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Lucía Dammert: ‘Mejoras carcelarias podrían ser asumidas como mano blanda’

Coordinadora del área »Seguridad y Ciudadanía» de Flacso expresa su preocupación por la situación al interior de las cárceles, luego de conocer el último informe sobre DDHH de la U. Diego Portales. Además, dice que si bien se alegra por las bajas cifras sobre victimización entregadas por el Gobierno, alguien debe explicar por qué la gente piensa lo contrario.


Lucía Dammert (Foto Flacso)

Tras conocer las conclusiones del último informe anual sobre derechos humanos de la Universidad Diego Portales (UDP), centrado en la situación carcelaria, la socióloga y coordinadora del área "Seguridad y Ciudadanía" de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Lucía Dammert, expresó su preocupación por la situación a la que se encuentran expuestos tanto reos como gendarmes en las cárceles del país.



El estudio de la UDP, a cargo del Programa de Acciones de Interés Publico y Derechos Humanos, da cuenta de la situación penitenciaria durante 2005 y denuncia, entre otros aspectos, sobre las condiciones de hacinamiento de los presos y también la precaria situación en la que trabajan los gendarmes, la que se verá agudizada por la irrupción de las cárceles concesionadas.



"El informe muestra que la situación en las cárceles concesionadas puede ser aún más difícil. Por ejemplo, en una cárcel publica el gendarme llega a las ocho de la mañana y desayuna en el comedor general, almuerza, terminando su turno a las seis de la tarde y come antes de irse a su casa, pero eso no va a pasar en las concesionadas, puesto que ellas son un negocio, lo que podría llegar a precarizar aún más el actual estado de situación", dice Dammert.



Problema invisible



-¿Por qué cree que los gobiernos de la Concertación no han comprendido que es necesario mejorar las condiciones carcelarias para prevenir a la delincuencia? Tema que, por lo demás, fue advertido por la Cámara de Diputados durante 1991, mediante un duro informe

-La cárcel es un tema invisible, es un tema que realmente no aparece en la agenda pública, porque se asume (por parte del gobierno) que plantear mejoras carcelarias podrían ser asumidas como mano blanda por parte de la población y por ende como algo negativo.



Creo que esa es una apreciación errada. Si se sabe que la gente que va a la cárcel, va a salir con peores niveles de violencia de los que entró, creo que la ciudadanía preferiría, sin duda, invertir más dinero para asegurarse no solamente que los delincuentes van a pagar las culpas del delito cometido, sino que además van a pasar por algún proceso de resocialización que los incluya.



-¿Cuál es la percepción que tiene de lo que puede pasar en Chile, teniendo en consideración el contexto internacional?

-En general, cuando tú ves las situaciones carcelarias en América Latina e incluso en EEUU, mientras peores son las condiciones de habitabilidad más posibilidades hay que aparezcan actos de violencia al interior de las cárceles; mientras peores son las condiciones de habitabilidad, menores son las posibilidades de resocializar o quitar adicciones o generar algún proceso de rehabilitación de los presos. Además, si a eso le sumas la precarización de las personas que trabajan en torno a esa seguridad, corres un riesgo muy alto como en Brasil y México, donde las actividades delictuales se coordinan desde la cárcel, porque en ella tienen un espacio donde están más tranquilos, tienen celulares, tienen drogas, y es como un período de reabastecimiento.



Futuras políticas



-¿Qué tipo de políticas se pueden implementar para mejorar lo que no está funcionando en materia de la criminalidad?

-Hay dos tipos de políticas: las sociales, que "per se" son necesarias y que tienen que ver con la calidad de vida de los ciudadanos en el país, con mejores escuelas, con disminuir el desempleo juvenil, etcétera… Pero también hay políticas criminales y esas tienen que ver con los que ya cometieron un delito y son infractores, generando programas específicos para ellos y apuntando, asimismo, a hacer una fuerte inversión en la prevención.



