La propuesta para cambiar el binominalismo como fórmula de elección de los legisladores es evaluada positivamente como señal política, por parte del líder del Partido Comunista, Guillermo Teillier, quien confía en que se les dé un espacio para colaborar en las modificaciones que sean necesarias, y que el Gobierno tenga la firmeza para lidiar con la derecha.
En el Partido Comunista están de ánimo optimista, pero con ciertos resguardos. La propuesta más trascendental para su incorporación en el Parlamento podría ser una realidad pronto. Fue una de las condiciones del determinante apoyo comunista a la candidatura de Michelle Bachelet en segunda vuelta, y es hoy la posibilidad más cierta de que el sistema binominal sea reformado.
La propuesta inicial, elaborada por un grupo de expertos en sistema electoral -y que encabeza el ex senador de la Democracia Cristiana Edgardo Boeninger- debería ser entregada al Ejecutivo en los próximos días, y contendría las bases de un sistema proporcional corregido, lo que implicaría el aumento en el número de parlamentarios -de 120 a 150 diputados, y de 38 a 50 senadores- y la adición de dos circunscripciones, entre otras modificaciones.
El proyecto completo no ha sido aún revisado por los dirigentes comunistas, principales «víctimas» del actual sistema binominal, por lo que en ese conglomerado son todavía cautos a la hora de evaluarlo. Si, por un lado, se sienten optimistas, tras 16 años de ser marginados del Congreso como consecuencia del binominalismo, por otro tienen aprensiones por no haber sido convocados durante la elaboración de la propuesta.
Por el momento, explica el presidente del PC, Guillermo Tellier, sólo cabe esperar que se entregue el documento y se pueda discutir. "El ministro del Interior (Andrés Zaldívar) me aseguró que el jueves 15 va a estar listo el proyecto. Me adelantó que contiene el aumento del número de parlamentarios, incluso me parece que hay una modificación en los distritos. Si así fuera, estaríamos conformes, porque iríamos por buen camino. Otra cosa son las dificultades que depara ese camino, especialmente de la derecha, porque sabemos que al menos los parlamentarios del PS y el PPD en pleno apoyan la reforma sin restricciones", asegura.
-¿Qué tan interiorizados están ustedes de su contenido? ¿Se han sentido excluidos en esta discusión?
-No fuimos incluidos. Hemos puesto en duda la conformación de estas comisiones, si es que no se hacen con un criterio amplio, y con la determinación de que las reformas tengan vías efectivas. El ministro del Interior nos ha dicho que estas primeras propuestas tomaron en consideración todos los proyectos, incluyendo el nuestro. Entiendo que es una propuesta de base, y se va a llamar a nuestro partido, a otros partidos y a la CUT también, una vez que se conozca la propuesta de proyecto.
Derecho a opinar
-¿Ustedes cuentan con que el proyecto pueda ser modificado antes de ser sometido a la votación en la Cámara de Diputados?
-Yo espero que al menos se nos dé derecho a opinar antes de que se envíe al parlamento. Se nos ha dicho que se va a tomar en cuenta nuestra opinión, y si se manda directamente al congreso es porque no se toma en cuenta en absoluto. Lo primero es conocer el documento y dar una opinión acabada. Por lo que ha trascendido, nos parece un avance importante, al menos en la concepción de un nuevo sistema electoral.
-¿Con lo que se ha bosquejado hasta ahora por la prensa del proyecto, ustedes han hecho ya un cálculo de posibilidades electorales?
-Cualquier sistema que se apruebe tiene que partir de la base de que debe respetarse la proporcionalidad de votos de cada partido. Lo impresentable, de aquí en adelante, es que si un partido saca un siete por ciento de los votos no tenga representación en el parlamento. Cualquier variante de sistema electoral debe considerar eso como básico. Eso es parte del respeto a la fuerza que el electorado hace a cada partido, que hasta ahora se ha burlado.
La oposición de la derecha
-Suponiendo que haya acuerdo en un proyecto común con la Concertación, ¿cuáles son sus aprensiones respecto de la actitud de la derecha y su votación para aprobar la iniciativa?
-Desgraciadamente, impera aquí un sistema de quórum calificado, con el que la derecha ha ejercido una suerte de dictadura frente a cualquier cambio que se proponga al país. Incluso con el conflicto de la educación, si ellos no quieren modificar la LOCE, no se va a modificar, y van a crear un conflicto institucional importante. Si la derecha se opone a cambiar el sistema binominal, va a generar una crisis grave. En ese caso, nosotros tendremos que ver cómo movernos. Si no tenemos parlamentarios, lo que nos queda es manifestarnos en las calles si es necesario, y no tenga cuidado: eso lo vamos a hacer.
-¿Le da confianza que Michelle Bachelet haya cumplido su palabra respecto de los plazos en los que este proceso se iba a llevar a cabo? Ustedes esperaban que esto estuviera delineado a mediados de junio y así está sucediendo…
-Exactamente. Por lo menos en lo que se refiere a un primer proyecto que abra paso a una propuesta más elaborada. Ahora lo que hay que ver es si cumple con la voluntad que ha expresado de no dejarse avasallar por las resoluciones de la derecha, si es que impide que se apruebe este proyecto. Hay otros mecanismos, al menos para consultar la voluntad ciudadana. Si la derecha se opone, o si se ve de antemano que se va a oponer, creo que quedan otros pasos que dar por parte del Gobierno, como llamar a un referéndum, o a un plebiscito, aunque no sea vinculante, que determine la voluntad popular.
-Finalmente, acceder a lo que dijera esa consulta sería un tema de honor político.
-Exactamente, y de moral, además de las consecuencias que no acceder a esa voluntad podría reportarles en las siguientes elecciones.
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