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Zilic acusa «falta de coraje político» para hacer inversiones en educación

Ex ministro de la cartera afirma que el debate en la materia todavía se está haciendo »en el aire» y que son necesarias inyecciones significativas de recursos para dar un salto en la calidad. Asimismo, espera para la próxima semana anuncios de nuevos fondos para el área de la ciencia y tecnología, tema al que está ligado a través de la Universidad de Concepción.


El ex ministro de Educación Martín Zilic (DC) está dedicado a tiempo completo a trabajar en la Universidad de Concepción, entidad a la que regresó tras ser destituido del cargo por la Presidenta Michelle Bachelet luego de las movilizaciones de los secundarios en 2006.



Recién viene llegando de Boston, donde participó de un congreso sobre biotecnología, evento que aprovechó para reunirse con sus pares de las universidades de Harvard y Columbia, con el fin de establecer alianzas para un centro de estudio sobre obesidad que está creando.



«Chile hoy día está convertido en el país que tiene la más alta prevalencia de obesidad infanto-juvenil, más que Estados Unidos, es decir, esta generación de jóvenes va a ser la primera que va a morir antes que sus padres y no por pobreza, como en 40 países del mundo, sino que por exceso", señala.



La vinculación con los temas de la ciencia y tecnología lo hace estar muy atento a las políticas del gobierno en torno a la materia. Es por ello que como investigador exige que se inyecten más recursos al sector, como también a la educación en general, donde lamenta que todavía se esté discutiendo "en el aire" y que no se fijen algunos parámetros básicos de calidad que permitan saber «a dónde ir».



Repartiendo »miserias»



-Falta poco para el 21 de mayo. ¿Considera que en materia de educación el proyecto de ley general es lo más importante que ha pasado desde el último mensaje?

-Yo diría que es un hito importante, pero lo que me parece relevante es discutir cuáles son los parámetros de calidad, cuáles son los estándares de cada uno de esos parámetros y, en tercer lugar, cómo vamos y quién va a medir que se cumplan esos estándares año a año y en cada niño y cómo vamos a poner los incentivos para que vayamos avanzando en calidad.



-En esa línea, ¿ espera que se anuncie la Superintendencia para el sector?

-Claro, por lo menos ese fue uno de nuestros compromisos, estando yo en el ministerio, de tener este año dibujada y claramente establecida cuál va a ser la Superintendencia. Ésta debiera ser un organismo tipo Banco Central, que tuviese un carácter de Estado, que no tuviese ningún viso de burócratas y funcionarios, sino que gente de altísimo nivel, que represente a todo Chile para hacer el control de la calidad.



Ahora, a mi juicio, debiera también velar por la calidad de la educación superior y allí yo creo que tenemos que hacer cambios fundamentales, porque hasta ahora echo de menos todavía una política nacional de desarrollo de la educación y del desarrollo en ciencia y tecnología.



En ciencia y tecnología nos estamos dando vuelta hace más de dos años con una Comisión de Innovación a cargo del ex ministro Nicolás Eyzaguirre, hace dos años deberíamos haber resuelto cuáles eran los fundamentales con los cuales podíamos entrar a competir. Si aquí es muy simple, tenemos que poner al mundo privado, a las universidades y al gobierno y sentarlos y ver cuáles cuatro o cinco áreas donde tenemos que invertir en serio.



-¿Qué problemas o falencias que estamos enfrentando para dar el gran salto?

-Por ejemplo, creer que dividir 500 ó 400 millones de dólares en 200, 300 proyectos no sirve de nada, créeme, no sirve de nada. Singapur, Corea y Finlandia, dieron el salto cuando priorizaron. En Chile sucedió en el tema del vino, con los salmones, sectores que lo hicieron bien, pero hoy todos los proyectos se están haciendo con una mirada de corto plazo y eso no sirve en el mercado y competencia mundial.



Yo vengo llegando de un encuentro de biotecnología en Boston y tú te das cuenta cuáles son las magnitudes de inversión para tener éxito, entonces, no podemos seguir repartiendo miserias. Por lo tanto, el gobierno tiene que hacer un esfuerzo muy grande y la Presidenta lo anunció con la ministra de Educación, que íbamos a crear cuatro, cinco centros de investigación a nivel nacional. Eso significa poner entre 80 y 100 millones de dólares en cada uno de ellos, que sin lugar a dudas van a tener impacto en 6, 7, 8 9 años.



Esto todavía no ha pasado y espero, es probable, que la Presidenta anuncie alguna cosa ahora, no lo sé, pero en ciencia y tecnología hay que dar el salto.



-¿Qué áreas habría que privilegiar en el largo plazo?

