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Analistas apuestan por un Boeing 767 como próximo avión presidencial

Eduardo Santos se inclina por un avión de segunda mano, cuyo costo bordearía los 30 millones de dólares. Juan Pablo Rosso, en cambio, cree que debe ser nuevo porque »así solucionamos el problema y nos olvidamos del tema por los siguientes 20 ó 30 años». José Higuera, en tanto, considera que la nave también debería ser usada por la FACH, mientras que Armen Kouyoumdjian reitera que la adquisición de un aparato de esta naturaleza, un 737, en 1997, fue »ridícula».


Aunque la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, descartó de plano adquirir un nuevo avión presidencial, sí admitió la posibilidad de que uno de los futuros aviones de transporte de la FACh cuente con un kit que se podría poner en los viajes trasatlánticos que realice la mandataria.



La polémica surgió a raíz de que la mandataria utilizó el jet Gulfstream IV de la Fach para trasladarse a la conferencia de APEC en Vietnam, mientras que la delegación viajó en el Boeing 737-300, que se demoró más de 40 horas en llegar de regreso a Chile.



Cabe señalar que fue en 1997, cuando el ex mandatario Eduardo Frei y su ministro de Defensa Edmundo Pérez Yoma optaron por adquirir un Boeing 737-500 en reemplazo del ‘Calambrito’, que ya había cumplido su vida útil.



La decisión no fue la más acertada, ya que era obvio que la nave no cumplía los requisitos básicos para hacer viajes de largo alcance, ya sea a Europa o al Asia Pacífico (nuestro ámbito natural de proyección geo-estratégica), debido a que su autonomía de vuelo es de tan sólo 5.500 kilómetros. Sin embargo, este sí era el avión ideal para trayectos dentro del subcontinente sudamericano y obviamente dentro del país.



Ya hace seis años el entonces jefe de la Fach, general (r) Patricio Ríos, comentaba entre sus cercanos que el avión presidencial no cumplía con los requerimientos mínimos necesarios para su función. Explicaba que cuando debía trasladarse fuera del espacio aéreo sudamericano, el aparato debía hacer muchas escalas para reabastecerse de combustible, lo que demoraba y agregaba horas a los viajes. Y a ello se sumaba el hecho de que el espacio destinado a delegaciones y prensa es también extremadamente reducido, lo que lo hace incómodo durante vuelos largos.



El especialista Eduardo Santos señala que cuando se compró el 737-500 había otro escenario ya que "nunca se pensó que Chile iba hacer socio comercial con Asia y con países tan lejanos, entonces faltó audacia de la Fuerza Aérea, no fue un error. Lo mismo pasó con los Leopard 1, con el cohete Rayo o el plan Tridente y ello pasa porque falta conducción política estratégica del Ministerio de Defensa, ese es el problema".



Para Santos, experto en defensa de la DC, el único avión que se debería adquirir sería un 767 ER de segunda mano, porque uno nuevo implicaría una inversión demasiado cuantiosa para uso poco frecuente que se daría al aparato. "Si es usado debe costar unos 30 millones de dólares. Ese avión es lo suficientemente grande para que la Fach, cuando no vuela con la Presidenta, lo pueda usar para otras cosas y esa es la solución y al actual avión le pueden sacar todo el sistema vip y usarlo para transporte interno de la entidad aérea", dijo.



José Higuera, especialista en defensa del PPD, coincide en la necesidad de comprar un avión de transporte de pasajeros de mayor alcance, más apropiado para viajes largos, pero también subraya que «Chile no puede darse el lujo de invertir sobre 100 millones de dólares en un avión destinado exclusivamente para uso presidencial. Debe invertirse en un avión de transporte de largo alcance, que también permita a la FACh desarrollar misiones como el traslado y despliegue de tropas de paz o el traslado de personal o equipo militar en forma directa entre zonas o puntos distantes dentro del territorio nacional».



En este punto, Higuera respalda la idea de la ministra Blanlot, respecto de comprar un aparato que ¨mediante el uso de kits, pueda ser fácilmente adaptado para misiones de transporte VIP, de personal y de carga, en este último caso mediante la remoción de asientos. Esa sería una forma eficiente de aprovechar la inversión¨.



"Fue un desperdicio"



El analista independiente en defensa, Juan Pablo Rosso, señala que "es necesario que la ciudadanía entienda que un avión presidencial no es un bien suntuario, sino una herramienta de trabajo. Su objetivo no es aumentar la comodidad del primer mandatario y su comitiva sino aumentar su productividad y eso es bueno para la ‘Señora Juanita’. Es una oficina móvil que permite estar lo justo y necesario en un lugar, aprovechar el vuelo para trabajar y disminuir al mínimo los tiempos de traslado. En resumen, perder menos tiempo en viajes. Eso no es un lujo, es una necesidad elemental".

Cree que se debe adquirir "un avión nuevo capaz de volar sin escalas a Nueva York o Madrid y configurado para unos 100 pasajeros. Los modelos de menor costo y aún en producción con esta capacidad son los Boeing 767 y el Airbus A330, y sus precios de lista oscilan entre US$ 120 y 160 milliones. No es poco, pero es una inversión necesaria y es un buen momento para hacerla porque la Ley Reservada del Cobre ha generado recursos extraordinarios".



Explica que "hace 9 años cortamos por lo barato e invertimos menos de la mitad de eso en un avión presidencial nuevo, pero que no sirve. Fue un desperdicio. Si invertimos ahora en un 767 o A330 nuevo, solucionamos el problema y nos olvidamos del tema por los siguientes 20 ó 30 años".



Tijeras en lugar de un tractor



Armen Kouyoumdjian es más tajante y reitera su crítica que ha sostenido en el tiempo al señalar que en su momento fue "ridícula" la compra de la nave "pensando donde se encuentra Chile y cuyos presidentes en los últimos años han tenido la manía de viajar mucho con empresarios, etc. Es como tener un campo grande y en lugar de comprar un tractor se adquieren unas tijeras para hacer la cosecha. El error fue haber comprado un avión que no correspondía".



A su juicio se podría adquirir un Boeing 757 ó 767 de segunda mano. "Creo que aunque se compre un jet ejecutivo se va armar una controversia que se va a sumar a todos los problemas que ya tiene la Presidenta. El 737 es para vuelos regionales, pero yo veo políticamente muy complicado que como está la situación la mandataria vaya a comprarse, aunque sea un planeador".



Precisa que "el pecado original se hizo en 1997 y se está pagando ahora. Además se le prohibió usar estanques adicionales de combustibles y en vez de parar tres veces, ahora lo hace cinco, alargando los viajes".



El Boeing 767 puede volar sin ser reabastecido hasta 12 mil kilómetros, por lo que puede trasladarse fácilmente de un continente a otro, pero no es el más adecuado para algunos aeropuertos de nuestro país que no cuentan con la infraestructura idónea para su aterrizaje, señalaron expertos en este campo.



En fuentes cercanas a la FACh se señala que una alternativa sería el Boeing 767, ya que tiene una autonomía de 12 mil kilómetros, pero obviamente debería ser de segunda mano, cuyo costo oscilaría entre 40 y 50 millones de dólares.





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