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Alianza aumenta presión al Gobierno en semana previa a cuenta anual

Como nunca antes, la oposición ha logrado llevar al oficialismo al terreno de tener que defenderse constantemente de las acusaciones de falta de gobernabilidad, con lo que lejos de desvirtuarlas no hace más que actuar como caja de resonancia de las mismas. Y a sólo días del discurso presidencial del 21 de mayo no parece que la UDI y RN tengan intenciones de aflojar la presión que han estado ejerciendo sobre La Moneda.


Una fuerte ofensiva comunicacional y legislativa centrada particularmente en materias sociales, como el sistema de transporte público, inició la Alianza por Chile a sólo días de que la Presidenta Michelle Bachelet entregue su cuenta anual ante el Congreso Pleno. De hecho, entre este miércoles y el jueves 40 parlamentarios de la UDI y RN solicitarán la constitución de una comisión investigadora para revisar la marcha del Transantiago.



El gremialismo no quiere centrarse sólo en el sistema de transportes, si no que dada la cercanía del 21 de mayo se ha propuesto sacar al pizarrón al Gobierno en diversas materias de índole social. Ya lo hicieron a comienzos de esta semana los diputados Carlos Recondo, Juan Masferrer y Claudio Alvarado, al instar al Ejecutivo a aumentar en un 100% la asignación familiar al quintil más pobre, y de aquí al domingo la tienda tiene preparada una batería de nuevas evaluaciones y peticiones para que sean consideradas por Bachelet.



Si bien la derecha niega de plano estar buscando sacar provecho político de lo que ha llamado el "fracaso" del sistema público de transportes, lo cierto es que éste ha sido un tema que se ha analizado profundamente en las más altas instancias de ambos partidos.



Tanto es así que en la tradicional reunión de mesa de los lunes, el gremialismo resolvió dar por "muerto" el recientemente implementado modelo de transporte y emplazar al Gobierno a diseñar otro sistema que responda a las necesidades de los usuarios. Esta postura fue dada a conocer el martes en la mañana en conferencia de prensa, encabezada por el timonel del partido, Hernán Larraín, y en la que participaron todos los parlamentarios y la mayoría de los alcaldes gremialistas de la Región Metropolitana.



Horas más tarde sesionó la comisión política del partido, en ella se volvió a abordar el tema y "no hubo dos opiniones" respecto de que la situación "no da para más", explicó uno de los asistentes a la reunión. Luego de un profundo análisis de lo sucedido el sábado y el lunes en el Metro se llegó a la convicción de que lo único que queda es cambiar totalmente el modelo.



El análisis que se hace en la UDI es que ante los últimos acontecimientos, el partido no puede hacer más que "recoger la inquietud ciudadana".



Aunque el ex diputado por el distrito 20 -Maipú, Cerrillos y Estación Central-, Mario Varela, no llegó a la comisión política y, por lo tanto, no tuvo oportunidad de hacer sus planteamientos sobre el Transantiago en la cita, señaló a El Mostrador.cl que tal como están las cosas, "responsablemente, la UDI debería rechazar el proyecto del Gobierno" que busca inyectar 290 millones de dólares al sistema, cosa que en la tienda se han negado a decir abiertamente a la espera de que la iniciativa ingrese al Congreso.



«Esto no da para más»



Algo similar ha sucedido en RN desde donde también se está presionando al Gobierno para que dé vuelta atrás con el sistema de transportes, en lo que existe "perfecta coordinación", según plantean, con sus aliados.



De hecho, el presidente de la colectividad, Carlos Larraín, manifestó la noche del martes a Canal 13 que es necesario modificar el plan, más aún considerado que si bien el antiguo funcionaba "reguleque", al menos trasladaba a las personas a su lugar de destino a una tarifa razonable. De todas maneras, dijo que personalmente era partidario de aprobar los US$ 290 millones, aunque eludió matricular con esa postura a sus parlamentarios. Asimismo, se manifestó sorprendido con la propuesta del presidente del Senado, Eduardo Frei, de estatizar el sistema, al afirmar que durante su período fue "el rey de las privatizaciones».



Una muestra de la coordinación que existe en la Alianza es que como bloque solicitarán la comisión investigadora para revisar la marcha del Transantiago, lo que sin duda profundizará el tono confrontacional que ha ido adquiriendo el debate entre la oposición y el Gobierno.



Ello porque la derecha ha sabido sacarle partido a las constantes muestras de indisciplina que ha dado la Concertación y el Ejecutivo, encabezado por la Mandataria, ha debido salir a defenderse permanentemente de las acusaciones de desgobierno y falta de liderazgo y conducción que la oposición hábilmente ha ido colocando en la agenda pública.



Esta situación queda de manifiesto, por ejemplo, todas las veces que la mandataria ha aludido a la oposición para refutar las advertencias que se han hecho desde la Alianza sobre la posibilidad de que los problemas generados por el Transantiago lleguen a producir "estallidos sociales", acusando a la derecha de estar "sembrando alarma pública".



Sin ir más lejos, el martes -durante el debate previo a la votación de los ajustes a la ley sobre responsabilidad penal adolescente- el ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, se vio enfrascado en una fuerte polémica con el diputado pro RN Alberto Cardemil, quien comparó a la Presidenta con una dueña de casa que "no sabe mandar".



El titular de la Segpres le respondió al legislador con más dureza, señalando que "yo le podría hacer el mismo símil de la casa donde quien no puede entrar por la puerta ancha, trata de colarse por la ventana a La Moneda. Y así no va a ser. Quiero decir con toda claridad que aquí hay un Gobierno que es capaz de conducir al país".



Así, diálogos como éste entre representantes del oficialismo y de la derecha se escuchan cada vez con más frecuencia, lo que demuestra que la oposición, sin necesidad de ser sutil, está llevando al Gobierno a su terreno. En este escenario, finalmente, la Concertación termina actuando como caja de resonancia de los dichos de la Alianza.



Para rematar, la Alianza hizo propia la fatídica frase que acuñó una de las figuras que ha mostrado un mayor grado de disciplina concertacionista, la presidenta de la Democracia Cristiana (DC), Soledad Alvear, para demostrar que incluso en el oficialismo estarían concientes de lo mal que está el Gobierno: «Esto no da para más». Intención que estaba lejos de querer darle la parlamentaria democratacristiana.

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