias