Óscar Godoy: «Si hay cambios será para darle alguna migaja a la izquierda»

Sin ninguna gota de esperanza, el cientista político de la Universidad Católica e investigador del CEP, Óscar Godoy, anticipa el fracaso de la reforma al sistema electoral chileno, que es promovida por el actual gobierno. A su juicio, los partidos políticos están tan ensimismados en sus propios intereses que va a ser imposible consensuar una fórmula que permita reemplazar el binominal.



El académico está convencido de que la Concertación y la Alianza saldrán del embrollo buscando una fórmula que le garantice "un par de escaños" a la izquierda extraparlamentaria y que implique el mínimo de cambios posible al actual sistema.



Además, opina que la comisión Boeninger, creada por el Gobierno para proponer un sistema alternativo, se equivocó al incluir un redistritaje entre sus propuestas, ya que, en su opinión, ello es inviable por contar con un amplio rechazo en todas las bancadas de legisladores. De hecho, apenas el ex ministro entregó el informe este jueves a La Moneda, se generó un fuerte movimiento en contra en el oficialismo.



-¿Lo han invitado desde el Gobierno a entregar su opinión sobre la reforma electoral?
-No, y si me invitaran no iría, porque encuentro que es como ir a un circo donde las decisiones están tomadas de antemano y donde no hay un verdadero debate que tenga por objeto llegar al mejor resultado posible. Los intereses están preestablecidos y nadie pretende renunciar a ellos para ponerse en el plano del bien común, ni de buscar el mejor sistema electoral para Chile y no para el partido propio.



«Cambio cosmético»



-Pero si ningún partido cede a sus propios intereses entonces no va a haber ningún cambio durante este gobierno.
-Yo creo que así va a ser. Y si hay un cambio va a ser cosmético para entregarle alguna migaja a la izquierda. Punto.



-¿Sabes lo que va a pasar? Primero va a haber una gran discusión interna en la Concertación -y allí las posiciones son muy divergentes- que va a desembocar en la entrega de una propuesta. Y luego, como se trata de una ley orgánica que requiere quórum calificado, el Gobierno, con esa propuesta, tiene negociar con la Alianza. Y la Alianza va a decir que no.



-A menos que la propuesta sea un sistema binominal corregido.
-Pero es como infantil esa postura. Es como decir, yo quiero hacer un cambio pero por encima, que no se note. Y ¿cuál va a ser el resultado? No va a ser ninguna de las tres propuestas de la comisión Boeninger, ni la que salga de la Concertación. Sino que se va a llegar, durante el proceso de discusión parlamentaria, a una cuarta fórmula. Y yo me temo que va a ser una fórmula de maquillaje.



-¿Porqué?
-Porque todos los partidos están analizando las propuestas con calculadora en mano. Lo que están haciendo es preguntarse cuál es el sistema electoral que le dé dos o tres diputados a la izquierda extraparlamentaria actual, y fundamentalmente al Partido Comunista. Si los parlamentarios de la Concertación y de la Alianza descubren la fórmula de darle un par de parlamentarios a la izquierda extraparlamentaria van a quedar contentos y van a apoyar el proyecto.



Redistritaje



-¿Fue un error de la comisión Boeninger proponer un redistritaje sin haber sondeado antes si eso contaba con la aceptación de la Concertación?
-Cualquier propuesta que requiera redistritar al país es una propuesta inviable, porque son tantos los intereses que se crean una vez que se ha distritado, que redistritar es una verdadera revolución.



-¿Cuáles son las razones por las que no es factible hacer un redistritaje?
-Cuando tú divides el país en distritos y sobre esa base haces elecciones, los partidos políticos organizan sus electores y tienen una base electoral ya establecida. Si se redistrita, se rompe todo el esquema de adhesiones que hay en cada distrito en relación a los partidos y a las personalidades e incluso las clientelas de los partidos. Se crea una conmoción enorme.



-Además, una cosa es cambiar el sistema electoral y otra cosa distinta es hacer un redistritaje. Es algo que va paralelo.
-Exacto.



-Eventualmente se podría postergar entonces la decisión de hacer un redistritaje y centrarse en cambiar el sistema electoral.
-Evidentemente. La propuesta de David Altman, por ejemplo, postula mantener los distritos, transformarlos en distritos uninominales y elegir mayoritariamente 60 escaños parlamentarios. Y luego, como un sistema correctivo, aplicar un sistema proporcional en una lista única nacional, donde los partidos presentan listas cerradas. De esta manera, los resultados de esta segunda lista corrigen los efectos propios de una elección mayoritaria. El sistema proporcional corrige los efectos del mayoritario. Es a mi juicio, una fórmula muy inteligente y buena. Y así funciona en Alemania.



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