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Obra de teatro se ríe sin contemplaciones de los winners modernos

Escrito por Marco Antonio de la Parra y Rodrigo Muñoz -director de »Tengo Miedo Torero» y »La sexualidad secreta de los hombres»-, el montaje se burla del arribismo de la sociedad, y repasa en clave de humor a los winners y losers más célebres de la historia. El punto de partida: un grupo de actores cesantes que deciden hacer un programa de capacitación para triunfar en la vida.


A los costados del escenario: Augusto Pinochet, Víctor Cajas, María Eugenia Larraín, entre otros. Arriba, como parte de la escenografía: el insufrible Tío Rico Mc Pato, George Bush, Michael Corleone, Frank Sinatra. Es el equipo de los winners; los que de modos más o menos polémicos han llegado adonde han querido, algunos a costa de aplastar más cabezas que otros.



El asunto es simple, para los capacitadores:usted tiene sólo dos posibilidades; es un winner con todas las de la ley (más bien con la ley del más fuerte), o es derechamente un loser. La dicotomía es abordada en clave de humor por Marco Antonio de la Parra y Rodrigo Muñoz en la obra "The Winners", que se estrenó el jueves pasado en la Sala Teatro Aparte de Bellavista y en la que participa el mismo elenco de "La sexualidad secreta de los hombres".



El montaje tiene como punto de partida a un grupo de actores cesantes que deciden hacer un programa de capacitación para triunfar en la vida, y venderlo, inclusive al público.



El "cliente", según los "expertos", quiere conocer el modo en el que debe conducirse para no ser un loser. Se repasan, así, las historias de los winners más célebres de la historia, partiendo por Caín, que mata a su hermano. Incluso, en un vistazo futurista, el espectador se encuentra con los Jinetes del Apocalipsis, que vienen a destruir Santiago, sólo que otros lo destruyeron antes. "Les roban las trompetas de oro, tienen que empeñar los caballos. Se encuentran con un mundo que los superó", relata Rodrigo Muñoz, director de la obra, y parte del elenco de los capacitadores.



Puro exitismo



"Es una crítica al exitismo, a la búsqueda del dinero fácil, de engañar para poder conseguir las cosas, y a nuestro sistema de que si alguien no sirve se le desvincula. Es una crítica a cómo mucha gente que no es referente de nada para nadie acapara sin embargo portadas de diarios y se llena de plata a costa del pelambre", asegura Muñoz, y aclara que, aunque se trata de una obra lúdica, interactiva, cómica y que interpela directamente al espectador, no es una comedia light.



A la obra se van integrando supuestos espectadores que en realidad son parte del elenco, se integran diferentes partes de la sala, los actores se ríen de ellos mismos y de la sociedad. "(Ellos) terminan siendo cazadores cazados; nunca les compran la capacitación a los pobres, y acaban ellos estafándose entre ellos mismos -dice Muñoz. En el fondo, es un llamado de atención con humor a todo lo que hacemos diariamente, y nos involucramos con un sistema sumamente cruel."



Para ponerlo en términos teatro-cinematográficos, estos winners vienen a ser justo lo contrario de El rey de los huevones, que tan en boga está por la cinta que Boris Quercia está próximo a estrenar. Si en la película nacional el problema es el exceso de inocencia, el apego a la ley, el imperativo de hacer lo correcto, en este montaje la situación es exactamente la contraria: los que aprovechan cualquier instancia para no hacer la fila, para no pagar, para robarse alguna cosita, para sacar ventajas a la mala.



A cuatro manos



La obra fue escrita a cuatro manos, por De la Parra y Muñoz. El trabajo fue complementario, porque mientras el segundo imaginaba las escenas humorísticas específicas, la visión unitaria la ponía el dramaturgo y psiquiatara. "Marco Antonio tiene una visión social del país, una mirada macro de lo que pasa, hace un análisis bastante asertivo y global -cuenta. Yo iba haciendo las situaciones y él el marco teórico de todo esto. Hay pocas personas que tienen esa capacidad de análisis, y es bueno para el teatro poder contar con ellas."


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