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Al menos 80 presos de la ex Penitenciaría duermen a la intemperie

Informe elaborado por magistrado Daniel Urrutia, al cual tuvo acceso en exclusiva El Mostrador.cl, revela que internos del CDP Santiago Sur enfrentan una situación »infrahumana», que atentaría contra los tratados de derechos humanos suscritos por Chile. Por ello, Urrutia dio cinco días de plazo al alcaide del recinto para superar estas dramáticas deficiencias.


No sólo la Fiscal de la Corte Suprema, Mónica Maldonado, constató las indignas condiciones de los reos en las cárceles del país, sino que también jueces del nuevo sistema penal también han elaborado duros y descarnados informes que dan cuenta de las situaciones ‘infrahumanas’ que se viven al interior de algunos recintos a cargo de Gendarmería.



Pese a que aún el documento elaborado por la funcionaria judicial no se ha hecho público por parte del ministerio de Justicia, El Mostrador.cl tuvo acceso a otro pronunciamiento judicial elaborado por el juez del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Daniel Urrutia, el cual criticó drásticamente las condiciones en que se encuentran viviendo los cerca de 5 mil 700 reos al interior de la ex Penitenciaría de Santiago, llamada hoy CDP de Santiago Sur.



El pasado 22 de junio, dicho magistrado se constituyó extraordinariamente en el lugar con el fin de constatar en qué condiciones están las personas recluidas en el recinto, a raíz de una denuncia interpuesta por uno de los tantos imputados que existen en causas tramitadas por el tribunal a su cargo.



En una inspección realizada durante la medianoche, el juez verificó que más de 80 de ellos, correspondientes a la calle N° 11, duermen a la intemperie, protegidos sólo con unas carpas elaboradas con cartón, nylon y frazadas, mientras que también descubrió la presencia de estoques y otros elementos peligrosos existentes en los perímetros, además de condiciones de insalubridad que vulnerarían los derechos humanos básicos de los internos.



A raíz de ello, el magistrado otorgó cinco días de plazo, que vencen este viernes 30 de junio para que el alcaide de dicho penal, Jorge Ojeda Lagos, para solucionar las condiciones de ‘lesa humanidad’ a que están sometidos los reos, requiriendo de forma inmediata que "cese la situación por la cual los presos en el CDP Sur duermen a la intemperie sin un techo que los cobije dignamente", consigna la resolución.



Acta de inspección



Asimismo, el magistrado registró en el acta de inspección que al preguntar por la denuncia por la situación anterior, al ingresar al penal, el teniente de Gendarmería Jaime Pérez negó que ello ocurriera; además, le recomendó en varias ocasiones que no ingresara a la mencionada calle, ya que en ella existían reos de alta peligrosidad.



«Luego subimos a otro segundo piso, en donde se encuentran las cámaras de seguridad, en donde se nos exhibe la vista de calle 11, en donde se aprecia imputados caminando, y carpas en el patio, constituidas de frazadas, en donde se encontrarían durmiendo personas, se nos indica que cerraron con 500 internos; y en el galpón constituido por carpas habitan unos 120; son imputados que tiene procesos del sistema antiguo y nuevo», sostiene el documento elaborado por Urrutia.



Ante la insistencia del juez, los funcionarios penitenciarios lo trasladaron por las calle 12, donde se dio cuenta de la inexistencia de patio donde los reclusos puedan transitar, asimismo se dijo desconocer el número de internos por pieza.



«Caminando más arriba del óvalo, llegando a la calle 11, en donde se ve gente caminando y hay especies de carpas hechas de frazadas cocidas. El Teniente Pérez indica que en esa calle había una especie de gimnasio en donde se encuentran ubicadas las carpas, pero que los internos en menos de un mes lo habían desarmado para hacer estoques y como se estaba cayendo sólo Gendarmería sacó la estructura», consignó el informe.



Asimismo, se detalló por parte de los funcionarios que en ese galpón formado por carpas de frazadas se encuentran alrededor de 120 personas, agregando que no hay distribución de personas por celdas, pues aunque se hiciera, una vez encerrados, operaría solamente la ley del mas fuerte y ahí es posible que, atendida la fama de los internos, algunos de ellos puedan apropiarse individualmente las habitaciones.



«Continuando con la visita, se llegó por arriba a la calle 9 donde también hay carpas y están los evangélicos y personas de más edad, siendo de alta peligrosidad, tienen un cobertizo, que según indica el teniente Pérez es similar al que había en calle 11 donde ahora se encuentran las carpas. En el perímetro que recorren a diario los funcionarios se encontraron unos estoques y además, se aprecia basura en forma desordenada y maloliente a la salida de la galería 10, ante lo cual el teniente Pérez indica, que es debido a que los internos en la noche hacen aseo y dejan la basura para que los mozos la saquen al día siguiente, se hace presente que en la mayoría de las calles pasa lo mismo», señala el documento.



«Posteriormente se concurre hasta la entrada de la calle 11, mientras cruzaba el óvalo se aprecia un reguero de sangre reciente, y se informa que debe corresponder a una pelea del día de ayer», añadió el juez.



La lucha de ‘clases’



En su relato, además Urrutia dio cuenta de la entrevista a un interno de la calle 11, el cual oficia como pastor evangélico. Ante las consultas formuladas por el magistrado, el reo expresó que las condiciones generales eran pésimas y a nivel carcelario también, pero igual existía preocupación de parte de Gendarmería respecto de los internos.



No obstante explicó que » ni siquiera hay colchones para todos, catres no existen, las piezas son de 2 metros por 1,50 metros, y la capacidad es como para, en su grado máximo, diez personas y la gente que vive en las carpas son hermanitos evangélicos que no tienen el nivel de los otros que están en la celda», descibre el documento.



«No pueden dormir en las piezas primero porque hay demasiada gente adentro de ellas, además los evangélicos no están a la altura de los de las piezas, por un problema de status de la cárcel, pero si no hubiera sobrepoblación todos dormirían en piezas y en camas. Los hermanos evangélicos han tenido problemas en el interior del mundo del hampa y por eso se retiran y duermen con los otros hermanos y entre ellos se protegen», sostuvo el interno.



Este informe, además de haber sido emitido al alcaide del penal, fue enviado también al ministerio del ramo, la Fiscalía de la Corte Suprema y la Presidencia de la Corte de Apelaciones de Santiago.



En tanto, la respuesta de parte de la institución penitenciaria aún está pendiente.



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