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Pablo Rodríguez: ‘Debemos hacer todos los esfuerzos por alcanzar la verdad’

El facultativo, hijo del arquitecto y militante del PC Alejandro Rodríguez, detenido desaparecido desde 1976, explicó que la fuerte postura asumida por el gremio al que pertenece frente a las identificaciones erróneas de restos, no tiene mayor relación con su participación en la directiva. El profesional explica que errores del organismo forense competen a toda la sociedad chilena.


Hace algunos días, el Colegio Médico difundió un duro cuestionamiento a la falta de excelencia técnica que tiene -a su juicio- el actual Servicio Médico Legal, señalando que este organismo requería de una profunda reingeniería, con el fin de mejorar su calidad técnica, independiente de la necesidad urgente y de contratar personal especializado para aclarar las dudas en las identificaciones del caso denominado Patio 29.



El vicepresidente de la orden, doctor Pablo Rodríguez Whipple en conversación con El Mostrador.cl, explicó la postura que adoptó su gremio frente al tema de los detenidos desaparecidos, el que en su opinión concierne a toda la sociedad chilena, "ya que tenemos el deber de hacer todos los esfuerzos por alcanzar la verdad", sostuvo.



También, el profesional consideró que, frente a la serie de anomalías que habrían ocurrido al interior del SML, también es necesario que los nuevos recursos que se destinen para esta labor sean fiscalizados en cuanto a la obtención de resultados, ya que este tema debe encontrar una pronta solución.



Rodríguez también tiene un vínculo personal muy directo con los restantes familiares de detenidos desaparecidos, ya que su padre Alejandro Rodríguez Urzúa, arquitecto y dirigente del Partido Comunista, padre de cinco hijos, fue detenido el 16 de julio de 1976, y hasta hoy se desconoce su paradero.



Origen del error



– A su juicio, ¿al SML le faltó haber redoblado los esfuerzos por hacer un trabajo más certero y profesional?

– Por supuesto. Creo que aquí estaba el país involucrado, nuestra sociedad tiene un deber, una responsabilidad, un compromiso pendiente con los familiares de los detenidos desaparecidos. En este caso concreto del Patio 29, éste consiste tanto en el reconocimiento y la entrega a los deudos de los restos de sus familiares, como en que se esclarezca la verdad y la justicia. Esta situación, aporta una evidencia de que esta labor no se hizo como se debió haber hecho.



Entiendo que estamos frente a un tema complejo, identificar restos después de una cantidad de años en que muchos de ellos están con un grado de deterioro importante, pero había y hay que recabar en el mundo entero la información necesaria, donde se han producido este tipo de fenómenos, por otras razones, y donde hayan trabajado equipos técnicos del primerísimo nivel. Si nosotros aquí no tenemos la implementación necesaria para hacer esta actividad, entonces habrá que traerlos



– ¿Las anomalías en el trabajo realizado en el SML, las atribuye al desinterés de la autoridades o a que los peritos que se desempeñan en el organismo no son de buen nivel?

– Esto corresponde a una falta de compromiso real de las autoridades en este tema. Es claro que nosotros no tenemos por qué tener peritos expertos en Chile, porque es un tema complejo. Pero, entonces tenemos que traerlos desde afuera, del extranjero, donde existen profesionales que sí pueden llevar a buen término esta tarea, que es una tarea de toda la sociedad chilena. Es un tema humano de la más alta sensibilidad e, indudablemente, hay que buscar donde estén los recursos tecnológicos y humanos que lo puedan desarrollar, destinando los recursos económicos necesarios para que se resuelva este tema que se arrastra por tanto tiempo.



También yo entiendo que para las propias autoridades es, muchas veces, un tema profundamente doloroso y eso también puede justificar cierto "inmovilismo", pero eso no es aceptable.



– ¿Por tener intereses comprometidos?

– No, por ser una materia dolorosa. Y existe, además, ese mecanismo de defensa de ocultarlo en el afán del día a día, de darle prioridad a algunas materias más gratificantes, pero no se puede obviar por esa vía un tema tan importante como éste.



– ¿La necesidad de traer profesionales extranjeros a Chile es porque en el país no hay especialistas capacitados para realizar una buena labor?

– Aparentemente, no. Por lo que uno lee en los medios con respecto a cómo se intentaron hacer las cosas en forma un poco improvisada. No se logró recopilar suficiente información y a certificar a quienes realizarían esta tarea y si es que tenían la experticia suficiente para poder haberlo hecho bien. Es verdad, siempre hay márgenes de error, pero uno se queda más tranquilo cuando se hicieron los mayores esfuerzos para su identificación.



Pero uno se da cuenta que esto se intentó hacer en una forma muy poco rigurosa, estandarizada, etc. Por ello nos vemos enfrentados hoy día a saber que estos estudios fueron deficientes e indujeron a la entrega equivocada de restos, el cual es el aspecto más complicado. Cuando se informa sobre el paradero final de una persona, los familiares cierran un círculo, participan del rito de dar sepultura a sus seres queridos, y resulta que ahora nos enteramos que se cometieron graves errores.



