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«Pablo Longueira no calibra consecuencias de sus declaraciones y actos»

Ex jefe del comité político de la campaña presidencial de Sebastián Piñera, y uno de los hombres de confianza del empresario, cuestiona la actitud disociadora del senador UDI. Estima que con sus dichos, el parlamentario no sólo le hace un pésimo favor a la unidad de la Alianza, sino que también deja en evidencia »una falencia seria en sus diagnósticos políticos».


Ignacio Rivadeneira, abogado, tuvo un rol clave durante la campaña presidencial de Sebastián Piñera (RN), al integrar su comité ejecutivo. Es considerado como uno de los personeros más cercanos al empresario,de hecho su nombre aparece junto al del ex candidato en la propuesta de Renovación Nacional (RN) para reformar la Contraloría General de la República.



Y en una semana agitada para el otrora aspirante a La Moneda, luego de la polémica con el senador Pablo Longueira (UDI), reconoce que los dichos del gremialista, quien puso en duda la legalidad de operaciones bursátiles de Piñera y le enrostró su supuesta intervención en el caso Spiniak, le hacen un flaco favor a la convivencia al interior de la Alianza y al propio parlamentario.



«Cuesta entender qué beneficios puede tener para la Alianza, para la UDI, e incluso para el propio Longueira, ese tipo de declaraciones, que son precisamente la antítesis de lo que necesitamos como coalición", afirma Rivadeneira, en conversación con El Mostrador.cl.



Pese a que destaca el respeto, e incluso admiración, por el ex timonel de la Unión Demócrata Independiente «se ha ganado un espacio en la política chilena», dice-, le recrimina que la pasión lo lleva a cometer «errores infantiles», que suelen terminar perjudicándolo a él y a su tienda.



De hecho, en opinión de Rivadeneira, en las pasadas elecciones "Sebastián Piñera terminó de superar a Joaquín Lavín en las encuestas cuando Longueira se anunció públicamente como candidato presidencial, en octubre del año pasado, aún en plena campaña".



Piensa que esa proclamación para Lavín fue un "golpe mortal, porque todo el mundo entendió que lo estaba desahuciando". Si bien no pone en duda la entrega y la lealtad con que Longueira "defiende a su gente", sí cuestiona que "no calibra para nada las consecuencias algunas de sus declaraciones y actos, lo cual demuestra una falencia seria en sus diagnósticos políticos".



De este modo, en vista de las recientes rencillas, que auguran una competencia bastante agresiva al interior de la derecha en las próximas elecciones, señala que "espero que por el bien de la Alianza, y de la política en general, que si él pretende impulsar una candidatura presidencial, lo haga de una forma distinta".



"Nosotros valoramos la competencia, eso ya lo demostramos en las pasadas elecciones y no estamos pidiendo que nos regalen nada. Pero queremos competir en base a ideas, proyectos, y no con descalificaciones", agrega, advirtiendo ante el esfuerzo que la Alianza ha hecho en torno a su institucionalización y unidad, quien se aparte de esa línea "va a ser electoralmente sancionado".



Sin personalismos



A juicio de Rivadeneira, más allá de las declaraciones de un dirigente o de otro, Chile necesita una alternancia en el poder, por lo que por ahora no le parece oportuno adelantar la carrera presidencial, ni menos hablar de posibles nombres. "Las pasadas elecciones no las perdimos por malos candidatos ni por falta de ideas, sino porque la Alianza hasta ahora no había sido capaz de demostrar gobernabilidad, disciplina ni voluntad colectiva", reconoce.



En ese sentido, plantea que el trabajo para 2007 "es ponernos a trabajar por la Alianza, para potenciar sus cuadros territoriales, sus equipos programáticos, e incorporar a esa periferia de profesionales de primerísimo nivel que siempre votan por nosotros y que se sumaron a los equipos técnicos de Piñera y Lavín en la última candidatura presidencial, pero que la Alianza no ha sabido incorporarlos".



En ese sentido, nombra a Felipe Larraín, Felipe Morandé, Juan Claro, Felipe Lamarca, Juan Andrés Fontaine, Enrique Barros, Salvador Valdés, entre otros. Y deja planteado el desafío de incorporarlos a su sector: "La mejor de la gente de la Concertación son casi todos militantes, en cambio en la Alianza no, y en eso tenemos culpas compartidas y hay que enmendarlo".



Una coalición más amplia



Por otra parte, estima que es inevitable una coalición que incorpore a la Democracia Cristiana (DC), sobre todo considerando la crisis por la que atraviesa la Concertación. "Las nuevas generaciones de la Alianza, yo mismo o los diputados más jóvenes -Cristián Monckeberg, Nicolás Monckeberg, Joaquín Godoy, Francisco Chahuán-, esa camada nueva, no tienen mayores diferencias con parlamentarios DC como Patricio Walter o Jorge Burgos", afirma.



Y prevé que "en un corto o mediano plazo va a ser inevitable un reordenamiento de las fuerzas políticas en función de un proyecto más de futuro que de pasado", especialmente porque » las diferencias de la Concertación en temas valóricos, como en el aborto, son diferencias profundas».



Por ello, también plantea que los últimos casos de corrupción se explican desde esa "Concertación agotada, cuyos cuadros políticos han ido empeorando, y cuyos liderazgos e ideas son cada vez más representativos del pasado que del futuro".



Modernización de la Contraloría



Rivadeneira trabajó junto a Piñera en la propuesta para modernizar la Contraloría General de la República, una fórmula basada, según explica, en leyes estadounidenses sobre esta materia. "En esto la legislación americana tiene normas muy desarrolladas, iniciativas que se han aplicado con éxito en muchos países y que ahora estamos pidiendo replicar acá", explica.



El documento se resume como un diagnóstico de la situación de la Contraloría, el que contó con la asesoría de expertos en temas de modernización del Estado, ex contralores, ex funcionarios de la institución, académicos de derecho administrativo, entre otros.



Se revisaron situaciones en términos logísticos, hasta aumento de presupuesto, capacitación del personal, profesionalización de la planta, perfeccionamiento del sistema de control, entre otros. También se han preocupado de facilitar las denuncias, para que tanto los funcionarios internos al aparato gubernamental como del ámbito privado "no se sientan constreñidos ni amenazados" al momento de hacer públicas irregularidades.



Según el abogado, al revisar las cifras del organismo, "el presupuesto ha ido declinando en los últimos 16 años en que la Concertación está en el poder. Entonces, no se ve voluntad política del gobierno, que es el ente fiscalizado por la Contraloría fundamentalmente -también las municipalidades-, para impulsar una modernización de verdad y eso explica en gran medida los hechos de corrupción".



El siguiente paso "es darle contenido a esa propuesta, en eso hemos estado trabajando y vamos a tener novedades la próxima semana", adelanta.



En ese sentido, se sugerirán reformas administrativas, también legales, ya que algunas de las medias dependen de resoluciones internas de la propia Contraloría y otras requerirán algún tipo de reforma constitucional. Las reformas legales, por tratarse de una ley orgánica constitucional son de iniciativa exclusiva de la Presidenta de la República.



Además, a modo de crítica, agrega que el programa de gobierno de Michelle Bachelet «le destinaba apenas tres líneas a la modernización de la Contraloría, de un total de ciento y tantas páginas".



En vista que ya hicieron llegar esta propuesta al Ejecutivo, y que prontamente le harán llegar un documento aún más detallado, Rivadeneira solicita "mayor disposición política, para que de una vez por todas se decida a modernizar la Contraloría", pues a su juicio el tema sólo se ha restringido a la nominación del titular del organismo y "nosotros creemos que va mucho más allá».

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