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Analistas discrepan sobre beneficios de entrenar tropas en Estados Unidos

Para José Higuera »la ayuda que EEUU entrega a Chile en defensa representa muy poco», mientras que Juan Pablo Rosso cree que »no hace una contribución muy relevante a la preparación de nuestras fuerzas». Armen Kouyoumdjian dice que »si se trata de entrenamiento en el uso de material americano podría ser útil», aunque destaca que otros países tienen »tan buena o mejor» experiencia que la nación del norte.


Discrepancias existen entre los analistas de defensa sobre la reciente decisión de la administración del presidente George W. Bush de volver a entrenar militares en la región, en una situación similar a la que hizo en el pasado con la temida Escuela de las Américas, donde se enseñaron diversas prácticas de tortura y contrainsurgencia a los uniformados.



Para Juan Pablo Rosso, el programa IMET (International Military Education and Training) "no hace una contribución muy relevante a la preparación de nuestras fuerzas. Consiste principalmente en cursos de capacitación técnica y de mando, los que nunca están de más pero que tampoco son fundamentales y para los cuales, en todo caso, hay sustitutos".



Por otra parte, agrega Rosso, "la asistencia IMET otorgada a Chile es de menos de un millón de dólares anuales, por lo que no sería muy oneroso para el Estado financiar ese tipo de entrenamiento en otros países. De un valor mucho mayor para el entrenamiento de nuestros militares son los ejercicios combinados con Estados Unidos, principalmente RIMPAC y Team Work North y South. Aquí se ensayan en terreno los procedimientos para interoperar con fuerzas con distinto entrenamiento, equipamiento y doctrinas y se aplican los conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera militar para enfrentar a adversarios muy distintos a uno, lo que es invaluable en términos de experiencia y lograr credibilidad como una fuerza militar efectiva".

Requerido con respecto a cómo influiría Estados Unidos en nuestras FF.AA. un posible adiestramiento a militares como el que en el pasado se hizo en Fort Gullick, en la zona del canal de Panamá, y luego en Fort Benning, afirma que la nación del norte "le saca mucho más provecho que Chile a su fuerza militar como instrumento de política exterior. No la utiliza solamente para disuadir o reprimir, sino para influir en la forma cómo piensan otras culturas. Ese es uno de los principales objetivos del IMET: exponer a militares extranjeros a los ideales humanistas y visiones políticas de EE.UU. para inculcarles el respeto por la democracia y lograr una predisposición favorable a la presencia militar de EE.UU alrededor del mundo".



Consultado si esta decisión de Bush está dirigida a frenar a los gobiernos progresistas e izquierdistas en América Latina, dice que no es así "sino que está focalizada contra los intentos de China por ejercer mayor influencia en la región. Estados Unidos sigue fiel a la Doctrina Monroe de 1823, según la cual no debe permitir que la región caiga bajo la influencia de otras potencias. Terminar con programas IMET le dejaba abierta la puerta a China para llenar ese vacío. Hay que tener presente que EE.UU. y China están recién comenzando lo que será una larga y tal vez conflictiva disputa por espacios de influencia en el mundo».

"Es un retroceso"



El especialista Armen Kouyoumdjian cree que "todo depende de que tipo de preparación se trata. Si vamos a regresar a la época de la Guerra Fría, en donde los cursos en la Escuela de las Américas tenían un fuerte componente ideológico -y ni hablar de la instrucción en técnicas de interrogación y tortura- es un retroceso".



Ahora, precisa el analista que "si se trata de suplir entrenamiento en el uso de material americano, que obviamente solamente lo pueden dar ellos, o en tácticas muy especializadas, podría ser útil. No obstante, en este último punto hay países como Gran Bretaña o Francia con conocimientos y experiencia tan buena o mejor que las fuerzas de Estados Unidos".



Consultado con respecto a qué nos puede servir a los chilenos de dicha ayuda, expresa que "el nivel de preparación y entrenamiento de los chilenos es ya bastante bueno, y solamente veo la utilidad en relación de uso de material comprado aquí o en ambientes que no existen acá, como por ejemplo en la selva".



Señala que la decisión de Estados Unido tendría que "ver con la desaparición de la URSS y el hecho de que China está más interesada en vender electrónica que revolución". Y agrega que quizás a Estados Unidos "piensa evitar el riesgo de una supuesta «izquierdización» de las FF.AA., después de haber visto emerger militares que antes se llamaban «de línea peruana» (por el gobierno nacionalista de Velasco Alvarado) en Venezuela y Ecuador".



Ayuda "marginal"



José Higuera, especialista de la Comisión de Defensa del PPD, coincide también en que "la ayuda proporcionada a Chile por Estados Unidos, en lo que se refiere a educación y entrenamiento de efectivos de nuestras fuerzas armadas bajo el programa IMET, representa un valor económico o financiero más bien marginal. Esa educación y entrenamiento bien podría ser reemplazada por programas de la misma naturaleza e igual o incluso superior calidad en países europeos, que nuestro país perfectamente podría pagar».



Frente a esto, el experto del PPD dice no entender "la forma histérica en que algunos sectores de la Concertación y los partidos políticos de la derecha reaccionaron, frente a las amenazas estadounidenses de suspender toda ayuda militar a aquellos países que ratificasen el Tratado de Roma para la creación de una Corte Penal Internacional, sin otorgar la inmunidad demandada por Washington para los militares estadounidenses".



