Parlamentario PS reitera que es necesario introducir cambios en la reforma constitucional, para dejar claramente establecido que los crímenes de lesa humanidad son siempre inamnistiables e imprescriptibles. Otro reparo es que el texto actual deja a discrecionalidad del Estado los casos que serán puestos en conocimiento de la Corte Internacional.
Pese a las aprensiones que manifestaron los senadores del Partido Socialista (PS) frente a la reforma que permite a Chile ratificar el Tribunal Penal Internacional (TPI), el texto fue aprobado sin modificaciones por la comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la cámara alta.
La idea de los legisladores socialistas era cambiar algunos incisos, pues consideran que tal como está redactado el texto permite que el Estado de Chile decida a discrecionalidad los casos que en definitiva enviará al TPI.
En conversación con El Mostrador.cl, el senador Ricardo Núñez (PS) lamentó que la Alianza no haya acogido los cambios que imulsaba su tienda, más aún si «nuestras observaciones no iban tan al fondo y mejoraban sustantivamente el proyecto de reforma».
«Hemos sido informados, en el sentido que la derecha no quiere mayores modificaciones, sin embargo han comprometido su apoyo a esta reforma constitucional, tal como lo hicieron durante la legislación anterior», agregó.
De todas maneras, indicó que su colectividad esperará una respuesta definitiva de parte del bloque opositor, para decidir finalmente de qué manera votarán el texto de reforma.
-¿Cuáles eran los cambios básicos que pedían?
-Precisar un poco más que este tipo de delitos de lesa humanidad son siempre inamnistiables, imprescriptibles y que si un Estado no está en condiciones de llevar o ejercer justicia sobre quienes cometen estos delitos, el TPI siempre debería ser el mecanismo automático que operara para que ellos no queden en el ámbito de la impunidad.
Modelo australiano
– ¿Con la reforma la situación quedará casi igual, porque se basó en el modelo australiano?
– Exactamente. Nuestras observaciones eran que deberían obviarse las dificultades que, en nuestra opinión, pueden producirse de emplearse criterios similares a los usados por Australia, que dejan al Estado y al Gobierno de turno con la capacidad de decidir cuándo estos delitos pueden ser enviados al TPI, determinar incluso la naturaleza de ellos y considerar los delitos como «no tipificables» en función de la norma establecida en el TPI.
-¿Por qué la derecha se opone a hacer esos cambios? ¿Temen otro caso Pinochet?
-No creo que se trate del tema Pinochet, en la medida que la misma reforma constitucional y las normas del TPI establecen que los efectos de suscripción de nuestro país a dicho acuerdo no tiene carácter retroactivo. En ningún caso, en función de esa suscripción del tratado, podríamos juzgar crímenes cometidos bajo la dictadura. Se trata de un tratado que genera un amplio consenso de respeto por los derechos humanos.
-Pero Chile es el único país latinoamericano que no lo ha suscrito.
-Felizmente son más de cien países los que lo han firmado. Lamentablemente Chile, que fue uno de los que inspiró el Tratado de Roma, es el único país que no lo ha suscrito. Por cierto, para nosotros es un baldón moral extraordinariamente oscuro, y esperamos que la derecha lo entienda y demos paso a esta reforma constitucional.
-¿Si la derecha no aprueba cambios, qué va hacer el PS a la hora de votar?
-El PS lo estudiará en función de saber más exactamente la disposición de la derecha de no mejorar la reforma al texto constitucional.
– ¿Si no se reforma el texto, qué pasara con el voto de ustedes?
-Vamos a estudiarlo con atención.
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