Con extremo cuidado enfrenta el gremialismo el shock post traumático que afectó a Coloma y a sus seguidores luego de la nominación de Larraín como candidato de la directiva. Este lunes Paya se reunió con el ex presidente del Senado para comenzar la tarea de escoger a los vicepresidentes. Coloma sigue sin aceptar un cupo pero Chadwick se mostró abierto a integrar la nueva mesa.
Con extrema sensibilidad y tacto se trató este lunes el tema de la definición de la próxima mesa directiva de la UDI, porque la decisión de apoyar la postulación de Hernán Larraín provocó un notorio pesar a su competidor, Juan Antonio Coloma. Por primera vez los dirigentes históricos de la tienda de calle Suecia optaron por una persona foránea a ese círculo de hierro fundador, dejando a uno de los suyos herido en una elección.
Y Coloma está herido. Tanto, que aún no lo pueden convencer de formar parte de la nueva directiva, ocupando una de las cinco vicepresidencias. Tanto, tanto, que uno de sus más fieles seguidores, Felipe Salaberry, puso en el tapete nuevamente la forma cupular en que se eligen las autoridades en la UDI y planteó la idea de ratificar la propuesta de la mesa en un Consejo Directivo Ampliado.
Y es que es la segunda vez que Coloma se ve obligado a cederle la presidencia a otro. Ya lo tuvo que hacer el año 2003, cuando se acordó dejar al mando del timón a Jovino Novoa para enfrentar desde esa posición los coletazos del caso Spiniak.
Todo ello tiene a los partidarios de Larraín celebrando bajito y a todos en la UDI evitando cualquier frase que pueda molestarlo. Es por eso que al preguntarle a Patricio Melero qué fue lo que inclinó la balanza a favor del ex presidente del Senado no contesta. Y cuando se le pregunta lo mismo al diputado Darío Paya, quien acompañará a Larraín en la secretaría general, asegura que se trató de matices, que los dos eran muy buenos candidatos.
Esto explica porqué la colectividad decidió dar a conocer la designación de Larraín sin bombos ni platillos el día sábado, a un día del discurso presidencial para que pasara "piolita". Además, la conferencia de prensa se convocó el mismo sábado, manteniendo en estricto secreto una decisión que se había tomado el día jueves.
La decisión de hacer el anuncio de esta forma se explica también por la molestia que existe en amplios sectores por la forma en que se tomó la decisión. Un alcalde dijo a El Mostrador que esa consulta nacional que dijo hacer la actual directiva «nunca existió, ni a mi ni a nadie que conozca le preguntaron su opinión».
Larraín acallaría críticas de las bases
Si bien las personas consultadas por El Mostrador.cl prefieren no mencionar los aspectos que primaron en la nominación de Larraín, un dirigente distrital de la UDI amparado en el off the record afirma que es una clara señal hacia las bases de un nuevo estilo de conducción.
"Juan Antonio representa al núcleo de históricos en la UDI y un tipo de conducción cupular y poco inclusivo. Ya fue secretario general y vicepresidente del partido varias veces y en esos años avaló y formó parte de un estilo determinado de liderazgo. Larraín, en cambio, representa justo lo contrario", asegura el dirigente.
A su juicio, el triunfo de Larraín tiene la finalidad de acallar las voces disidentes que vienen clamando por una mayor participación de los distintos estamentos en las decisiones de la tienda política. Entre ellos están los ‘alcaldes rebeldes’, que protagonizaron una rebelión encabezada por Francisco de la Maza, y los dirigentes de base y concejales, que se han reunido varias veces en forma privada y que piden representación en la directiva a través de un Consejo Social.
En efecto, apenas se anunció el sábado la decisión de la directiva, Larraín señaló que un objetivo prioritario era abrir los espacios de participación tanto para los militantes de la UDI como para toda la ciudadanía. Sin embargo, ese ideal no necesariamente se llevará a cabo a través de la incorporación de representantes de las bases a la mesa directiva. Según expresó Paya "no hay que pensar con la estrechez de los cargos en la mesa directiva. No hay que enredarse tanto en eso sino que en el diseño y en el trabajo que viene para adelante, en las tareas que hay que hacer".
Caras nuevas
Si bien Larraín y Paya mantienen en completo hermetismo las caras que incluirán en la nueva directiva, ya habrían discutido algunas posibilidades en la reunión que sostuvieron este lunes al mediodía en la sede de calle Suecia.
En la cita acordaron realizar primero un proceso de consulta a todos los estamentos para "configurar un equipo de trabajo que sea representativo de lo que queremos desarrollar como proyecto", según indicó el senador. En todo caso, la consulta demoraría más de lo previsto porque los parlamentarios se encuentran en semana distrital esta semana y la próxima.
Respecto de la incorporación de Coloma, Larraín señaló que tiene las puertas abiertas para integrar la nueva mesa y qué él debe definir qué cargo le gustaría asumir. Por su parte, Andrés Chadwick no descartó integrar una vicepresidencia. "Si es necesario seguir colaborando desde algún cargo, lo voy a hacer", señaló.
Además, Chadwick abogó por la inclusión de caras nuevas en la próxima directiva. "Yo creo que le aporta incorporar en la conducción del partido gente nueva como el propio Darío, gente nueva que represente distintas generaciones, distintos orígenes, distintas sensibilidades dentro de la UDI. Sin exclusiones, tanto parlamentarios como alcaldes", aseveró.
Agregó que la nueva situación en que se encuentra el partido hace necesario un nuevo estilo de conducción. "Hoy día hay una UDI que tiene una mayor diversidad de liderazgos y, por lo tanto, tiene que haber también una conducción distinta. Hoy día la UDI es un partido mucho más grande, mucho más complejo, que tiene que desarrollar una conducción no marcada en un liderazgo individual, sino que en un liderazgo compartido, de mucha participación, de mucho funcionamiento de la orgánica interna del partido, de aunar criterios", indicó.
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