Sobre este particular, el especialista puntualiza que "la ayuda que Estados Unidos entrega a Chile en defensa representa muy poco en términos de valor financiero, y perfectamente se podría prescindir de ella, para pagarla y obtenerla en otros países que también cuentan con centros de entrenamiento de primer nivel. Hay que distinguir esa ayuda de la compra de aviones de combate, sistemas de armas o equipos terrestres de origen estadounidense, la que está muy lejos de ser una ayuda o dádiva otorgada por Washington. Todos esos equipos están siendo pagados por el Estado de Chile a precios de mercado, los que en algunos casos han resultado bastante onerosos y, se sospecha, más caros que los equipos alternativos ofrecidos por proveedores de otros países".



Sobre el relanzamiento de la Escuela de las Américas anunciado recientemente por el presidente George Bush, Higuera recuerda que "dicho centro de instrucción nunca se cerró realmente, sino que sólo se mudó desde Panamá a Estados Unidos en 1984. En 2001 la escuela fue relanzada en el Fuerte Benning en el estado de Georgia, bajo el nuevo nombre de Instituto para la Cooperación en Seguridad en el Hemisferio Occidental, siempre teniendo como misión el entrenamiento de militares latinoamericanos. Eso nos da a entender que, pese a sus cambios de nombre y de sede, este centro de entrenamiento ha mantenido una continuidad a lo largo de la historia".



Triste record



Al respecto, Higuera subraya que "los egresados de la Escuela de las Américas ostentan un triste record en materia de abusos y crímenes contra los Derechos Humanos. Más allá de la dolorosa experiencia vivida en Chile, tenemos el hecho de que egresados de esa escuela han encabezado actos de represión que incluyeron tortura, asesinatos y masacres colectivas en países como Argentina, Colombia, El Salvador y Guatemala. Todos esos crímenes tienen su origen en la Doctrina de Seguridad Nacional dictada en la Escuela de las Américas, que se inscribía en la lógica de la Guerra Fría aplicada a nuestra región, teniendo como objetivo la erradicación del virus marxista y evitar el efecto dominó tan temido por Washington y ciertas elites económicas latinoamericanas".



"Todo esto debe tenerse en consideración, para poner en perspectiva la ayuda otorgada por Estados Unidos a Chile en lo que se refiere a entrenamiento y educación de nuestros militares, y para evaluar la conveniencia de tomar parte en el nuevo programa de entrenamiento militar a escala regional anunciado por el presidente George Bush. La Guerra Fría no ha terminado, sino que sólo ha mutado en lo que se conoce como Guerra contra el Terror. También debe considerarse la forma en que Estados Unidos ha intervenido en Irak, los crímenes y atropellos a los Derechos Humanos cometidos por elementos de sus fuerzas armadas y organismos de seguridad en Abu Ghraib y otros lugares en ese país, las detenciones ilegales en Guantánamo y el traslado clandestino de detenidos a cárceles secretas en países de Europa del Este".



"Todo esto nos indica que hay sectores del liderazgo político de Estados Unidos que siguen viendo las cosas a través del prisma de la Guerra Fría. El Fuerte Benning, sede actual de Instituto para la Cooperación en Seguridad en el Hemisferio Occidental, sucesor de la Escuela de las Américas, es también el lugar de origen de estudios realizados por militares estadounidenses que sindican a Venezuela como amenaza para los intereses de Estados Unidos y que recomiendan una intervención contra el gobierno del presidente Hugo Chávez. Eso debería sonarnos como historia conocida a los chilenos", sentencia Higuera.



Trabajo de relaciones públicas



Para el analista Guillermo Holzman "históricamente la inclusión de oficiales en distintos cursos que ofrece el Pentágono y cada una de las fuerzas ha constituido una tradicional forma de relación y por extensión de influencia respecto a los temas que le interesan a Estados Unidos en virtud de sus intereses en la región, lo que permitía mantener una sensibilidad militar respecto a los amenazas que pesan sobre EE.UU. y una capacidad de comprensión de parte de las Fuerzas Armadas de la región".



Dicha preparación, a juicio del analista, es "para que los oficiales de la región accedan a conocer tanto nuevas doctrinas, como material de guerra y especialmente las visiones que existen en Estados Unidos respecto a la seguridad internacional y los intereses hemisféricos del país del norte".



Requerido en relación a qué beneficios trae para Chile este entrenamiento, dice que "se orienta no sólo en tener una visión compartida respecto a los riesgos y amenazas hemisféricas, sino que especialmente en términos de interoperatividad y conocimiento de doctrinas de despliegue, además del uso de la fuerza en operaciones multinacionales en el marco de la ONU, que le dan a nuestro país una posición reconocida no sólo por Estados Unidos sino que también por la OTAN, lo que valida el accionar de la política exterior de Chile en el mundo".



Holzman cree que "hay sectores dentro del gobierno y del sector militar de Estados Unidos que ven con preocupación el avance del progresismo y el impacto que ello puede tener en los intereses de EE.UU. en la región" y piensa que "dicho entrenamiento está más orientado a generar capacidades operativas conjuntas y, especialmente, cooperación en el ámbito de narcotráfico antes que en volver a reeditar lo sucedido en la década de los 60 a través de la Escuela de la Américas".



El analista explica que "no se entrenan tropas sino que más bien se forman oficiales. A EE.UU. le interesa mantener una influencia en los mandos militares para mantener el diálogo respecto a los temas que a ellos le interesan". Además sostiene que el control que podría ejercer Estados Unidos en la región se "da en forma natural en virtud de la renovación de armamento, el cual al estar en su mayoría bajo norma OTAN obliga a los países a entrenarse en su uso, ya sea en el país del norte o en Europa".



Contacto:mlopez@elmostrador.cl


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