Dirigentes de oposición no pudieron contenerse ante las declaraciones del otrora mandatario que, entre otras cosas, aseguró que la oposición tiene miedo de que salte nuevamente a la arena política. Sus dichos recibieron una andanada de críticas en las que la Alianza por Chile subrayó las deficiencias de su administración.
El ex Presidente Ricardo Lagos Escobar nuevamente hizo gala de su habilidad política y su capacidad estratégica para entrar y salir del debate. Pese a que en múltiples ocasiones se ha negado a involucrarse en la contingencia, esta vez optó por defender su administración y acusar a la Alianza de pretender demoler la obra de su gobierno. Los aludidos recogieron el guante y el viernes, muy temprano, estaba de vuelta en la agenda.
Pero el otrora mandatario fue aún más lejos y con la altivez que lo caracteriza se aventuró a sostener que la derecha teme su vuelta a la actividad política, aludiendo al hecho de que tanto en la Alianza como en la propia Concertación se especula sobre su eventual aspiración de presentarse como candidato presidencial del oficialismo en las elecciones de 2009.
La reacción de la derecha fue demoledora. El gremialismo fue el primero en saltar al ruedo sin percatarse que con su actitud no hacía más que reconocer en Lagos a un interlocutor válido, cosa que sólo lo favorece.
El secretario general de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el diputado Darío Paya, intentó demostrar con hechos concretos que los avances generados por la administración de Lagos son un espejismo producto del buen equipo comunicacional con que el cual contó durante su gestión.
El legislador se tomó la molestia de elaborar un extenso listado de los "fracasos" de la gestión de Lagos para sustentar sus dichos: "Puente de Loncomilla; el no puente del Chacao; en su gobierno se duplicó la delincuencia; cero avance del plan de descontaminación de Santiago; la jornada escolar completa no implementada; colapso de los Tribunales de Familia; las casas Chubi; el tren al Sur no funciona; tres de las 10 cárceles que prometió; Acceso Sur a Santiago abandonado; MOP-Gate, MOP-Ciade, MOP-Gescam; la segunda pista del aeropuerto que iba a durar 20 años duró cuatro días; Ferrocarriles del Estado quebrado; se le quebró un jarrón de US$ 100 millones en Corfo; Transantiago…¿Es necesario seguir enumerando?"
Para el legislador gremialista, la oposición no busca demoler nada, sino que la verdad está aflorando. De allí que para él sea inexplicable la actitud de Lagos respecto de la Alianza, porque "para que algo pueda ser demolido primero tiene que ser una mole y aquí, en realidad, lo que había es una hojarasca de imagen, de popularidad, completamente injustificada y los chilenos de a poco han ido descubriendo la verdad".
Aunque el dirigente desestimó que su sector haya orquestado una campaña para dejar en evidencia la mala gestión de Lagos ante el temor de que intente volver a La Moneda, lo cierto es que en la Alianza preocupa, y mucho, que la Concertación decida levantar su figura con el propósito de mantenerse en el Ejecutivo, por lo que desde hace varios meses llegaron a la convicción de que la derecha debe asegurarse de que el ex mandatario deje de ser una carta segura para el oficialismo.
El análisis que se hace en la oposición es que entre peor le vaya a la Presidenta Michelle Bachelet y más difícil se vea la posibilidad de llegar a un acuerdo en torno a un candidato del oficialismo, en medio de la debacle la Concertación podría aglutinarse tras la figura de Ricardo Lagos, por lo que la Alianza debe tratar de impedir su reposicionamiento. Y ello queda de manifiesto al hacer un rápido repaso de los comentarios que desde la derecha se hacían cuando recién había asumido Bachelet.
Para la Alianza, no había comparación entre la nueva mandataria y su predecesor y muchos de sus dirigentes y parlamentarios no trepidaron en halagar su gestión y figura de estadista, pero todo sólo hasta que se percataron de que está abierta la posibilidad de que Lagos intente nuevamente llegar a La Moneda.
Sin embargo, ante la consulta directa acerca de si la derecha o la UDI sienten temor de que Lagos se reintegre a la política activa, Paya espetó una ironía: "No, yo creo que los chilenos tienen pavor de otro gobierno (de Lagos) que le deje otra listita de desastres como ésta", aludiendo a la nómina que él mismo elaboró.
En la misma línea, el presidente de Renovación Nacional (RN), Carlos Larraín, reaccionó en su típico estilo, ironizando ante la posibilidad de que Lagos retorne a la arena política. "¡Claro que causa temor que vuelva, no vaya a hacer otro Transantiago!", aludiendo a que fue justamente durante su administración cuando se diseñó el nuevo sistema de transporte capitalino.
Mientras, el senador de la tienda de Antonio Varas Alberto Espina advirtió que Lagos "le debe disculpas al país, porque en el último año su gobierno fue una agencia de publicidad y no una administración al servicio de la gente".
