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Marginación de LOM de ferias del libro desnuda desacuerdos entre editoriales

Empresa anunció que presentará una denuncia ante la Fiscalía Nacional Económica por lo que considera prácticas discriminatorias, luego de que la Cámara Chilena del Libro la marginara de la Feria de Ñuñoa. El motivo de la exclusión fueron las críticas públicas que sobre la asociación de libreros hiciera el director de LOM.


A menos de una semana desde que la tan peleada política nacional del libro por fin se convirtiera en realidad y fuera entregada a la Presidenta Michelle Bachelet para su implementación, un enfrentamiento entre LOM editores y la Cámara Chilena del Libro podría parecer un chiste negro. Pero no lo es.



A sólo horas de que termine la feria del libro de Ñuñoa, estalló una polémica que tiene a este evento como detonante. El conflicto se inició a partir de dos declaraciones en la prensa hechas por Paulo Slachevsky -director general de LOM ediciones-, en las cuales criticaba la política de la Cámara Chilena del Libro, que se centra principalmente en la lucha contra la piratería, asunto que, a juicio del ejecutivo de la casa editorial, no apunta al fondo del tema.



Tras la publicación de esas expresiones, el presidente de la asociación librera, Eduardo Castillo, habría manifestado a Slachevsky su molestia por hacer público un debate interno del sector. El asunto no habría pasado de una anécdota si ese enojo no se hubiese manifestado en la marginación de la editorial para la feria del libro de Ñuñoa. Privados de un stand en el que ofrecer sus títulos, LOM pidió explicaciones por lo sucedido. La respuesta, firmada por Castillo, asegura que la marginación se debe a dos razones: la escasez de stands durante esta versión del evento y las declaraciones de Slachevsky.



"El directorio de Prolibro (responsable de las Ferias) fue desagradablemente sorprendido por tus declaraciones con contra de la Cámara Chilena del Libro (. . .) y ante ellas decidió congelar temporalmente cualquier invitación", expresa la carta.



Según Slachevsky, se trata de un acto de censura, que pretende establecer sanciones económicas como castigo por el ejercicio de la libre expresión. "Cuando nos dicen que no vamos a ser invitados a las ferias hasta nuevo aviso, quieren decir que tenemos que ‘portarnos bien’ para que seamos invitados a las ferias del libro. Nos parece casi un chiste, particularmente cuando el ámbito del arte y la cultura tiene como principal valor la defensa de la libertad de expresión. Eso lo hace mucho más inaceptable", dice.



El director de LOM ediciones asegura que el conflicto ya ha llegado a un punto en el que no basta el diálogo, y anunció que el caso será expuesto ante la Fiscalía Nacional Económica, de modo de poner fin a prácticas que calificó de "discriminatorias", porque establecen barreras arbitrarias en el acceso al mercado que implican las ferias (la mayoría de ellas organizadas por la Cámara Chilena del Libro).



"Sorprende que en el mundo del libro se puedan llevar a cabo este tipo de medidas, que parecen prácticas de la dictadura -alega. No se puede aceptar en la sociedad chilena que se apliquen sanciones económicas por opiniones".



Menos cupos para la feria



Eduardo Castillo no hizo declaraciones frente a la denuncia de LOM, pero la asociación de libreros rechazó en una declaración pública las acusaciones de censura, asegurando que la única razón que dejó fuera a la editorial fue la reingeniería del evento, que disminuyó los cupos disponibles. "En este contexto, se privilegió la participación de empresas socias de la Cámara", consigna el escrito, aludiendo al hecho de que LOM no está asociada a la organización, aun cuando siempre ha participado en sus eventos de manera independiente.



"Lamentamos que se confundan planos absolutamente distintos que lleven aventurar juicios totalmente alejados de la realidad", expresa la respuesta, sin hacer ningún tipo de referencia a la anterior carta enviada por Castillo a Slachevsky, y que consigna expresamente la molestia por los dichos de este último como razón para dejarlos afuera.



El director de LOM considera que la razón de los cupos no es verosímil. "A nosotros siempre se nos ha invitado, y otros editores nos han comentado que esta vez faltaba llenar cupos: a algunos hasta les ofrecieron dos stands, o les rebajaron el precio para que fueran, porque no estaban logrando completar los stands de la feria", afirma.



La marginación, en cualquier caso, no operaría durante la Feria Internacional del Libro de Santiago, puesto que la inscripción para este evento por LOM fue hecha hace meses. Será en los siguientes eventos -la feria del libro de Viña del Mar, la del Parque Forestal- que se verá si la "congelación temporal" persiste o queda sin efecto.



Piratería: la manzana de la discordia



El desacuerdo de fondo entre la Cámara del Libro y LOM tiene como centro el debate acerca de cómo fomentar la lectura y la difusión de los libros. La primera ha puesto el acento en la lucha contra la piratería, en la necesidad de leyes que protejan la propiedad intelectual y de sanciones más duras para quienes la transgredan.



El director de LOM, que forma parte del conglomerado Editores de Chile -agrupación que reúne a 19 editoriales independientes-, asegura que la piratería no es el centro del problema, y que la Cámara del Libro soslaya otros temas de mayor profundidad, como la difusión y consumo de la creación chilena.



"El tema de la piratería sin duda es grave, pero afecta a los best sellers; mirar este tema, o el de los derechos de autor sólo desde el punto de vista del castigo, obviando otros aspectos, ha llevado a crear una imagen de que el libro es inaccesible y caro, lo que es un mito urbano, porque el precio del libro chileno es, en promedio, de 6.400 pesos -IVA incluido-, más barato que en la mayoría de los países europeos y que en muchos de los latinoamericanos».



En torno a este y otros temas se han enfrentado permanentemente las dos agrupaciones, aun cuando muchos de los miembros de Editores de Chile son también partícipes de la Cámara del Libro.



Juan Carlos Sáez, miembro de Editores de Chile y dueño de J.C. Sáez ediciones, va más lejos en sus críticas: plantea que hay una verdadera animadversión por parte de la Cámara, y asegura que existe una propuesta para modificar los estatutos de la organización de libreros, lo que impediría que cualquier miembro de Editores de Chile ocupara un cargo en el consejo directivo de la Cámara Chilena del Libro.



Según el Secretario General del Consejo del Libro y la Lectura, el caso podría ser tratado en la próxima sesión del Consejo, el 7 de septiembre, aunque no cabe esperar acciones formales por parte del organismo, ya que esta feria del libro en particular es un evento privado, en el que no han intervenido fondos públicos. "En general, el espíritu de todas las ferias es que son puntos de reunión de la diversidad cultural; eso es lo esperable -manifestó. Ahora, frente al conflicto específico, no tenemos hoy una opinión oficial".
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