Ministra del Medio Ambiente encabezó cita en que se plazo perentorio al gerente de la firma para presentar medidas que eviten un tercer »accidente» en Licancel, tras el vertimiento el lunes de 50 mil litros de líquidos contaminados en medio de prohibición de funcionamiento.
La ministra del Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, exigió este lunes al gerente del área de Celulosa de Arauco, Jorge Garham, un plan de contingencia para enfrentar nuevos derrames que podrían ser provocados por precipitaciones de hasta 80 milímetros que se han anunciado para la Región del Maule esta semana.
El temor de la autoridad radica en que las piscinas de decantación de la planta Licancel de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) están a su máxima capacidad y podrían rebalsarse con las lluvias, llegando nuevamente los residuos industriales líquidos a provocar estragos al río Mataquito.
La madrugada del lunes la empresa vertió 50 mil litros de residuos a medio tratar al curso de agua -aparentemente por la rotura de una cañería-, generando la indignación del Gobierno, el cual calificó el hecho de "grave", recién la semana pasada se produjo otro que causó la muerte de cientos de peces, según confirman informes preliminares.
La reunión con Garham, quien justamente había llegado a intervenir la planta para que no volviera a suceder accidentes, fue encabezada por Uriarte y participaron el intendente Alexis Sepúlveda, la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) regional, el Servicio de Salud, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) y la Oficina Regional del Emergencia (Oremi).
La ministra dio un plazo fatal de dos horas al ejecutivo de Celco para que presentara las alternativas que existen para controlar un derrame, el cual expiraba a las 22 horas de ayer, ya que Garham le había dicho que no tenían contemplado enfrentar dicho escenario.
La situación es compleja si se considera que la firma tiene la prohibición de funcionar hasta el mes entrante y este lunes se autoimpuso el cierre indefinido de la planta hasta mejorar el sistema de tratamiento de riles, optimización que se podría haber sido realizado de una vez el año pasado.
Celco había considerado innecesaria mejor tecnología
Efectivamente, en 2006 y vía Declaración de Impacto Ambiental (DIA) la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) aprobó la instalación de un sistema de tratamiento secundario de residuos de Licancel y no uno terciario como poseen las otras plantas de la firma: Nueva Aldea y Valdivia.
Pese a la inquietud y consultas de los servicios públicos en la oportunidad, en orden a por qué no se instalaba un mecanismo similar al que operaban en las otras plantas, explicaron que este último sistema sólo mejoraba el color de los riles, pero no tenía ninguna otra utilidad mayor.
"El color no es un parámetro que se mida o controle en las plantas de celulosa, por ejemplo, en Escandinava y Europa. normalmente este parámetro no es regulado por la legislación de dichos países", explicó Celco en la adenda de la DIA.
Además, argumentaron que los factores de dilución "entre los ríos Itata, Cruces y Mataquito son de 0, 5 y 15.5, respectivamente, lo cual significa que el efluente de la planta Licancel se diluye más de 15 veces. Ello se refleja directamente en la rapidez con que se recuperan las características del río".
Incluso, el propio gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de la firma, Charles Kimber, reconoció el pasado de 13 de junio a El Mostrador.cl que tras las innovaciones del año pasado, no veían necesaria la necesidad de incorporar mejoras en el sistema de tratamiento de efluentes.
"No vemos que hayan inversiones adicionales que hacer en lo que es el tratamiento de las aguas de la planta. Hay que recordar que el evento que hemos declarado es con respecto a las anomalías en el proceso de puesta en marcha (tras un período de mantención), no tiene nada que ver con lo que sería la operación normal de la planta de celulosa", dijo en la oportunidad.
"Esta es una planta, si bien se construyó el año 1992, cuenta con tecnología reciente, no es de la misma tecnología de Nueva Aldea y Valdivia, sin embargo, cumple muy bien con su performance ambiental y lo que ha sucedido ahora es una mala práctica en la puesta en marcha", agregó entonces.
Destrucción de ductos
Paralelamente a las medidas de contingencia adoptadas por la ministra, la Dirección General de Aguas (DGA) le confirmó al diputado DC por la zona, Roberto León que destruirá los ductos clandestinos que fueron descubiertos en la primera inspección que se realizó a la planta.
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