Tampoco sabemos cuántos errores, pareciera que no son todos los casos identificados, pero tampoco se sabe cuál. Por eso yo comparto lo de definir responsabilidades, tiempos, poner los recursos para implementar una decisión clara y precisa en ello.



Hacer reingeniería



– A su juicio, ¿qué responsabilidad le cabe al actual director del SML, ya que los primeros peritajes cuestionados no sucedieron en su época?

– Comparto plenamente la declaración que hemos hecho como Colegio Médico. Pensamos que el Instituto Médico Legal hoy en día adolece de una serie de deficiencias técnicas, de equipamiento, de desarrollo profesional, para que esté a la altura de las exigencias que tiene un organismo tan importante como éste. Hay que hacer una reingeniería, por ejemplo, lo que sucedió con el SII, que ha tenido un desarrollo importante. Creo que hay instituciones del Estado que se han quedado atrás en este proceso de modernización. Lo que cabe es replantearse, con todos estos antecedentes, cuál es el SML que hoy necesita el Poder Judicial, porque es una institución colaborador de la justicia.



Yo no quiero personalizar en nadie, pero obviamente que el SML como organismo técnico necesita modernizarse.



-Respecto a los recursos económicos que se destinarán a este tema, ¿comparte la opinión que éstos debieran canalizarse por la vía del Parlamento para que esa instancia fiscalice sui real destino?

– Comparto que se deben poner recursos para resolver este tema y que no pueden incorporarse a los gatos corrientes del servicio o de otras carencias que pueda tener. Por lo tanto, tiene que haber una fiscalización, una evaluación de los resultados, llegando al máximo de la posibilidad real de identificar a la mayoría de los restos del Patio 29.



– ¿Cómo el Colegio Médico enfrenta el que muchos de los profesionales que han sido cuestionados también son parte de esta entidad gremial?

– Ahí hay responsabilidades que son del ámbito administrativo – funcionario. Nosotros como Colegio no somos el organismo que tenga que dar respuesta de esto, para eso cada institución tiene sus autoridades, sus evaluaciones. En ese sentido, independiente de las profesiones que tengan los que ahí trabajan, no tenemos antecedentes todavía de que se hayan cometido negligencias o irregularidades y, por eso, esperaremos los resultados de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados o alguna denuncia, para eventualmente iniciar un proceso.



– ¿No se descarta entonces iniciar posibles juicios éticos?

– Si es del ámbito de la ética, claro que el Colegio tiene algo que decir, pero si es de las responsabilidades administrativas, para eso están los organismos que corresponden.



– El tema de los detenidos desaparecidos le toca personalmente, en forma muy directa. ¿Cómo vive la situación como familiar de un detenido desaparecido, ya no como médico?

– Soy hijo del arquitecto Alejandro Rodríguez, detenido desaparecido el año 1976, en una situación que ha sido extraordinariamente dolorosa, difícil de enfrentar, de convivir con esta realidad, y de logar superar todo aquello en la medida que esto se pueda. Dentro de la búsqueda de la verdad y de enfrentarse a la justicia, lo que más se agradece son los reconocimientos hacia mi padre, por parte de sus pares y de médicos también.



En el caso de mi padre, el único antecedente que nosotros tenemos es que desapareció junto a un grupo de personas, dentro de las que estaban dos médicos, Carlos Godoy y el doctor Iván Inzunza. Nunca hemos tenido antecedentes fehacientes, hemos tenido una cantidad de información que nunca se ha podido comprobar, como que estuvo en Colonia Dignidad o en Villa Grimaldi, pero el proceso judicial extraordinariamente lento no han logrado establecer ni quiénes lo detuvieron ni cuál fue su destino.



El caso del arquitecto Rodríguez



Alejandro Rodríguez Urzúa, casado, 5 hijos, arquitecto, militante del Partido Comunista, el día 27 de junio de 1976, salió a las 17:15 horas de su oficina de calle Mallinkrodt 70, en el barrio Bellavista de Santiago, en dirección de la oficina de unos ingenieros, ubicada en Agustinas, entre Estado y San Antonio. El afectado hizo el trayecto en su automóvil Chevy, color celeste, modelo del año 70, patente DY-821 de Las Condes. Sin embargo no llegó a la cita mencionada. Tampoco concurrió a la Empresa Constructora Musalem, donde debía ir más tarde.



Su oficina había sido vigilada desde el 23 de ese mes, por dos sujetos que se movilizaban en un Ford Falcon de color rojo y techo negro.



Su cónyuge, Carmen Whipple Ascui, al percatarse de que el afectado no regresaba al hogar como era su costumbre diaria, decidió dirigirse hasta la oficina con el objeto de averiguar qué podría haber sucedido. Allí llegó cerca de las 23:30 horas. Al entrar pudo observar que todo el lugar estaba desordenado, con claras evidencias de que había sido registrado minuciosamente, a la vez que encontró destruidos numerosos objetos y muebles. También logró darse cuenta que los responsables del allanamiento habían robado cheques, dinero, carpetas, documentos personales y la libreta de teléfonos de Alejandro Rodríguez.

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