Publicidad

«No hay espacio que aguante el surgimiento de nuevos referentes políticos»

Consejero Nacional del PPD acaba de lanzar su libro »Ingenuos, Soñadores y Liberales», en el que revisa la historia el movimiento liberal en Chile desde los primeros años del retorno a la democracia y los gobiernos de la Concertación. »Ésta es la historia de un proyecto político frustrado», reconoce.


Waldo Carrasco es profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica. Ha desempeñado sus labores como educador en establecimientos secundarios y universitarios, trabajo que ha complementado con la publicación de textos en distintos medios de comunicación dentro y fuera del país.



Además, ha construido una carrera de militancia política que comenzó en 1989 con su ingreso al Partido Alianza de Centro (PAC). Luego vino el Partido Liberal y, finalmente, el Partido Por la Democracia (PPD), donde en la actualidad es miembro del Consejo Nacional de la tienda.



Son estas vivencias las que Carrasco plasma en una crónica íntima y personal, en un texto que terminó de escribir en 2002 y que sólo después de cinco años se atrevió a publicar: "Ingenuos, Soñadores y Liberales" es, en sus palabras, "un testimonio de empuje e idealismo, quizás la historia de una intentona descontextualizada, a veces cegada por el voluntarismo, pero cargada de buenas e ingenuas intenciones", que retrata la lucha de un grupo de jóvenes por lograr que su partido fuera considerado y valorado como uno más de los grandes conglomerados políticos.



Una historia narrada con extraordinaria sinceridad. "Esta es la historia de un proyecto político frustrado, de un grupo de soñadores en tiempos en que lo lúdico estaba siendo desplazado por lo práctico y lo correcto", dice Carrasco en su libro, sumando a éste características que sólo el tiempo y la distancia pueden dar y que contribuyen a que "Ingenuos, Soñadores y Liberales" se constituya como un registro de los movimientos políticos post dictadura y sus prácticas, muchas de las cuales continúan vigentes y a las cuales se refirió en entrevista con El Mostrador.cl.



-¿Cree que pese a los fallidos esfuerzos por construir un Partido Liberal, existe en Chile conciencia de la importancia de las libertades?
-Yo tengo la sensación de que todo lo que la sociedad chilena ganó en términos discursivos al regreso de la democracia, la oposición a Pinochet, la construcción de una forma de vida nueva, con valores nuevos, a la larga deja un legado a la sociedad en su conjunto. Efectivamente, hay mucha valoración respecto a las libertades y al respeto de las mismas



-Como miembro del PPD, ¿Qué opina de la situación actual del partido?
– Creo que el partido está pasando por una etapa de recuperación, después de un momento muy fuerte. Veo un afiatamiento bastante fuerte de las distintas tendencias internas, consolidar también la autoridad institucional o presidencial en términos de partido. Yo siento que ahí ha habido un proceso que se nota también en la opinión pública, efectivamente tenemos una voz que ya no es un llanto o lamento respecto a la crisis interna, sino que tiene que ver con problemas de país. Y eso es lo que tiene que hacer un partido.



-¿Cuál es su opinión sobre Chile Primero?
-A la luz de lo que uno vivió, en la intención de crear un partido político que fuera diferente al de las fuerzas mayoritarias, yo creo que ellos tienen una difícil labor. La verdad es que no le veo posibilidades de crecer en un sistema como el que tenemos instaurado en Chile, en donde sólo se benefician las fuerzas más dominantes.



No hay lugar, no hay espacio que aguante el surgimiento de nuevos referentes políticos, menos en aquellos que están muy acotados. En el espacio que pretende ocupar Chile Primero, hay una oferta política bastante grande de distintos sectores y partidos, por lo que lo veo bastante difícil.



-En su libro habla de los esfuerzos de los jóvenes profesionales, la "generación del recambio", por sacar a flote las ideas liberales. ¿Cree que actualmente la juventud está un poco ausente del mundo político?
-Yo creo que hay varias cosas. Uno podría preguntarse qué pasó con aquellos jóvenes que lideraron un movimiento muy efectivo en el regreso a la democracia, estoy hablando de los años entre el ’85 y el ’89. Muy pocos de esos dirigentes llegaron a ocupar cargos de importancia en los gobiernos de la Concertación. Aquí tenemos una generación un tanto perdida, desde ese punto de vista.



Me refiero a los jóvenes de los ’80 que apoyaron una coalición que ejerció el poder y el gobierno, sin embargo ellos tuvieron poco espacio para poder ocupar cargos de relevancia y mostrar algún liderazgo. Asociemos eso generacionalmente al hecho de que la institucionalidad no permite que exista espacio para crear nuevos movimientos. Uno podría pensar que los partidos tradicionales, si no dan espacio, se van a crear nuevos espacios al margen de ellos. Pero nada parece indicar que eso sea posible.

Publicidad

Tendencias