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‘No me atrevería a decir que Pinochet fue responsable de violaciones a DDHH’

Otrora embajador de Chile ante ONU y ex presidente de RN cuestionó el »doble estándar» del Ejecutivo frente a la muerte de Augusto Pinochet, pregonando un discurso de unidad y, por otra parte, haciendo declaraciones y adoptando medidas que no ayudan a ese objetivo.


El ex senador y uno de los fundadores de Renovación Nacional (RN) Sergio Díez acudió este lunes a las exequias de Augusto Pinochet Ugarte en la Escuela Militar, en un gesto que consideró como «deber de solidaridad».



Otrora embajador chileno en las Naciones Unidas durante la dictadura, Díez dejó en claro que no tuvo ningún puesto de toma de decisiones en ese periodo, y que tampoco fue cercano al fallecido uniformado.



En ese sentido, justificó su ausencia en el Hospital Militar, mientras el ex jefe castrense estuvo internado: «No soy amigo de la familia, con el general Pinochet he tenido relaciones más bien políticas, durante mucho tiempo él me dijo señor senador y le dije señor general».



Díez defiende la decisión de su partido de asistir a los honores que se le rindieron al general (R) en la Escuela Militar, siempre destacando la libertad de acción: «Uno no puede meterse en la conciencia de los demás, pero sí es necesario mantener una actitud de respeto».



Además, destacó que "siempre que se ha muerto un Presidente de la República los partidos políticos han levantado la bandera a media asta, y como partido no podemos marginarnos de un acto que es oficial".



También le parece legítimo que surjan posturas personales, "que gente decida no asistir", como ha sido el caso del ex abanderado presidencial Sebastián Piñera y de la actual secretaria general, Lily Pérez, quienes "no mantenían vínculos que los obligaban".



Su relación con Pinochet



Al momento de ahondar en la relación con Pinochet, y sus vínculos con el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Díez destacó que se limitó a su ejercicio como senador del desaparecido Partido Nacional, pero de todas maneras destacó la importancia que, a su juicio, representó la acción militar contra el gobierno de Salvador Allende.



«Yo era senador en ese tiempo, y veía que Allende había dicho que no era Presidente de todos los chilenos, que él quería hacer un régimen socialista en Chile, que Rusia era su hermana mayor, y se paseaba con Fidel Castro (…) de esa situación nos libraron los militares», explicó.



Si bien valora la acción militar, puso énfasis en que nada justifica las violaciones a los derechos humanos, las que define como "tan extendidas y tan repudiables". Sin embargo, reiteró que en su calidad de embajador ante la ONU nunca supo de los abusos que, en democracia, han sido registrados en los informes Rettig y Valech.



«No fui informado debidamente en Naciones Unidas de lo que sucedía en el país. Pero no me atrevería a decir que sea la responsabilidad personal del entonces Presidente de la República. Todavía tengo que revisar los procesos y analizarlos para formarme mi propio juicio», afirma.



Cómo juzgará la historia a Pinochet



Según Díez, la muerte de Pinochet significa «un cambio de época, donde lo importante es construir una unidad verdadera», por lo que plantea que el juicio histórico debe ser «políticamente pospuesto hasta que seamos capaces de analizarlo con mucha más calma, y verlo con perspectiva».



«Primero tenemos que dejar pasar un tiempo. Pinochet es hoy día un hombre del pasado, y a nosotros nos interesa mirar al futuro, construir un país unido en un mundo universalizado. Somos un país pequeño y la odiosidad que se ha visto estos días no conduce a nada», agregó.



En su opinión, «el general Pinochet ya ha aceptado su responsabilidad política. En tanto en la izquierda se exige un arrepentimiento por parte de quienes participaron del régimen militar. Yo no veo un reconocimiento quienes le rinden un homenaje a Allende, que fueron los responsables de esta guerra civil».



Poca sabiduría del gobierno



Respecto a la decisión de La Moneda de no decretar un homenaje oficial para Pinochet, estimó que «no se ha reaccionado adecuadamente, considerando que las autoridades no han reconocido la calidad de Presidente de la República lo cual es un absurdo».



«Pinochet es el autor de la Constitución del ’80, como jefe de Estado le entregó el poder a Patricio Aylwin. Es decir, está toda la tradición histórica", alegó.



A modo de crítica, aseguró que «el gobierno pudo haber salido con mucha más sabiduría del problema, al reconocer que fue Presidente y rendirle los honores correspondientes, pese a no compartir sus ideas ni su conducta».



Asimismo, consideró contradictorio el discurso de unidad que ha planteado La Moneda. "Primero le corto la cabeza a mi adversario y después digo palabras conciliadoras", dijo, en referencia a las palabras del ministro del Interior, Belisario Velasco, quien calificó a Pinochet como "el clásico dictador de derecha que violó gravemente los derechos humanos y que se enriqueció".



Finalmente, interpeló a Michelle Bachelet, respecto a que «no fue capaz de cumplir el protocolo que le ordena la tradición política chilena». Con tono recriminatorio, lamentó que «el sentimiento de unidad que debiera primar en este momento haya estado ajeno a la consideración de la Presidenta. Eso es muy serio, porque empieza a deshacer un país, cuando priman visiones parciales por sobre la visión global».



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