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‘Este homicidio fue planificado por los servicios de inteligencia iraquíes’

Para el representante legal en Chile de los padres de Jonathan Moyle, la identidad de los autores materiales de este crimen ya está debidamente aclarada en el expediente judicial, pero debido a que se trata de ciudadanos extranjeros la posibilidad de enjuiciarlos depende sólo de la colaboración internacional.


A juicio de Jorge Triviño, abogado de la familia del periodista británico Jonathan Moyle, la reciente decisión adoptada por la Corte de Apelaciones de Santiago «indudablemente abre una nueva posibilidad para esclarecer la verdad y a los responsables del homicidio del profesional», quien se encontraba investigando la venta de armas por parte de Chile a Irak.



El profesional sostiene que los antecedentes que ya ha recopilado la justicia permiten establecer quiénes habrían sido los ejecutores materiales de este crimen, y las sospechas apuntarían directamente, según Triviño, «en contra de los periodistas españoles que alojaron en una habitación contigua a la de Moyle en el Hotel Carrera, Antonio Terol y Juan Trías, quienes participaron en la Fidae de 1990, acreditándose como representantes del a publicación Tecnología Mineral de España, ya sea en calidad de autores o de partícipes necesarios».



Por ello, según estima, la colaboración internacional para poder enjuiciar a los responsables resultará fundamental para que este caso llegue a su fin. El que, en opinión de Triviño, sólo puede concluir con la dictación de una sentencia condenatoria en contra de las dos personas mencionadas. «Hasta ahora, todas las diligencias que se han debido realizar fuera de Chile se diluyen y, si ese escenario cambia, podríamos lograr que este crimen sea castigado como corresponde», añade.



Por otra parte, cabe aclarar que aunque muchas veces se ha escrito sobre los negocios que habrían sostenido empresarios chilenos con el desaparecido régimen de Sadam Hussein para proveerle material bélico, en los tribunales nacionales no ha existido ningun proceso judicial que haya investigado la real magnitud de este tipo de transacciones.



Periodista y agente



Sin embargo, para Triviño está claro que Moyle cumplía funciones como agente del MI-6 británico, dedicado a la inteligencia exterior. Por ello buscó entrevistarse en Chile con representantes de empresas fabricantes de armas y descubrir la posible venta ilegal de material bélico hacia Irak.



«En el proceso figura la declaración de Amed, un desertor del Mukhabarat -servicio de inteligencia irakí- quien señaló que los autores del homicidio fueron estos dos españoles. Según esta versión, Jonathan Moyle figuraba en una lista negra de ese organismo, dado que éste tenía grandes contactos en Medio Oriente», agrega.



Respecto a cómo se explica que tantos periodistas estuvieran insertos en el mundo de la inteligencia, el abogado argumenta que «para estos profesionales es fácil transformarse en agentes, ya que su función es investigar, preguntar, saber información privilegiada, por lo tanto es común que sean reclutados por este tipo de organizaciones».



De esta forma, descarta tajantemente que este caso corresponda a un suicidio, como se especuló por mucho tiempo, ya que en su opinión está clara la intervención de terceros en este caso. «Él no tenía ningún motivo real para suicidarse, tenía planes de matrimonio y estaba organizando su luna de miel en Turquía junto a su novia. Desde que el ahora ministro Alejandro Solís asumió la investigación la caratuló como homicidio», comenta.



El juez Solís, ahora integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago, fue el primer magistrado a quien le correspondió investigar este caso, dado que en 1990 era el titular del 5° Juzgado del Crimen de la capital. Según fuentes cercanas a él, nunca dudó que se trataba de un asesinato y por ello cuando dejó ese cargo aún estaba abierto el sumario y con una serie de diligencias decretadas.



Nuevas pericias



«Nunca hemos perdido las esperanzas de aclarar el crimen. Por eso consideramos que las diligencias que decretó la Corte son muy importantes, así como también otras que pediremos al tribunal. Además, la creación de una Comisión pericial especial para determinar aspectos relevantes de la muerte es un hecho inédito que valoramos significativamente», acota.



Al respecto, aclara que según los análisis a las vísceras de la víctima, realizados en Inglaterra, a Moyle se le habría suministrado una gran cantidad de tranquilizantes inmuno depresores para neutralizarlo. Sin embargo, según el Servicio Médico Legal (SML) chileno la concentración de estas sustancias no era suficiente como para dejarlo inconsciente o bajar en forma drástica sus niveles de lucidez.



Asimismo, considera que también es importante que la justicia investigue la posible vinculación de la muerte de Moyle con el asesinato del coronel de Ejército Gerardo Huber, ex alto funcionario de la Dirección de Logística, ya que existen antecedentes que apuntan a que el militar habría tratado de entregarle información a este periodista, lo cual no se concretó ya que el profesional fue asesinado antes.









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Justicia reabre caso sobre extraña muerte de periodista inglés Jonathan Moyle (9 de noviembre del 2006)

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