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Las dudas que rodean la muerte del ex agente de la CNI Gonzalo Asenjo Zegers

La investigacíón por el deceso quedó a cargo del fiscal jefe de Las Condes, Rodrigo de La Barra, quien maneja tres hipótesis sobre el hecho: la autoeliminación, un accidente o la intervención de terceros. La víctima de esta trágica muerte fue uno de los procesados que dio luces sobre la posible participación del Ejército en el caso de los cinco desaparecidos de 1987.


Aunque en un primer momento la hipótesis de la autoeliminación, ya sea por decisión propia o accidente, fue la que más cobró fuerza para abordar el deceso del ex agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI) Gonzalo Asenjo Zegers, actualmente el fiscal jefe de Las Condes, Rodrigo de La Barra, sumó la posible participación de terceros en el hecho, debido a nuevas presunciones que han surgido respecto a las circunstancias de su muerte.



Hasta el momento, lo único claro respecto al fallecimiento es que éste se produjo por un impacto de bala en la zona toráxica. Sin embargo, debido a la ausencia de testigos y de huellas ajenas a la víctima en el sitio del suceso aún no son aclaradas varias de las interrogantes que rodean la investigación.



Si bien, como se dijo, las primeras informaciones dieron cuenta de un suicidio o un accidente que habría sufrido el ex uniformado al proceder a limpiar su arma de servicio sin percatarse de que el revólver estaba cargado, hay otros antecedentes que jugarían en contra de dichas teorías.



Dudas sobre el suicidio



Primero, según se explicó, Asenjo Zegers no dejó ninguna carta o nota explicando los posibles motivos de su autoeliminación, hecho que es recurrente en las personas que toman ese tipo de determinaciones. Esto se suma a las versiones de personas que se relacionaron con él durante los últimos días, quienes afirmaron a El Mostrador.cl que se encontraba «tranquilo y muy optimista» respecto a su futuro procesal.



El pasado 20 de septiembre, el ex agente represivo, quien operó bajo la chapa de «Juan Carlos Catán Caroca» en la disuelta CNI, fue procesado como encubridor de las desapariciones de cinco miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, quienes fueron detenidos, asesinados y sus cuerpos arrojados al mar luego del secuestro del coronel de Ejército Carlos Carreño, ocurrido el 1 de septiembre de 1987.



En ese sentido, sus cercanos -que lo vieron por última vez el pasado lunes en la noche- relataron que estaba consciente de que su participación en este hecho era bastante secundaria. Además, tenía trabajo y el compromiso de sus empleadores de que no sería exonerado a raíz de este tema, pues arriesgaba una leve condena que incluso podía cumplir en libertad.



«Nos extraña mucho que se haya suicidado, porque él estaba tranquilo y optimista, muy afable. Pese a que estaba preocupado por lo que estaba pasando, jamás habló de la posibilidad de un suicidio», sostuvieron estas fuentes.



Al respecto, acotaron que el único hecho que podría haber desencadenado esa posible decisión era el serio perjuicio que podría generar este tema a su hermano Rodrigo Asenjo Zegers, quien además de haber sido ex Fiscal Nacional Económico, ahora se desempeña como abogado integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago y es candidato a ser Contralor de la República, y el hecho de tener un hermano porocesado por violaciones a los derechos humanos podría haberle creado un cierto descrédito entre sus pares.



Posible accidente



Respecto a la posibilidad de que esto haya sido un desafortunado accidente ocurrido mientras limpiaba su arma de servicio, el dato que más juega en contra de ello fue entregado por miembros de su propia familia, quienes afirmaron ante el fiscal De La Barra que él no tenía la costumbre de limpiar muy a menudo, por no decir nunca, su armamento.



Además, conocedores del tema niegan tal posibilidad, ya que a un ex oficial de Ejército le sería casi imposible que le ocurriera tal cosa, dado que lo primero que se enseña en el manejo de las armas es cerciorarse que no se encuentre cargada al momento de desarmarla. Y además, que éstas nunca se deben poner en posición de apuntar al propio cuerpo.



No obstante, una conducta que también es típicamente suicida es preparar el escenario de la muerte para que parezca un accidente, por lo cual es una posibilidad que no se puede descartar que el haber dejado útiles para limpiar armamento cercanos a él formara parte de un «escenario» preparado por Asenjo Zegers como una forma de minimizar o mitigar el dolor a sus familiares.



En todo caso, el mencionado fiscal a cargo de la investigación ya ordenó los peritajes de rigor al Laboratorio de Criminalística de la policía de Investigaciones, así como también se encuentra a la espera del preinforme de autopsia que debe elaborar el Servicio Médico Legal (SML). Dichos análisis pueden arrojar muchas luces sobre las reales circunstancias de la muerte.



