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Suprema insiste en autonomía financiera, pero evita enfrentarse con Gobierno

Presidente del máximo tribunal, Enrique Tapia, pronunció un discurso en el que reiteró las demandas de la judicatura y su insatisfacción por los temas pendientes, pero también recalcó su disposición a conversar. »Si bien las relaciones institucionales no han sido óptimas, el Pleno ha insistido en la continuación y fortalecimiento del diálogo», afirmó.


Evitando ir directamente al choque con el Gobierno, el presidente de la Corte Suprema, Enrique Tapia, insistió este jueves en las demandas de la judicatura por la serie de temas pendientes de la llamada Mesa Judicial y el nombramiento de los cargos pendientes, pero al mismo tiempo recalcó la abierta disposición de la entidad al diálogo.



Aunque las relaciones entre el Poder Judicial y el Ejecutivo -fundamentalmente el Ministerio de Justicia- durante 2006 no fueron las óptimas, según lo reconoció el propio Tapia en el discurso del inicio del Año Judicial 2007, el alto magistrado recalcó que es necesario continuar y profundizar el diálogo durante la presente temporada.



En esa línea, y a pesar de que el Ministerio de Justicia postergó, al menos hasta el próximo año, el proyecto de ley que busca dotar de autonomía financiera a la judicatura -que forma parte de la Mesa Judicial-, el presidente máximo tribunal evitó ir directamente al choque, y pronunció un discurso más bien conciliador.



«Estimamos idealmente que el Poder Judicial no debiera estar sujeto a la dependencia de entes externos en la ejecución y administración de su presupuesto previamente determinado. No es posible concebir la existencia ni el cumplimiento eficiente y eficaz, regular y continuo de la función judicial, sin los recursos necesarios ni la autocapacidad de administrarlos», indicó.



«Para concretar la autonomía financiera es necesario que la cantidad de recursos se determine en un porcentaje del presupuesto nacional fijado en una ley permanente, lo que no debe ser entendido como un costo mayor, habida cuenta de los beneficios que ello importa para el sistema judicial», agregó.



Relaciones



Tapia comentó que en 2006 hubo "serias falencias" que repercutieron en el funcionamiento del Poder Judicial, como la demora en la designación de cargos pendientes; el retraso de los proyectos que forman parte de la Mesa Judicial; la postergación de las reformas a las justicias penal juvenil, de familia y laboral; y fortalecer los tribunales mixtos.



«El Poder Judicial, que carece de iniciativa legal ni aun en lo relativo a su organización interna y funcionamiento, hizo lo que estaba a su alcance y que es una obligación inexcusable de la Corte Suprema: representar al Ministerio de Justicia, con el que debe legalmente relacionarse con el Gobierno, los inconvenientes que se producían en las materias descritas», recordó Tapia.



«Pese a que la respuesta de esa Secretaría de Estado a nuestros planteamientos no fue la esperada, este Tribunal, después de formular diversas puntualizaciones y alcances al oficio ministerial, designó una Comisión para que se relacionara con el Ministerio a fin de lograr avances concretos en la resolución de los problemas que preocupan al Poder Judicial", agregó.



Si bien admitió que el primer encuentro del equipo que encabeza el supremo Milton Juica y los representantes del Ministerio de Justicia no fue "alentador", destacó la disposición del titular de esa cartera, Isidro Solís, de avanzar en una serie de temas durante el presente año. En esa línea, resaltó los anuncios en materia de nivelación de remuneraciones, así como la renovación del Convenio de Desempeño Presupuestario celebrado con el Ministerio de Hacienda.



«En suma si bien las relaciones institucionales de que se viene hablando, no han sido óptimas, el Pleno de este Tribunal ha insistido en la continuación y fortalecimiento del diálogo por medio de la Comisión indicada. Por lo que, ratificándola, le instruye que siga en esta tarea y espera, del mismo modo, que de parte del Ministerio de Justicia exista la voluntad necesaria para tratar los problemas existentes y darles, en un plano de cordialidad y en un corto plazo, la adecuada solución para el bien de la Justicia", enfatizó.



«La posición del Poder Judicial y la relevancia de su función constitucional, justifican sobradamente que se aborden las reformas que necesita desde la concordia y no sobre la confrontación", recalcó.



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