-Pero, ¿dónde cree que se debe poner el acento para salir de las inhumanas condiciones en que se encuentran los presos?

-Hay varias cosas. A nivel institucional me parece que hay que ponerle muchísima fuerza a una mejora de la calidad del servicio de Gendarmería que vaya de la mano con una mejora de sus salarios, vestimentas, como dice el informe de la UDP, pero también tiene que existir gente mejor formada. Además, hay que pensar en un proceso de inversión pública muy importante en temas de rehabilitación y resocialización.



En esto, uno tiene empezar a olvidarse de creer que mientras más cárceles se construyan las cosas van a ser mejores. Paz Ciudadana señaló el año pasado que a la hora que se termine de entregar la décima cárcel concesionada, la sobrepoblación penal va a seguir siendo enorme. Chile podría transformarse en un país de cárceles y eso es lo que nadie quiere, lo que uno quiere es, en cierto sentido, que esta sea una sociedad de ciudadanos y no de presos.



Hay que ir por ese lado, pero también por el lado de que frente a ciertos actos violentos y delictuales es mucho mejor responder con medidas alternativas a la prisión, que responder con prisión para todo tipo de actos delictuales.



El rol de los defensores y cifras del Gobierno



-Se ha hecho una cuestionamiento un tanto velado al funcionamiento de los defensores públicos porque han logrado frenar el ingreso de más delincuentes a las cárceles. ¿Cómo evalúa a estas figuras de la reforma procesal penal?

-La sensación que tengo es que los defensores son uno de los pilares de la reforma procesal penal, entonces, tú le das a aquellos que son inculpados, de algún delito, la capacidad de reconocer si es cierto o no. Ahora, que a los defensores les vaya bien, puede ser por dos explicaciones, primero que los fiscales y las policías han hecho bien su trabajo, es decir, una persona que es culpable no es encontrada culpable porque fue mal detenida o no se encontrado las evidencia; o porque están deteniendo a personas que no tienen nada que hacer en el proceso



Entonces, creo que el rol de los defensores demuestra y pone en duda, no la política criminal, sino más bien del trabajo conjunto que hacen policías, fiscales y defensores. La defensoría es una institución vital para el estado de derecho, porque así como pueden agarrar a una persona culpable y declararla culpable, también hay muchos casos donde se toman personas inocentes y sin una defensa profesional, uno puede terminar en la cárcel, por eso o tiendo a defender el rol de la defensoría penal.



Ahora hay que recordar que todos ellos están pasando por un periodo de marcha blanca y uno va a encontrar errores, cosas mejores, cosas peores, pero diría que no hay que poner en tela de juicio si es necesario hacer o no inversión en la defensa de los imputados.



-Finalmente, el gobierno entregó los resultados de la Segunda Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana, elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que demuestra que la victimización cae cinco puntos en la Región Metropolitana, pero la sensación "térmica" de la población es otra. ¿Qué está pasando?

-Mira, la encuesta es impecable en términos técnicos, no tengo nada que decir respecto de eso, salvo que hay buenas y malas noticias. Lo bueno es que la victimización baja, lo que significa que la gente ha sido víctima de menos delitos en su hogar; la mala noticia es que eso no se condice con la percepción de la ciudadanía.



Entonces hay alguien que lo está haciendo mal, ya sea porque los medios de comunicación que están presentando los delitos demasiados, ya sea un discurso político absolutamente desorganizado, que trata de obtener réditos de las delincuencia o ya sea que en definitiva son menos victimizaciones, pero que éstas sean más violentas.



(Por ejemplo) El robo con violencia está en 7,6% y estoy casi segura que el año pasado era menos. En consecuencia, una mala noticia es la brecha que hay entre la realidad y la percepción y hay que saber interpretarla, porque en definitiva la percepción nunca es mentira, es una cosa que está, por algo los ciudadanos la tienen.

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