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Pinochet enfrenta su mayor crisis de salud y próximas 48 horas son cruciales

Agravamiento del ex dictador puso en alerta los protocolos del Gobierno y del Ejército en caso que se produzca su deceso. La Moneda optó por la prudencia y prefirió no pronunciarse sobre esa posibilidad. En la mañana de este lunes, el Hospital Militar emitirá un nuevo informe médico, mientras que los tribunales resolverán su libertad por el caso Caravana de la Muerte.


Aunque según los médicos tratantes, «lo más probable es que no sea necesario» realizarle una operación al general (R) Augusto Pinochet para instalarle tres by pass coronarios, luego de que sufriera la madrugada del domingo un infarto al miocardio, todavía se debe esperar la evolución que tendrá en las próximas 48 horas, porque podría tener fallas renales.



Este episodio médico ha sido el más grave que ha enfrentado Pinochet en los últimos años y se produjo ocho días después de que cumpliera 91 años, oportunidad en que si bien había asumido la responsabilidad política por "todo lo obrado" durante su dictadura, defendió el golpe de Estado de 1973.



Si bien el ex militar comenzó a sentir sus primeros malestares -náuseas y falta de oxígeno- cerca de las 23.00 horas del sábado, sólo ingresó al recinto de salud la madrugada del domingo, a eso de las 2.00 horas, acompañado de su mujer, Lucía Hiriart, y del mayor de sus hijos varones, Augusto Pinochet Hiriart.



Después de que la información trascendiera a la prensa -un testigo reveló cerca de las 4.00 horas el ingreso de Pinochet a la radio Bio-Bio-, se comenzó a producir un importante movimiento en el recinto de salud, el que, a diferencia de otras ocasiones, a las 6.00 horas emitió un comunicado de prensa dando cuenta de que el ex militar había sido internado.



Ello ya era un indicio de que la situación no era igual a la de otros procedimientos médicos a los que ha sido sometido el otrora jefe del Ejército, que en los últimos años principalmente ha sido internado por micro-infartos cerebrales o descompensaciones derivadas de la diabetes que lo afecta.



Minutos más tarde comenzaron a llegar al recinto el resto de los familiares de Pinochet, entre ellos sus hijos Marco Antonio, Jacqueline y María Verónica, además de varios de sus ex colaboradores, como los generales (R) Guillermo Garín y Luis Cortés Villa. Sin embargo, hasta ese entonces, se desconocía la real magnitud de la afección del ex militar.



Descartado, por ahora, by-pass



Cerca de las 9.00 horas, el médico jefe del recinto, el médico Juan Ignacio Vergara, emitió el primer informe precisando que Pinochet había sido internado debido a un infarto agudo al miocardio, además de un edema pulmonar, y que esta era la condición más grave que ha presentado de todas las veces que ha ingresado.



El ex militar fue inmediatamente sometido a una angioplastía para reponer el flujo sanguíneo, y por la tarde enfrentó una nueva microcirugía -una corrección de la angioplastía-, con el objetivo de evitar someterlo a una operación de by-pass coronario que, considerando su edad y la diabetes que lo aqueja, sería de extrema peligrosidad. «Lo más probable es que no sea necesario una operación para realizarle un «by-pass» coronario", indicó el especialista.



Desde su ingreso, Pinochet no ha perdido la conciencia, según afirmó Vergara, quien anunció que la mañana de este lunes, a eso de las 10.00 horas, se entregará un nuevo informe médico, con el objetivo de dar cuenta de la evolución del ex militar.



Apoyos



En el Hospital Militar, todos se veían complicados con la situación que afectó a Pinochet e, incluso, a primera hora se le pidió a un capellán que le diera la extremaunción. "La parte religiosa juega un papel muy importante y la familia y el sacerdote han querido de alguna manera entregar la extremaunción y todo lo de rigor en estos casos», dijo Marco Antonio Pinochet.



Incluso, confirmó que el estado de salud era desfavorable para su padre. "Lo vi mal, bastante mal. Mi madre está bastante afectada", indicó su hijo.



Si bien el otrora jefe del Ejército recibió visitas de varios de sus ex colaboradores y amigos, como el ex ministro Sergio Onofre Jarpa y la cantante Patricia Maldonado, además de Garín y Cortés Villa, de los políticos activos sólo asistieron el diputado Iván Moreira (UDI) y el alcalde de Providencia, Cristián Labbé (UDI). Mientras, las tiendas de derecha, evitaron pronunciarse.



También llegó el comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta, quien permaneció gran parte del día en el establecimiento y, si bien se esperaba que emitiera algún pronunciamiento, ello no ocurrió.



