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Nueva Aldea no aceptará más estudios ambientales para iniciar faenas

Diputados pidieron al Gobierno la realización de estudios independientes para garantizar que la celulosa no producirá el mismo desastre ambiental que en Valdivia. Sin embargo, el subgerente de Asuntos Públicos de Nueva Aldea, Iván Chamorro, aseguró a El Mostrador.cl que »ya están dadas todas las condiciones para que la planta funcione perfectamente».


El subgerente de Asuntos Públicos de la Planta Nueva Aldea de Celulosa Arauco y Constitución, Iván Chamorro, descartó este viernes la posibilidad de realizar nuevos estudios ambientales, como condición para comenzar la producción definitiva de celulosa, tal como lo exigieron parlamentarios del oficialismo y de la Alianza.



"No, por supuesto que no (nos someteremos). En este minuto la planta tiene las resoluciones de calificación ambiental, la de marzo de 2005, que fue aprobada unánimemente en esta Región, en un proceso sumamente discutido, con amplia participación ciudadana y de científicos", dijo a El Mostrador.cl



"Están dadas todas las condiciones para que la planta funcione perfectamente, en el sentido de que el río Itata cuenta con el más completo programa de monitoreo para industrias de celulosa", agregó.



Quienes arremetieron contra Nueva Aldea fueron los diputados Enrique Accorsi (PPD), Guido Girardi Biere (PPD) y Roberto Sepúlveda (RN), quienes expresaron sus dudas respecto a que las operaciones de la planta de celulosa no causará daños similares a los registrados en el santuario del río Cruces de Valdivia, en la Región de Los Lagos.



"Lo importante es entender que hoy día estamos en la puesta en marcha, se está terminando la construcción, lo que queda son afinamientos y pruebas finales de todos los equipos y cuando funcione perfectamente en términos ambientales y de seguridad va a partir. Los estudios de calificación ambiental ya fueron hechos", explica.



Nueve meses de marcha blanca



El funcionario aclara que una vez que la forestal comience su producción, se dará inicio a lo que se denomina la marcha blanca, contemplada tentativamente para el 29 de junio, la cual tiene una duración de nueve meses, hasta que se alcance la producción plena de 856 mil toneladas de celulosa.



Asimismo, sostuvo que la fecha para la marcha blanca no era perentoria, sino que al contrario, completamente flexible, lo mismo que la fecha para la instalación del ducto submarino, el cual debiera entrar en operaciones hacía septiembre del año 2007, mientras tanto, deberá evacuar sus residuos industriales líquidos al río Itata, lo que mantiene en estado de alerta a los ambientalistas.



De igual forma descartó que la prórroga de la marcha se deba a presiones de ambientalistas, luego de que el miércoles Greenpeace ingresará a la planta y detuviera la entrada de camiones que participan del proceso de producción.



"Lo que pasa es que en algún minuto se habló de fechas, pero nunca ha sido el espíritu hablar de fechas, lo que nos preocupa es hacerlo bien, y una vez que estén todos los pasos dados sobre seguro en los términos medioambientales, de seguridad y producción se va a partir", enfatiza.



El funcionario hizo las declaraciones en el marco del seminario "Celulosa, medio ambiente e inversión social", que se realiza en Chillán.



Masivas manifestaciones



Por su parte, Antonia Fortt, encargada de la campaña de Contaminación de Oceana, indicó por su parte que este proyecto ha sido una aberración desde el inicio, ya que "está instalado en un valle eminentemente agrícola y va a descargar sus residuos industriales líquidos en una costa donde se desarrolla la pesca artesanal".



"Tanto las emisiones al aire como las emisiones al agua van a degradar los ecosistemas de los cuales subsisten estas actividades y puede contaminar el agua que consumen los propios habitantes de la zona, que se abastecen directamente de pozos sin previo tratamiento", explica.



Finalmente, la profesional hizo un llamado a la comunidad para apoyar las distintas manifestaciones que se harán este sábado 24 frente a todas las plantas de celulosa del sur de Chile, en rechazo a la instalación de esta industria, en el marco de una movilización internacional que tendrá réplicas en Argentina y Uruguay.



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