En fuentes diplomáticas se advirtió que los representantes en el exterior sólo tienen que acatar las decisiones de la mandataria, lo que no habría sido respetado por el ex ministro. Mientras la DC, salvo el senador Jorge Pizarro, virtualmente le quitó el piso, el grupo de los díscolos consideró que removerlo sería una pésima señal.
No alcanzaron 48 horas desde que la Presidenta Michelle Bachelet llamó al orden a la Concertación, cuando desde Venezuela su embajador, Claudio Huepe, volvió convulsionar al oficialismo, al revelar una conversación privada que sostuvo con la mandataria, donde ésta le habría señalado que inicialmente estaba por apoyar a Caracas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), pero por las presiones internas optó por la abstención.
Los dichos del representante diplomático a la cadena Telesur causaron una fuerte molestia en el Gobierno, que se manifestó a primera hora con la decisión de la Cancillería de llamar a informar a Huepe, situación que debería materializarse dentro de las próximas horas.
Ésta no es la primera vez que el ex ministro de Eduardo Frei tiene problemas en su destilación, ya que el año pasado dijo que Chile debería votar por Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuando aún La Moneda no se pronunciaba al respecto.
Los embajadores son los representantes del gobierno en el exterior, por lo tanto, deben respetar y acatar las decisiones de la mandataria, que es la responsable de dirigir la política exterior chilena, señalaron fuentes del servicio diplomático.
La situación "es grave y muy delicada", reconoció el canciller Alejandro Foxley, mientras al interior del edificio Carrera había molestia por los dichos del diplomático, y todo apunta a que podría ser removido del cargo.
La situación podría complicar la próxima visita de Bachelet a Venezuela, programada entre el 16 y 18 de abril próximo, ya que lo normal es que la mandataria sea recibida por su embajador. Si decide removerlo y nombra a otro representante, el agreement podría demorar un poco más de ese tiempo.
Un caso similar al de Huepe vivió el embajador de Chile en Ginebra, Juan Enrique Vega, quien se abstuvo en el 2003 y no rechazó la idea de realizar una sesión especial sobre la situación humanitaria en Irak, como era la orden del gobierno de Ricardo Lagos. Ello provocó que al diplomático fue llamado a informar y posteriormente renunció.
Divididas reacciones
En el mundo político oficialista, las opiniones son divididas. Mientras la Democracia Cristiana (DC) virtualmente le quitó el piso al representante diplomático, luego de que asegurara que respaldarían cualquiera fuera la decisión de Bachelet, a nivel parlamentario, especialmente el grupo de los díscolos consideró que su eventual salida sería una exageración.
El secretario nacional de la falange, Moisés Valenzuela, indicó que «hay que ser prudente en esos cargos, medir las palabras. Las conversaciones con la presidenta se deben saber en qué términos son, y estar al tanto cuando éstas son públicas o privadas (…) Entiendo que las conversaciones con la Jefa de Estado son privadas».
Discrepando de la posición oficial de la falange, el senador Jorge Pizarro (DC) opinó que el debate que se ha generado es "absurdo, no tiene ninguna importancia la Presidenta tomó una decisión hace tiempo sobre el tema".
Con respecto al llamado al embajador a informar, Pizarro dijo esperar que "en la Cancillería le pidan que sea más cuidadoso en sus declaraciones" o a lo más le "harán un tirón de orejas" ya que le parecería "un error grave" que esto se transforme en un hecho político.
Requerido por la opinión de algunos parlamentarios que quieren que Huepe sea removido, indicó que "todos quieren apagar el incendio con parafina", además agregó que a un mes de la visita de Bachelet a Venezuela "que va a decir la gente en ese país: están sacando a un embajador que siente simpatía por Caracas".
En la misma línea, el diputado díscolo René Alinco (PPD) solidariza con Huepe y "espera que no reciba ninguna sanción por decir la verdad (…) A quienes dicen la verdad se les aísla, se les sanciona y se le cierran puertas. Por lo tanto, espero que el Ejecutivo no efectúe ninguna sanción al embajador por mucho que la DC lo exija o lo pida".
A su juicio sería un "error" remover al representante chileno en Venezuela porque "no tenemos embajadores de sobra con la capacidad, la experiencia y la consecuencia de Huepe, quien en su trayectoria política lo ha demostrado e incluso después del golpe militar se mostró en contra a la acción de Pinochet. Desde hace mucho tiempo que la trayectoria de Huepe ha sido valiente y consecuente".
Imprudente
Por el contrario, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, Jorge Tarud, "lo que ha hecho el embajador es romper reglas de la diplomacia. No es la primera vez que lo hace ya que él rompió una regla de oro que es ser fiel representante del gobierno y él se pronunció en forma personal dando un apoyo anticipado a Venezuela cuando el gobierno no había tomado una decisión" sobre le voto en la ONU.
"La otra regla es la prudencia y él ha sido imprudente al hacer este tipo de declaraciones contrariando a su gobierno en el sentido de buscar un candidato de consenso, que Venezuela no lo representaba", dijo el diputado PPD.
En tanto, el diputado Marcelo Díaz sostuvo que las declaraciones de Huepe "no son aceptadas ya que un embajador no puede dar opiniones por si mismo porque el representa a la Presidenta y por este motivo creo que se cometió un error demasiado importante para que se mantenga en el cargo, lo que corresponde es que se le pida la renuncia o renuncie" .
Para el senador Jaime Gazmuri "el tema ahora es si es un error que lo inhabilita para seguir siendo embajador, lo cual es una decisión que deberá tomar la presidenta de la República. Yo recomendaría, si me preguntaran, que se le representara el error. Sin embargo, creo que el embajador Huepe está haciendo una gran gestión en Venezuela, un país muy importante para nosotros. Creo que esto no daña la relación bilateral en absoluto. Es una indiscreción y sin duda un problema".
En tanto, la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Adica) señaló que "ha sido un signo distintivo del servicio diplomático profesional la discreción, la prudencia y el buen juicio, cualidades que no se improvisan y que, por el contrario, se cultivan en el ejercicio de la función tanto en Chile como en el exterior y que se acrecienta con la experiencia".
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