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Proponen crear organismo encargado exclusivamente de fiscalización

Especialista de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV) Alejandra Valencia plantea que es necesario que el nuevo sistema de transportes cuente con una entidad que regule materias como la frecuencia de los buses, pues dicha labor no podrá ser cumplida en forma permanente por la Seremi metropolitana.


Este jueves la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, entregó un plazo de 48 horas a sus ministros para que presenten nuevas medidas para buscar soluciones y terminar con las aglomeraciones y los inconvenientes con el Plan Transantiago.



En entrevista con El Mostrador.cl, la ingeniero en Transportes de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV) Alejandra Valencia dice que un organismo que opere de forma permanente, sería lo ideal para controlar el flujo de los buses.



Una de las causas de los inconvenientes que se han provocado con la puesta en marcha del sistema es la irregularidad en los tiempos con que circulan los buses. La solución de Valencia es contar con un ente central, es decir, un organismo de fiscalización que supervise esta materia.



«En la actualidad tiene que estar la gente del ministerio fiscalizando. Lo que propongo es que se cree un organismo externo, que dependa del Ministerio de Transportes, pero cuyo único fin sea la fiscalización y que sea de forma permanente», explica.



Agrega que cuando pase la «tormenta» de los primeros meses del Transantiago, cada técnico volverá a sus funciones normales. Asimismo, sostiene que el personal que trabaja en la Coordinación del Transantiago es muy escaso. "Sólo por ahora están mandando a toda la gente", advierte.



Aspectos prioritarios



Aunque Valencia reconoce que en 48 horas es difícil implementar los cambios que requiere el sistema -especialmente porque se trata de cuestiones operacionales-, sí considera que es necesario identificar claramente las dificultades para buscar soluciones a la brevedad.



En ese sentido, sostiene que ordenar las frecuencias entre las micros es una solución que debe concretarse a la brevedad. «Si uno se baja de un bus troncal, lo ideal es que ya esté el siguiente bus en la estación de transbordo, ya sea alimentador u otro troncal y no tener que esperar (…) La idea es aumentar la cantidad de buses en horarios punta y disminuirla el resto del día», afirma.



«En poblaciones periféricas la gente tiene que caminar cerca de 15 cuadras hasta media hora. Hay que readecuarse y escuchar a la gente. Entender que el transporte es un bien social, hoy se está viendo desde un punto de vista económico», asegura.



-¿Considera suficiente la cantidad de 5.600 buses?
-La cantidad de microbuses se hicieron en base a los modelos de demanda. Se realizaron con la encuesta de origen-destino del año 2001 y se rehicieron ajustes. Se supone que ese modelo tiene una componente que es encontrar un equilibrio para los usuarios. Claramente el modelo no cumplió con las expectativas, porque se quedaron cortos con el número de buses.



La académica manifiesta que el otro problema es la falta de choferes. «Hay veces en que están los buses, pero se hace necesario incrementar el número de conductores para manejar las máquinas», dice.



Otro de los inconvenientes que se debieran mejorar, a su juicio, es la constante fallas mecánicas de las máquinas. "Cualquier problema que tenga un bus, éste debe ir al terminal. De los 5.600 buses, hay muchos que quedan en panne. Los repuestos están en Brasil, ese otro error. Hay que garantizar el buen funcionamiento, con reparaciones a la brevedad", argumenta.



Cobradores en paraderos



Una de las opciones para mejorar el sistema fue crear «corrales» o "zonas paga» para que los usuarios cancelaran su boleto antes de subir a los buses. Sin embargo, una de las críticas contra ese mecanismo es la aglomeración de público que se registran en esas zonas.



Si bien Valencia considera que se trata de una medida positiva, es necesario extenderla a otros lugares y, además, establecer un ordenamiento de este mecanismo.



«No sirve de nada tener paraderos donde toda la gente al final termine haciendo una larga fila por un prolongado lapso de tiempo. Debe haber un sitio «1» destinado a un recorrido, el sitio «2» a otro, y así sucesivamente», sostiene.



La profesional afirma que en el Metro se perdió la comodidad y la seguridad, por lo que es necesario distribuir en distintos horarios el flujo de pasajeros. «Una buena medida sería que se extendiera hasta la medianoche. Con el incremento del horario del flujo del ferrocarril, el Estado debiera subvencionar el tiempo adicional», indica.

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