Publicidad

«Nominando hoy día un candidato, la UDI ya está atrasada»

Pese a que su postura no fue la que se impuso en el Consejo Directivo Ampliado, el parlamentario no se siente perdedor porque tiene la convicción de que este encuentro fue »el más interesante e intenso» de los que haya asistido en la tienda de calle Suecia. Sin embargo, resalta que le cuesta entender la posición de los que creen que a la UDI le conviene postergar la decisión presidencial.


Diputado por el distrito 23 -Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura-, Julio Dittborn (55) dirigió la UDI entre los años 1989 y 1992 y aunque después de encabezar la tienda de calle Suecia ha cultivado un bajo perfil político, centrando su accionar en el ámbito económico, no deja de ser un agudo y pertinaz analista.



Él fue quien abrió los fuegos en el Consejo Directivo Ampliado de la semana pasada, fue el primero en pedir la palabra para expresar derechamente su opción por levantar ahora un candidato presidencial y aunque en conversación con El Mostrador.cl reconoce abiertamente su respaldo al senador Pablo Longueira, advierte que la discusión que se desarrolló en el consejo fue más estratégica que por personas.



-¿Qué sensación le dejó el consejo?
– Una buena sensación, porque probablemente éste fue el consejo más interesante e intenso al que yo haya asistido en la UDI. Creo que, de verdad, la directiva no tenía el tema presidencial enteramente resuelto cuando el consejo empezó y eso se percibió. Se percibió que había mucho por resolver, en otros consejos uno intuía que había poco por resolver, lo que obviamente genera menos interés, porque uno sabe que la cosa está un poco cocinada. Aquí daba la impresión de que había una gran apertura, disposición a escuchar. Hubo posiciones muy disímiles, pero todo el mundo fue súper educado y caballero, por lo que no se afectaron para nada las relaciones humanas -lo que no quiere decir que no hayan algunas deterioradas, las hay obviamente-. Además, fue muy notable que el consejo tuvo mucho el estilo de Hernán Larraín y eso hay que resaltarlo, porque yo creo que si Hernán tiene un gran mérito es que no es un político macuquero. Es un gallo súper transparente y llegó al consejo y transmitió esta apertura, disposición a escuchar, a mostrar que esta directiva no tenía nada resuelto, o sea, tenía algunas cosas resueltas que sugirió abiertamente: tener un candidato presidencial propio e ir a primera vuelta, que no eran menores. De hecho, al inicio de la jornada del viernes le rendí un elogio a la conducción y al modo como Hernán planteó el consejo.



-¿En algún momento sintió que al senador Larraín el consejo se le podía ir de las manos?
– No, nunca. Porque la calidad humana de la gente que había en el consejo era súper buena, al menos de la gran mayoría y yo los conozco casi a todos. Para que el consejo se vaya de las manos tiene que haber, de parte de los asistentes, una odiosidad o un ánimo combativo muy grande respecto de la mesa. Y yo estoy seguro que eso no ocurre en la gran mayoría del consejo.



-¿Por qué sintió necesario pedir este respaldo para la mesa?
– Más que un respaldo fue un agradecimiento, porque creo que la mesa no necesitaba respaldo. Y más que un agradecimiento a la mesa fue a la figura de Hernán, porque el jueves él tuvo un día difícil. Obviamente, la discusión fue dura, las posiciones fueron muy disímiles, entre medio Pablo (Longuiera) renunció a su candidatura, las intervenciones posteriores le solicitaron a Hernán que el voto político incluyera expresamente una frase que le pidiera a Pablo reconsiderar esa decisión y Hernán lo aceptó. Entonces, creo que para él fue un día difícil y lo condujo muy bien en lo que es propio de él, que es un político muy poco macuquero.



-¿El conocer con anticipación que el senador Longueira anunciaría su bajada podría haber ayudado a facilitar la conducción del consejo?
– No me parece. Bueno, obviamente estaba en una ventaja si él sospechaba que podía venir una situación de esa naturaleza.