La participación de Asenjo en los crímenes de 1987



Según las declaraciones que prestó Gonzalo Asenjo ante el ministro Hugo Dolmestch y, posteriormente, ante el ministro Haroldo Brito, el interrogado reconoció que por órdenes del ex oficial de enlace entre la CNI y el ex Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), Francisco Zuñiga (también fallecido), se apersonó en horas de la madrugada en el cuartel Borgoño del organismo represor.



En ese lugar habría recibido la orden por parte de Álvaro Corbalán para que, junto al agente Rodrigo Pérez Martínez, trasladaran unos bultos al regimiento Peldehue, los cuales estaban enrollados como alfombras, y que posteriormente los cargaran en un helicóptero. En ese sentido, aclaró que él nunca vio los cadáveres, ni tampoco supo que en Borgoño hubieran detenidos a raíz del episodio de Carreño.



Asimismo, sostuvo que durante el período previo a ese hecho vio a miembros del Ejército -desconocidos para él- visitar los calabozos del cuartel, donde presuntamente estaban los frentistas. Ese hecho le llamó la atención dado que estaba absolutamente prohibido que personas ajenas a la CNI entraran a Borgoño.



Otro de los antecedentes que le hizo concluir a Asenjo que hubo participación del Ejército en esta operación, fue que cuando ingresaron al regimiento Peldehue los estaban esperando con el acceso despejado y nadie controló sus identidades. El vehículo se dirigió directamente a la zona en que estaba posado el helicóptero piloteado por Luis Campos y Héctor Barría, quienes fueron los encargados de arrojar los bultos que presuntamente contenían los cuerpos al océano.



Su carrera militar



Este medio tuvo acceso a una de las últimas declaraciones judiciales del teniente coronel (r) Gonzalo Asenjo Zegers, en el llamado caso Janequeo, en Quinta Normal, donde se eliminó a varios integrantes del MIR.



En esa oportunidad declaró: «En el año 1971 ingresé a la Escuela Militar, cursó que duró hasta el año 1974, egresando con el grado de subteniente. En el año 1975 fuí destinado al regimiento Tacna, ubicado en Av. Tupper, lugar donde permanecí hasta el año 1978. Posteriormente me destinaron al Regimiento Dolores, ubicado en la ciudad de Arica, cumpliendo funciones hasta el año 1981. Seguidamente, en el año 1982 pasé a formar parte de la CNI, específicamente a la Brigada Bernardo O´higgins, adquiriendo el nombre operativo de «Juan Carlos Catán Caroca».



«En el año 1984 volví al Ejército, nuevamente al regimiento Dolores, permaneciendo en esa unidad hasta el año 1986, fecha en el cual regresé a formar parte de la CNI, la Brigada Bernardo O´Higgins. En el año 1988 me designaron jefe regional de la CNI en la ciudad de Copiapó, cargo que desempeñé hasta 1990. Ese mismo año me fuí trasladado al regimiento de Artillería N°5 de Antofagasta, ubicado en esa misma ciudad, cumpliendo funciones hasta el año 1992 por cuanto regresé a la ciudad de Santiago, destinado al hospital Militar, permaneciendo en esa unidad hasta el año 1995, fecha en la cual me acogí a retiro voluntario».



«Durante el período 1982-1983, que estuve en la CNI, formé parte de la Brigada (Antisubversiva) Bernardo O´Higgins y que se encontraba bajo el mando del entonces mayor Álvaro Corbalán Castilla. Recuerdo que me correspondió desempeñarme en la Brigada de Asuntos Generales, encargada de corroborar todo tipo de información que llegara por cualquier medio respecto de situaciones que podrían ser consideradas de irregulares en dicho período. También estuve un corto período en la Brigada Amarilla, encargada de investigar al Partido Socialista, siendo designado jefe de ésta».



«En el segundo período, es decir, entre los años 1985-1989, comencé cumpliendo funciones en la Brigada Amarilla, quedando nuevamente como jefe de ésta, permaneciendo en el cargo hasta fines de 1986, fecha en la cual conformé la Brigada de Reacción, encargada de resguardar el sitio del suceso producido por cualquier hecho subversivo, hasta que llegara personal especializado, es decir, tanto de Investigaciones como de la propia CNI. En el año 1987 pasé como jefe del Departamento de Análisis de la Brigada O´Higgins, donde se analizaba la información que entregaban las Brigadas y las fuentes abiertas, la cual una vez procesada se le entregaba a don Álvaro Corbalán, quien era el encargado de ver que hacía con ella. A mediados de 1998, me designaron como jefe regional de la CNI en Copiapó, hasta el año 1990, fecha en la cual cesan mis funciones en dicho organismo».





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