Un clima de molestia y efervescencia se vive al interior de la colectividad progresista por el nuevo hecho de corrupción que golpea fuertemente a una de sus figuras emblemáticas. Las tendencias están divididas y hay críticas abiertas a la situación que involucra al senador por Santiago Poniente. Entretanto, el presidente del partido tomó distancia y no expresó su respaldo público al cuestionado legislador.
Una profunda molestia y efervescencia hay al interior del Partido Por la Democracia (PPD) debido a la compleja situación política que enfrenta el senador y vicepresidente de la colectividad, Guido Girardi. De acuerdo a fuentes confiables, tal sentimiento es generalizado porque en cada escándalo de corrupción que ha ocurrido en los últimos años en alguna repartición pública han estado involucradas figuras relevantes de la cúpula partidaria, "lo que en cada ocasión termina por perjudicar a la institucionalidad misma del pepedé", comentan las mismas.
En esta situación puntual, Girardi está bastante complicado, según indican dichas fuentes, y por lo mismo debió preparar cuidadosamente su defensa pública junto a los abogados Samuel Donoso, Juan Pablo Hermosilla y Alfredo Morgado, para evitar algún tipo de error al especificar el tipo de lazos que unían a la empresa Publicam, cuestionada por irregularidades ligadas a la recepción de fondos de parte de Chiledeportes, con su comando de campaña en las últimas elecciones senatoriales del 2005.
Es por ello también que el mismo parlamentario repitió este martes hasta el cansancio que asume la responsabilidad política derivada de estos hechos y que hubo «un error de forma y no de fondo», descartando de esa manera que su situación pueda ser encuadrada en alguna figura delictiva, como simulación de contratos y asociación ilícita para defraudar al Fisco.
Así Girardi trató de aplacar los ánimos al interior del partido, apenas se bajó del avión que lo traía de China, aunque en el PPD, en términos generales, igual se considera impresentable que figuras prominentes de su última campaña (como Ricardo Farías, actual jefe de gabinete) eventualmente estén involucradas con Alejandro Chaparro (ex asesor del MOP ligado al caso Coimas, que fue el que en algún momento le costó el ostracismo político a Víctor Manuel Rebolledo), pese a que el mismo parlamentario asegura que nunca hubo «contacto» entre ellos.
Además otro hecho que llamó la atención en la colectividad fue la actitud de desmarque, frente al escándalo, que tuvo el presidente del PPD, Sergio Bitar, quien durante la comisión política del lunes, logró obtener un fuerte respaldo de la gran mayoría, incluido los floristas, porque centró su discurso en que es indispensable fortalecer la transparencia y la probidad en el partido. En ese marco, el ex ministro de Educación tomó distancia del cuestionado senador, al insistir en que quiere conocer la versión de Girardi de sus propios labios antes de emitir una opinión al respecto.
En consecuencia, durante este martes Bitar usó la misma táctica, aun cuando ya el senador había dado explicaciones públicas a todos los medios de comunicación, quienes debieron subir a su oficina del tercer piso de la sede, ubicada en calle Santo Domingo, en grupos de a cuatro para evitar proyectar una imagen de crisis partidaria, según la explicación dada para justificar esta singular estrategia comunicacional.
Fuentes ligadas al bitarismo manifestaron, por su parte, que el timonel de la tienda progresista está muy molesto con todo este asunto, muy complicado y que por el momento no hará defensas corporativas de Girardi, aunque ya hay partidarios del legislador, los cuales integran la directiva, que están exigiendo poco menos que a gritos un pronunciamiento de Bitar en favor del líder político.
"Esto refleja que Bitar está muy agobiado con la situación interna y que el caso de Girardi lo ha golpeado fuerte porque la imagen del partido queda muy lastimada", dijo un dirigente bitarista. Es por eso que el ex secretario de Estado se entrevistó con la contralora subrogante, Noemí Rojas, a quien le aseguró que la colectividad velará por la transparencia, por evitar la corrupción y que apoyará todas las investigaciones ligadas a Chiledeportes.