Además, un centenar de adherentes se apostó en las afueras del Hospital Militar con pancartas y fotos de Pinochet. Aunque en general las manifestaciones se realizaron con normalidad, en más de alguna ocasión se enfrentaron con opositores a la dictadura que circularon pro las calles de Providencia, sin que los incidentes llegaran a mayores.



Después de conocer los resultados de la angioplastía que le practicaron a Pinochet que determinaron que no se le haría el by pass coronario, que estaba consciente y que conocía a los más cercanos, la familia se tranquilizó y decidió esperar en su domicilio la evolución.



Por la noche del domingo, la esposa de Pinochet abandonó el establecimiento sin formular declaraciones, al igual que Lucía Pinochet, mientras que Augusto hijo y Marco Antonio agradecieron a la gente y destacaron la obra de su padre.



«La gravedad de mi general se mantiene, tal como han dicho los médicos», añadió Garín, el último en retirarse del Hospital Militar. «El general Pinochet está consciente, aunque ahora duerme por los sedantes que le han suministrado los médicos», añadió.



«Yo no me atrevería a decir más allá de lo que han dicho los médicos, que son los entendidos en esta materia, pero la gravedad de mi general persiste», recalcó, quien destacó que la presencia de Izurieta fue recibida «como un espaldarazo» por parte del Ejército.



Gobierno da señal de normalidad



En paralelo, la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, -quien se encuentra en Argentina participando hasta el martes de la reunión "2+2"- fue informada sobre el agravamiento en la salud del ex militar, a través del jefe del Estado Mayor, el general Alfredo Ewing, y estuvo en permanente contacto con el comandante en jefe del Ejército, el general Oscar Izurieta.



La secretaria de Estado comunicó la situación a la Presidenta Michelle Bachelet y al ministro portavoz de La Moneda, Ricardo Lagos Weber, quien fue el encargado de dar la primera versión oficial sobre el tema, aunque sólo lo hizo cerca del mediodía, en lo que fue interpretado como un intento por dar una señal de normalidad.



De hecho, tanto Lagos Weber como Blanlot -los únicos personeros del Ejecutivo que se refirieron al tema- coincidieron en señalar que se trata de una persona que está sufriendo de un problema de salud, y al Gobierno no le correspondía adoptar ninguna medida ante este tema. Y por la noche, Bachelet encabezó el tradicional Comité Político de los días domingo, al término del cual el portavoz indicó que el tema se "comentó brevemente".



Protocolo por funeral



La situación también puso en alerta los protocolos que se tendrán que seguir, tanto por parte del Ejército como del Gobierno, en caso de que exista un desenlace fatal. Sin embargo, tanto la entidad castrense como en el Ejecutivo prefirieron enfrentar el tema con extrema prudencia, evitando hacer elucubraciones sobre el deceso del ex militar.



En Palacio, pasado el mediodía, su vocero, Ricardo Lagos Weber, optó por la cautela y señaló que "es de mal gusto hablar de funerales cuando las personas están con vida", mientras que el general Óscar Izurieta, jefe del Ejército, no quiso hacer comentarios, pese a haber ido al Hospital Militar a interiorizarse sobre la salud del ex uniformado.



Sin embargo, la prudencia del gobierno contrasta con los dichos de la Presidenta Michelle Bachelet, quien cuando era candidata a la presidencia reconoció que la conciencia del país "se vería violentada" si Pinochet recibía un funeral de Estado.



El protocolo de La Moneda sobre esta materia establece que la decisión de si se realizan funerales de Estado para una personalidad, entre ellas los ex gobernantes, sólo se hace a través de un decreto del Ministerio del Interior, por instrucción de la Presidenta de la República, por lo que es Bachelet quien debe resolver esta materia.



Lo que sí está claro es que el Ejército podría rendirle honores como ex comandante en jefe de dicha institución. De hecho, en agosto pasado general Izurieta adelantó que mientras Pinochet no sea condenado en los procesos que se le siguen, está obligado a aplicar el reglamento interno.



Querellantes se oponen a libertad



En medio de este escenario, la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago resolverá si concede la libertad bajo fianza al ex uniformado en el marco del caso Caravana de la Muerte, por el que fue procesado como autor de secuestro y homicidio de dos opositores a su régimen.



Al respecto, el abogado Hiram Villagra, querellante en esta investigación, ya adelantó que impugnarán en estrados la posibilidad de que se le conceda el beneficio, al tiempo que manifestó su escepticismo frente a la real condición de Pinochet. «Tenemos nuestras dudas. Los mismos médicos señalaron que no era capaz de distinguir entre el bien y el mal", afirmó.



En tanto, la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Mireya García, recordó que cada vez que el ex uniformado es requerido por los tribunales de justicia, se produce una descompensación en su condición de salud. Además, estimó que independiente de su gravedad, los tribunales deben seguir actuando.



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