Todo ocurrió el 2 de junio en una reunión del organismo, cuando uno de los miembros del directorio, criticando la gestión de Carroza, lo conminó a »mojarse el potito» con las demandas de su colegas. Titular de la entidad arriesga una sanción por escrito, suspensión e incluso la exclusión. Situación contradice palabras del titular de la institución cuando en una entrevista dijo que »somos una institución creíble, seria y responsable».
El actual presidente de la Asociación Nacional de Magistrados (ANM), el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Mario Carroza, fue denunciado ante el Tribunal de Honor de la entidad gremial por situaciones ocurridas en dos reuniones de directorio: la imposición de su rango en la discusión de un tema interno y ofrecer golpes a uno de los directivos, como una forma de cerrar el debate.
La presentación, confidenció una fuente judicial a El Mostrador.cl, fue hecha durante la semana pasada y se instala como la primera en su tipo desde que en 1968 -en Concepción- se creara la ANM.
Según los antecedentes recabados por este diario, la denuncia se basa en los preceptos contenidos en el artículo 43 del estatuto interno sobre «las cuestiones éticas y disciplinarias del proceder corporativo».
Carroza enfrenta tres posibles sanciones: amonestación por escrito, suspensión y exclusión del cargo. Debido a la gravedad de los hechos, lo más probable es que los denunciantes hayan solicitado este último castigo.
El procedimiento del TH, integrado por los ministros Haroldo Brito, Carlos Cerda y Hadolff Ascencio, se basa en un proceso breve y sumario, donde las partes involucradas pueden expresar sus descargos. De ser sancionado con la exoneración, Carroza puede apelar a la Convención Nacional de la ANM. Si fuera cualquiera de las otras dos, no tiene derecho de recurrir.
Críticas a la gestión
La primera imputación contra Carroza ocurrió en la sesión de 2 de marzo pasado. En la oportunidad, el director y juez oral de Viña del Mar Juan Muñoz López se quejó de que el ministro impuso su condición de superior jerárquico a otro de los miembros del directorio. Se trata del juez del Octavo Juzgado del Trabajo de Santiago, Álvaro Flores Monardes.
El hecho derivó, según dijo Carroza en la oportunidad, porque otro miembro del directorio, a su juicio, se habría referido en forma irónica a una votación en curso.
A tanto llegó la tensión que Flores Monardes puso su cargo en la comisión de Comunicaciones. Acto seguido, y como una forma de distender el ambiente, el presidente de la entidad reconoció que había cometido un exabrupto e hizo un llamado a terminar el debate en pos de la ANM.
En tanto, el intento de conato se produjo el pasado 2 de junio, en el marco de la una reunión similar.
El hecho ocurrió cuando, en medio de críticas la gestión de Carroza a la cabeza de la ANM, uno de los directivos lo conminó a "mojarse el potito", aludiendo a una supuesta falta de compromiso con los problemas que aquejan a los jueces.
Una vez conocido el hecho corrió como reguero de pólvora a través del correo electrónico del Poder Judicial, donde se relataban los pormenores.
Así fue como la ANM de Magallanes le enrostró el tema a Carroza y, si bien no adhirió a la presentación ante el TH, le explicaron con firmeza que su actitud constituía un hecho grave que un presidente no podía cometer ya que afectaba su investidura y credibilidad. En todo caso, reconocieron también que hubo acción antes que la reacción.
Nuevos aires
La actual dirigencia de la ANM ha sido crítica, a diferencia de las anteriores administraciones, de la ausencia de procedimientos claros y falta de debido proceso con que actúa la Comisión de Ética y el Pleno de la Corte Suprema.
Este diario contactó a una fuente de la tendencia Nueva Justicia de la ANM que confirmó la información, pero declinó profundizar en el tema, aduciendo que las vías institucionales son las encargadas de resolver los procesos disciplinarios.
En una reciente entrevista que Carroza ofreció a La Semana Jurídica y ante la pregunta de cuáles serían los objetivos centrales de su gestión, respondió:
– Realizar acciones destinadas a entregar conocimiento claro a la ciudadanía de que nosotros estamos dentro de la sociedad y somos una institución creíble, que hace un trabajo serio, responsable; colocarnos en el lugar en que debemos estar siempre y que nos corresponde como Poder Judicial. Asimismo, conseguir que nuestros magistrados tengan la dignidad suficiente y sean considerados por la ciudadanía como autoridad. Creo que, por una u otra razón, hemos ido perdiendo dentro de la ciudadanía en sentido de nuestro trabajo. Este deterioro nace de un descrédito permanente, de situaciones forzadas, en que la ciudadanía se crea una percepción equivocada. Entonces, nosotros queremos tener una relación directa con la sociedad para revertir esa situación.
El ministro Mario Carroza sustancia actualmente el proceso por la desaparición de cinco militantes del FPMR en 1987.
En 2005 fue sancionado, aunque luego la Suprema modificó su decisión, por haber objetado los plazos impuestos por el máximo tribunal para el cierre de los procesos por violaciones de los derechos humanos.
Su carrera comenzó en 1977, cuando Mario Carroza ingresó al Poder Judicial como funcionario del 11° Juzgado del Crimen de Santiago. En 1979 fue secretario del Juzgado de Cauquenes. En 1984, juez de Puente Alto. En 1987, relator de la Corte de Apelaciones de San Miguel. En 1989, juez del 11° Juzgado del Crimen de San Miguel. En 1990, fue juez del Primer Juzgado del Crimen de Santiago y desde 1992 es juez del Sexto Juzgado Civil de Santiago. Además de su carrera judicial, es profesor en la Escuela de Carabineros. En 1998 viajó a Alemania, invitado a conocer la reforma procesal penal que opera en ese país europeo.
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