Jefa del Archivo Judicial de Santiago puso a disposición de la fiscal Ximena Chong las osamentas -hasta ahora se ignora si son humanos o animales- encontradas en enero de 2006 en el recinto donde operó el ex laboratorio bacteriológico del Ejército. También debió responder ante detectives por qué no hizo la denuncia al momento del hallazgo.
En una bolsa plástica, como si se tratara de productos de supermercado, la archivera judicial de Santiago, Hilda Aguirre del Real, entregó ayer, jueves, a los detectives de la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones las osamentas halladas en su repartición en enero de 2006.
De esta manera, la funcionaria cumplió con la diligencia ordenada por la fiscal del Ministerio Público Centro Norte Ximena Chong, previa declaración ante los policías, donde relató los pormenores del hallazgo y las razones que tuvo para no informar a la justicia en su oportunidad.
Aguirre del Real se ha visto envuelta en una verdadera espiral desde que El Mostrador.cl revelara la semana pasada que los huesos hallados en el lugar fueron removidos, no avisó a la autoridad, se reenterraron, máxime cuando en Carmen 339 -donde se ubica la bodega de los expedientes y escrituras de la Región Metropolitana-, fue hasta fines de los ’80 el Laboratorio de Guerra Bacteriológica del Ejército.
Desde ese lugar, se sospecha, provendría el veneno que habría terminado con la vida del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, proceso que sustancia el ministro de fuero Alejandro Madrid.
La denuncia de la existencia de los restos -hasta ahora no se sabe si son humanos o animales- fue hecha ante la policía en marzo pasado por un ex funcionario del Archivo, quien junto con aportar antecedentes concretos del hallazgo como fotografías y un plano del lugar, también entregó nombres de quiénes hicieron la excavación.
Dentro de los datos contenidos en su declaración existían dudas respecto a dónde habían ido a parar los restos, y una de las chances era que hubieran sido llevados a una parcela en la Quinta Región.
Lo concreto es que ayer los detectives no tuvieron que excavar para encontrarlos. En otras palabras, Aguirre del Real los había guardado por alguna razón que, según las fuentes consultadas, no pudo explicar con claridad.
En todo caso, la excavación encargada por la fiscal Chong aún esta pendiente ya que es altamente probable que existan más huesos en los subterráneos del otrora laboratorio bacteriológico, los cuales fueron tapiados con dedicación por sus ocupantes antes de abandonar el lugar.
De allí que los antecedentes que puedan aparecer en esta investigación podrían servir a Madrid y destapar quizá uno de los episodios más secretos del régimen militar. Porque la pregunta sigue rondando en el aire. ¿Por qué tapiar los subterráneos de un laboratorio de guerra bacteriológica con los animales que allí estaban? ¿Qué guarda la construcción en sus cimientos?
Según la declaración que entregó a este medio la propia Aguirre del Real, la intención de excavar los subterráneos fue para ampliar la capacidad del Archivo. A poco andar se hallaron los huesos, pero según afirmó, unos amigos le dijeron que se trataba de osamentas de animales por lo que no quiso seguir cavando.
Los hoyos que hicieron los mismos funcionarios del lugar fueron tapados nuevamente y el secreto guardó por más de un año, hasta que diferencias con un empleado que tuvo conocimiento pleno de los hechos, destaparon la verdad
En los próximos días se espera que la mujer preste declaración ante la Fiscalía, aunque el día no está definido.
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