De hecho, admitió que conocía tal decisión.
– Efectivamente lo sabía y Pablo lo dijo en su intervención. Está bien, algunos le criticaron que no lo hubiera advertido lo que considero injusto, porque a Hernán no le correspondía hacerlo. Obviamente que el saberlo le ayudó a conducir la sesión, eso es indudable. Como las primeras intervenciones fueron de bastante respaldo a la posición de Pablo -que es la mía y había una enorme cantidad de diputados que eran partidarios de que él fuera ungido candidato-, obviamente que Hernán pudo haber pensado que esta cuestión podía irse para muchos lados, entonces, no le correspondía a él comenzar la sesión diciendo ‘oye, Pablo va a renunciar’, creo que Pablo lo hubiera resentido.



Usted fue el primero en pedir la palabra y en su exposición apoyó la postura del senador Longueira y en un tono bastante categórico…
– Yo apoyé a Pablo y tengo una gran opinión de él. Pero esta discusión era más de estrategia que de personas. De hecho, en mi discurso no mencioné la palabra Longueira ni la palabra Van Rysselberghe, porque no me pareció que era lo importante. Lo importante de resaltar -por lo demás, no es sólo mi posición porque después la explicó brillantemente el senador (Andrés) Chadwick, por quien me sentí muy interpretado-, es que realmente me cuesta entender la posición de aquellos que creen que a la UDI estratégicamente le conviene postergar la decisión de nominar un candidato presidencial. Tal como lo dijo Andrés -que también está en esta posición-, uno nunca puede saber qué va a ocurrir para adelante, para adelante siempre es una apuesta, pero para atrás sí que uno sabe. Y yo voy a usar este ejemplo hasta que me muera porque fue espectacular, dijo: ‘Mirando para atrás, yo creo que hubiera sido mejor nominar al candidato presidencial hace seis meses, cada vez que miro para atrás pienso que debió haber sido; cuando miro para adelante digo que yo haría ahora la apuesta de nominarlo’. Especialmente considerando quién es Pablo Longueira, una persona que jamás se va a apernar en una candidatura que no tiene sentido. Ya sea porque no prende, porque viene otra persona dentro de la UDI que tiene una mejor performance en las encuestas, por cualquier razón. Si hay alguien de la casa que jamás se apernaría en una candidatura para causar daño es él. O la Jacque, ojo, aunque yo creo que la candidatura de la Jacque tiene menos peso al interior del partido.



Pero cuando yo hablé no hablé de Pablo. Dije que la política es una actividad muy especial en la que se necesita generar entusiasmo, movilizar voluntades, tocar corazones, y que eso no lo hacen los partidos, lo hacen las personas de los partidos. Los partidos políticos, además de que están muy desprestigiados, no entusiasman. Y una cosa que no dije -para no herir susceptibilidades-, es que una persona que administra las giras de los dirigentes del partido me dijo que el único personero dentro de la UDI por el que no hay que moverse mucho para juntar las personas mínimas para que el acto funcione dignamente, cuando viaja, es Pablo. Esa es la realidad, y los otros sí, incluidos varios integrantes de la directiva. Entonces, me parece que lo primero que el partido tiene que hacer es aglutinarse el mismo alrededor de una figura. Si esa figura no está bien posicionada a nivel nacional, es una pena, pero por ahí se parte. Aquí la gente tiene que entusiasmarse y los partidos y las estructuras no entusiasman, por eso me parece una pérdida de tiempo que la UDI no tenga una figura propia, de la casa, que nos aglutine a nosotros y nos entusiasme. Y de ese núcleo potente uno aspira a crecer, crecerá o no, lo dirán después las encuestas y las elecciones, pero un partido no puede no tener figuras que lo aglutinen, especialmente en el caso de la Alianza, donde los votos de Renovación Nacional y la UDI se cambian con bastante facilidad y, por lo tanto, para la UDI no tener una persona, un líder, y sí tenerlo ellos con Sebastián (Piñera) es, a mi juicio, darle un camino abierto. Yo lo veo en mi distrito, nominando hoy día un candidato ya la UDI está atrasada.