-En la parte genómica en peces, en moluscos, tenemos una capacidad gigantesca en Chile, tenemos 4.800 kilómetros de costa para desarrollar centros de acuicultura del más alto nivel, tenemos posibilidades en el tema de la fruta, nutracéutico, fitofármaco, principios activos de plantas, pero para eso necesitamos crear centros.



"Falta coraje político»



-Usted hizo referencia a que la Superintendencia no tenga burócratas, ¿considera que en el Ministerio de Educación hay muchos?

-A ver, yo diría que en cualquier ámbito, cuando las cosas se burocratizan y se hacen sin un empeño superior, las cosas se trancan. Chile está en una posición bastante compleja porque salió de la esfera de los países subdesarrollados y está en estos momentos de limbo intermedio entre los países semi industrializados y los países del primer mundo. Si queremos dar ese salto y subir al carro de los países desarrollados, tenemos que dar saltos brutales en calidad, brutalmente grandes. Hoy día no veo que eso suceda con las estructuras que tenemos. Debiéramos hacer apuestas rápidamente como hizo Singapur, Corea y Finlandia



-¿Qué tipo de experiencia rescataría de alguno de estos países?

-Nosotros les estamos poniendo plata a las universidades a la entrada, por el puntaje que obtienen en la PSU. Finlandia, por ejemplo, está haciendo lo contrario, no le pone plata al ingreso sino que a la salida, es decir, le paga más a aquellas universidades que pueden ubicar en el mercado laboral a sus estudiantes que han egresado. Hoy los planteles se pelean los puntajes de entrada y produciendo profesionales al lote, sin tener ninguna mirada de mercado, sin pensar en lo qué pasa con los jóvenes después.



-¿Cree que hay mucha autocomplacencia por parte del Gobierno, que impide avanzar? Cada vez que se ven los resultados del Simce no se escucha una autocrítica de parte de las autoridades

-No se si autocomplacencia, pero si me da la impresión que falta coraje político para hacer las inversiones que haya que hacer. Siempre la derecha cuando critica al gobierno dice que hemos duplicado, triplicado, el presupuesto en educación, pero si tú miras la subvención no sobrepasa los US$700. En cambio, el subsidio que entrega Finlandia es diez veces eso, en consecuencia, si queremos competir, hay que invertir.



Otro ejemplo, cuando me dicen que la evaluación docente es tremendamente importante, en todo momento yo dije que sí, pero si nosotros evaluáramos lo que aprende el niño y le diéramos los incentivos los profesores por lo que aprende el niño o lo que aprende el joven, no tendríamos necesidad de hacer evaluación docente.



-¿Cree que estamos en un momento de confusión? Tenemos una ley de Subvención que todavía no sale, pese a que la Presidenta lo pidió en su discurso del año pasado, tenemos una proyecto para reformar la LOCE, otros que no han llegado ligados a la Superintendencia, financiamiento y administración de los colegios, a lo que se suma que los alcaldes amenazan con cerrar colegios porque no tienen plata

-Aquí no hay que inventar la rueda y entonces hay que ver qué es lo que han hecho países exitosos en la educación y enfocar el tema hacía allá. ¿El tema es bastante complejo? Claro que es bastante complejo, pero hoy día estamos discutiendo en el aire. Europa definió 16 parámetros para la calidad y yo he insistido en que deberíamos ponernos de acuerdo en cinco parámetros: matemática, lenguaje, inglés, ciencia y aprender a aprender.



Si nosotros fuéramos capaces de tener esos cinco parámetros de calidad y tener claro los estándares de calidad a través de los doce años que el niño tiene que estar en la escuela y supiéramos qué es lo que tiene que aprender por cada año y midiéramos ese delta de aprendizaje, lo que aprende más, y pusiéramos los incentivos por el incremento, no por el valor absoluto, toda la discusión sobre lucro y selección que estamos planteando ahora pasa a ser secundario.



Apoyo a Bunster



-Ya que hablamos de ciencia y tecnología, la objeción de los recursos al proyecto de Claudio Bunster, ¿le pareció correcta?

-Lo que pasó con Bunster es el manejo de las malas percepciones que tenemos en Chile. El tema que hay que discutir es si él tiene las capacidades o no para hacer lo que está haciendo. Yo creo que las tiene, ése el tema central, el resto es sentarnos a conversar sobre los adjetivos y no lo sustantivo. Claro, tú me puedes decir aquí hubo tráfico de influencia, otros esto o lo otros, pero perdón, la pregunta importante es dónde están los centros de excelencia en Chile y dónde hay que poner la plata. Y si me preguntas si hay que poner la plata en el centro de Claudio Bunster yo te digo que sí altiro, más allá de la discusión de la prolijidad o desprolijidad, que de todas formas me parece mal, si existió algo de eso.

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