Al referirse a los últimos hechos de la actualidad política relacionados con las irregularidades financieras en Chiledeportes, el dirigente socialista manifiesta que es indispensable apoyar a la Presidenta. A su juicio, la Concertación tiene que estar detrás del proyecto país que Michelle Bachelet está impulsando por el bien del país y de la propia coalición.
Completamente convencido de que el gobierno de Michelle Bachelet está haciendo lo correcto para realizar una fuerte reingeniería en Chiledeportes se muestra el ex embajador en Argentina y ex ministro del Trabajo, Jorge Arrate.
El dirigente socialista, en ese sentido, defiende a la mandataria y condena, al mismo tiempo, los hechos que se están produciendo al interior de la Concertación. En esa perspectiva, reconoce que las pasadas de cuentas y las rencillas políticas son peligrosas al interior de una coalición y que son parte del lado oscuro de la política.
Por eso apela a la cordura y señala que todos los partidos de la Concertación deben estar detrás del proyecto país que está llevando adelante Bachelet. «Es imperioso apoyar a la Jefa de Estado porque los problemas de probidad y corrupción no son fáciles de llevar. Son un fuerte mal», recalca Arrate. Quien, al mismo tiempo, asegura que como simple ciudadano y militante del PS -donde revista en las filas del Nuevo Socialismo- no tiene autoridad para hacer un llamado al orden al oficialismo; sin embargo, de todos modos expresa la necesidad de que lo haya.
-¿Cuál es su impresión respecto a todo el escándalo de corrupción que se generado en la Concertación por el caso de Chiledeportes?
-En los países con sistema democrático, una de las funciones de la oposición es fiscalizar globalmente a quienes gobiernan y en este sentido creo que la derecha ha hecho lo que le corresponde en términos de hacer las respectivas denuncias.
No obstante, a mi parecer, creo que se ha extralimitado porque más allá de su rol fiscalizador lo que está buscando es obtener dividendos políticos, formulando algunas de las denuncias de manera irresponsable, como aquellas que pretendían involucrar en situaciones poco transparentes a la subsecretaria Catalina Depassier. Y esto no es la primera vez que le ocurre al diputado Nicolás Monckeberg, quien en otras denuncias anteriores incurrió en la misma sobreactuación.
Pero yo creo que el rol de la oposición es de fiscalizar y el del gobierno es, por su parte, con medidas muy claras y de fondo, como las que ha anunciado el ministro Ricardo Lagos Weber, luego de sus reuniones con la Presidenta de la República, atacar los problemas de probidad. Aunque igual me gustaría dejar en claro que la derecha, en este caso, mostró la hilacha porque cuando el presidente del RN, Carlos Larraín, dice que es tarde para anunciar medidas, usted comprenderá que él no tiene mucha autoridad para decir esto en muchas materias que yo podría enumerar.
-¿Cuál cree usted que es la sensación que la opínión pública tiene de estos hechos?
-Yo creo que en una coalición como la Concertación, que lleva cuatro periodos presidenciales, es necesario ser cada vez más riguroso y severo, como lo está haciendo el gobierno, para estar atentos cuando se produzcan este tipo de fenómenos, que a veces surgen como resultado de un sentido de potestad e impunidad y eso hay que evitarlo a toda costa.
Entonces, el oficialismo lo tiene que hacer a través de todos sus partidos, más que tratando de responsabilizar unos a otros de los problemas.
«La corrupción es un hecho que ocurre»
-¿Pero cómo queda la Concertación?
-Cuando ocurren estos hechos, que deben ser severamente condenados, en la Concertación no corresponde que se fije si el que está involucrado es un pepedé, un socialista, un decé o un radical, ya que cada una de estas cosas perjudica al bloque como un todo.
-¿En ese sentido, condena que hayan aparecido dirigentes de la DC y el PPD cuestionando a sus pares? ¿No habrán pasadas de cuentas por otros temas en estos hechos?
-En materia de rencillas políticas y pasadas de cuentas, desgraciadamente ellas son parte del lado oscuro de la política y si ocurre en la Concertación, como me la impresión en algunos casos, también ha pasado de manera tremenda en la Alianza por Chile.
Esto muestra que la coalición tiene un animus societatis que está de repente y por momentos afectada por debilitamientos. Y nuevamente aquí surge la responsabilidad de los propios miembros de los partidos y de sus directivas en orden a reestablecer ese espíritu de colaboración en común, el cual se funda sobre la base de un proyecto, y que está siendo perfilado por el actual gobierno en muchos ámbitos. Entonces, en ese sentido, yo creo que el oficialismo debe ordenarse detrás de ese proyecto que encabeza la Presidenta.
-¡El hecho de que la Concertación lleve tantos años gobernando no provoca también que a muchos dirigentes, que están en el aparato público, se les olviden las normas de la ética y la probidad?
-Yo no creo que sea un fenómeno generalizado y que se pueda atribuir a un partido o a la coalición en su conjunto. La corrupción es un hecho que ocurre y es muy grave cuando sucede en el sector público porque son recursos de todos los chilenos.
Pero también no debemos olvidar que la corrupción ocurre en grandes conglomerados privados, donde se producen acciones que son delictivas o a lo menos administrativamente reprobables. No nos saquemos la suerte entre gitanos. Hace un tiempo atrás un miembro de la comisión política de la UDI recibió la más alta multa que se haya aplicado en la historia de Chile por la violación de las reglas en el mundo privado, es decir, me refiero al caso del señor José Yurascek.
Entonces, yo no por eso podría decir que la UDI es un partido corrupto o la Alianza por Chile lo es y que violan las normas establecidas para los negocios privados.
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