-¿Cree que esto va a significar una desventaja en las municipales para la UDI
– Creo que para la UDI haber nombrado un candidato hace seis meses hubiera sido mejor. En ese sentido, creo que cada día que nos demoramos es peor.



-Dado el resultado del consejo ¿Se siente un perdedor
– Para nada, porque creo que transmitimos un punto súper potente, fuimos varios los que estuvimos en la misma posición. No me siento perdedor… Es cierto que no se nominó a Pablo como candidato, pero él ya tenía pensado deponer la candidatura y creo que el consejo y la directiva quedaron convencidos de que hay mucha gente en lo mismo que yo y Andrés. Por lo tanto, creo que va a haber una mayor predisposición a abordar el tema presidencial de otra forma.



-¿Usted comparte el planteamiento del senador Longueira en cuanto a que su candidatura no habría contado con el apoyo de la directiva?
– No hubo una falta de apoyo a la persona de Pablo, quiero rescatar eso. Y creo que no hubo de parte de la mesa ni de la UDI un veto a Pablo o algo por el estilo, hubo diferencias de estrategia. Personas tan importantes en la UDI como Jovino (Novoa), la Evelyn (Matthei), o el mismo Hernán (Larraín), tienen la impresión -que yo respeto y valoro y creo que no hay en ella ninguna ambición personal- de que era perjudicial, estratégicamente, nombrar ahora a cualquier candidato. Lo que pasa es que Pablo era el que más fuerza tenía, decían que era mejor guardarse grados de libertad y nombrarlo hacia el futuro en la oportunidad que se juzgara más conveniente, aún después de las municipales y creían que eso no le causaba a la daño a la UDI como partido y tampoco le causaba daño en las elecciones municipales, argumentando que a los candidatos a alcalde, como tienen que sacar el 50% de los votos, ni siquiera les conviene colgarse de un candidato presidencial que a lo mejor tiene menos que eso. Por una serie de razones muy atendibles, ellos creen que estratégicamente no convenía el apoyo a ningún candidato, no sólo a Pablo. Y otros, estratégicamente, tenemos una posición distinta. Era una cuestión de estrategias que se personalizó en Pablo porque era el candidato más relevante, pero yo realmente creo que de parte de las personas que defendieron la tesis de que hay que esperar la oportunidad adecuada, no tenían nada en contra de Pablo.



Sin embargo, este consejo fue convocado para definir el itinerario presidencial interno, cosa que no se hizo, ¿entonces en qué se avanzó?
– Se avanzó en que las dos posiciones quedaron claramente expuestas. La posición, que en la directiva estaba representada sobre todo por Andrés y por Rodrigo Álvarez, que era de nombrar un candidato luego quedó más potente después de este consejo, porque yo creo que los partidarios de la otra postura en la mesa quedaron convencidos que había una mayoría y que si hubiéramos sometido a votación hubiéramos ganado…



¿Por qué eso no se hizo si sabían que eran mayoría?
– Porque ese es el estilo de la UDI. Haber impuesto una votación era dividirnos respecto a este tema y ahí sí que hubiera habido ganadores y perdedores. En cambio, al exponer con fuerza nuestras ideas y dar la sensación de que éramos mayoría no sería raro que los tiempos de nominación del candidato pudieran sufrir cambios debido a este consejo.



¿Cree que pese a bajar su candidatura el senador Longueira salió más fortalecido del consejo
– Lo que salió fortalecido de este consejo es la estrategia de nominar candidato en una oportunidad más bien cercana que lejana y eso, obviamente, beneficia a Pablo que es el candidato más real que tenemos.



¿Y usted cree que él podría variar su decisión
– Creo que sí. Si el partido, la directiva, en las próximas semanas llegara a la conclusión de que es conveniente estratégicamente adelantar la nominación de un candidato, creo que en ese escenario Pablo obviamente se potencia.



Si no fuera Longuiera el candidato ¿A quién más visualiza usted, además de Jacqueline van Rysselberghe?
– Eso es entrar a especular demasiado… No hay otros nombres que aparezcan posicionados en las encuestas, es especular demasiado, no quiero dar nombres.

Publicidad

Tendencias