Al mismo tiempo, la misma fuente indica que el ex ministro está sentido, ya que aparecen involucrados dos ex funcionarios de Chiledeportes (los que hicieron estallar el escándalo al divulgar la entrega o la intención de asignaciones directas a 10 diputados del PPD), Andrés Farías y Orlando Morales. Ambos, se señaló en fuentes partidarias, son miembros de la corriente internada liderada por el actual presidente del directorio de TVN, Francisco Vidal, y por razones generacionales son además muy allegados a Rodrigo Peñailillo, jefe de gabinete de la Presidenta, que durante la campaña bacheletista trabajó en el comando en el área de programación.
Estos trabajaron arduamente en la campaña presidencial de Michelle Bachelet, como antes en la de Ricardo Lagos, y luego estuvieron en el equipo de trabajo del mismo Bitar. "Con este escándalo es claro que ambos militantes, quienes además son jóvenes, pierden toda posibilidad de seguir proyectando su carrera política", expresó un personero.
Girardi busca desesperadamente alianza con Fernando Flores
Otras fuentes también manifestaron que existe una necesidad imperiosa de parte de Girardi de buscar ayuda en el sector florista. Es por eso que apenas llegó de China este lunes, estuvo toda la tarde tratando de ubicar al senador Fernando Flores, pues la idea, según se indica, es conseguir que dicha tendencia frene su embestida comunicacional en torno al tema y de esa manera bajar la alta sensación térmica de conflicto que reina en el partido.
Así, debido a que no pudo tomar contacto con Flores, se reunió con el ex diputado, Jorge Schaulsohn, un florista pero que juega de «líbero», con el cual las relaciones interpersonales, desde las pasadas elecciones internas de mayo, habían quedado trizadas, ya que Girardi no quiso apoyarlo como candidato a secretario general, optando por la postulación a ese cargo del ex embajador en Suecia y experto electoral, Pepe Auth.
En la cita, Girardi analizó extensamente el tema con Schaulsohn, quien le dio su visión política y jurídica de los hechos. Sin embargo, pese a ello el ex parlamentario igual ha seguido con sus declaraciones de grueso calibre sobre la falsificación de documentos públicos y ha puesto en duda la inocencia del senador, ya que apunta a que el partido debe hacerse a la idea de que la investigación será larga, advirtiendo a sus cercanos que el parlamentario "está preocupado, al igual que la familia de éste".
Dirigentes ligados al sector de Schaulsohn y Flores insisten en que la situación para el senador "no es fácil y por lo mismo necesita ayuda. Esto marca al partido, ya que incluso podría definirse como un hecho mucho más grave que el denominado caso cartas, cuando con correspondencia a cargo de fondos del Congreso se enviaba propaganda electoral".
Tendencias se preparan para duro debate en Consejo Nacional
El 25 de noviembre próximo está fijado el Consejo Nacional de la colectividad, donde no se descarta que las diversas tendencias se pasen las respectivas cuentas pendientes, pues las elecciones internas pasadas dejaron mucho resentimiento en los distintos lotes.
En ese orden, personeros ligados al girardismo aseguran que en esta instancia habrá un duro round, ya que "no dejaremos pasar los cuestionamientos públicos y soterrados que han hecho a nuestro sector y en especial al senador".
En tanto, el vidalismo también se siente herido con esta situación. Incluso cuestionaron duramente que dirigentes como, Jorge Parragué López (vicepresidente provincial Chacabuco), Katherine Araya Matus (secretaria nacional de la Mujer), Nicolás Gatica Jarrú (ex vicepresidente nacional de la JPPD) y Francisco Molina Henríquez (subsecretario nacional de organización JPPD), hayan expresado, a través de una declaración pública, que el partido está en crisis y que su buen nombre ante la opinión pública está en juego.
En dicho escrito se señala que «la crisis de hoy es producto de las inadecuadas prácticas del pasado. Esperamos que el escándalo en la Dirección Regional Metropolitana de Chiledeportes sea el término de una generación que le ha hecho muy mal a la Juventud del PPD. Allí debiera verse el cierre de una práctica que ha hecho de los cargos públicos la principal motivación política de ese sector, hoy enquistado en las más altas esferas del poder».
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