El Mostrador.cl accedió al expediente judicial en el que aparecen antecedentes como contradicciones entre los militares a cargo de la búsqueda que permiten al organismo tener la convicción de que los ex oficiales Julio Acosta y Walter Soto fueron los autores de las muertes de Magni y Pellegrin. El ministro de Rancagua Raúl Mera deberá resolver.
El Comité Penal del Consejo de Defensa del Estado (CDE) es un órgano de paciencias largas y voluntad de hierro. Por eso, el pasado jueves resolvió pedir la reapertura del proceso por homicidio calificado de los frentistas Cecilia Magni y Raúl Pellegrin -asesinados tras el atentado al retén de Los Queñes en 1988- y pedir el procesamiento de los oficiales de Carabineros Walter Soto Medina y Julio Acosta, en calidad de autores de las muertes.
La presentación del CDE ya ingresó a la Corte de Apelaciones de Rancagua, cuyo ministro en visita Raúl Mera ha rechazado encausar a los ex oficiales policiales en dos oportunidades pese a que, según el CDE, existen antecedentes múltiples, precisos y concordantes que revelan la responsabilidad de ambos ex uniformados.
Dichos y contradichos
El Mostrador.cl accedió al proceso judicial que ha sustanciado Mera, donde se revelan los hechos que permiten al organismo sostener el escrito. Entre ellos, las contradicciones que existen entre los carabineros que han declarado, los informes tanatológicos que aseguran que Magni y Pellegrin murieron por acción de terceros y que no pudieron haber sido más que Soto Medina y Acosta, ya que ambos dirigían la búsqueda.
Asimismo, la causa entrega un dato hasta ahora desconocido: Magni y Pellegrin efectivamente habrían sido detenidos por los policías. ¿La pista? Una contradicción entre el entonces capitán del GOPE Lorenzo González Cabezas y Juan Rivera Iratchet, respecto a un rollo fotográfico que portaba la mujer.
Los hechos que se investigan ocurrieron luego que Magni y Pellegrin con un comando del FPMR atentara contra el retén de Los Queñes. Los frentistas se ocultaron en la comunidad Hueñi, donde permanecieron hasta el 27 de octubre.
Ese mismo día, al percatarse de que habían sido descubiertos, huyeron con dirección contraria al río Tinguiririca. Tras de ellos un enorme operativo policial que comprendió al GOPE, Dipolcar, la misma dotación de la Séptima Región, entre otras unidades.
Según los cuidadores de las cabañas donde estaban los frentistas, Félix Ugalde y su mujer Florentina Becerra, Magni y Pellegrin sólo le llevaban pocos minutos -cerca de diez- al operativo policial, que contaba incluso con apoyo de tres helicópteros y perros entrenados. En total, un contingente de casi 100 personas.
Punto focal
Es allí donde la contradicción de los distintos oficiales que declaran en el proceso comienza a tornarse poco verosímil respecto a la lógica investigativa que hasta ahora ha llevado el propio ministro Mera, confirmada por los magistrados de la Corte de Rancagua.
Si hubo una acción de terceras personas en la muerte de Magni y Pellegrin y fueron sólo equipos de Carabineros los que estuvieron detrás en la búsqueda y persecución con vasto apoyo aéreo y terrestre; si sólo hubo minutos de diferencia entre la huida de los frentistas y la llegada del contingente, resulta difícil que los subversivos hayan podido escapar, burlando el cerco policial.
Por esta razón el rollo fotográfico que supuestamente halló carabineros escondido detrás de un arbusto en un bolso que llevaba Magni, cuando huía de sus captores, despertó las sospechas del CDE, como también en los detectives de la Brigada de Derechos Humanos y Asuntos Especiales que tramitaron el caso.
Así, González Cabezas, en un documento que aparece a fojas 560 y 561 del proceso, asegura que este rollo fotográfico fue obtenido en la revisión que se hizo a la casa donde estaban escondidos los frentistas, lo que se contradice con Rivera Iratchet, quien en un parte enviado a la Fiscalía Militar de la época asegura que fue hallado en un bolso detrás de un arbusto.
Fue así como González Cabezas, a fojas 1.358 del expediente entregó una versión que los querellantes y los detectives no creyeron. En su testimonio, aseguró que debido al "desorden administrativo" que había en la zona, anotó todas los hechos que sucedieron en una libreta propia y que la discrepancia con el mencionado informe era sólo genérica.
Derretimiento
Las tesis respecto a la huida de los frentistas se van deshaciendo en el expediente, dejando como única explicación que fueron detenidos por carabineros y lanzados al río Tinguiririca en otra zona distinta por la que huyeron, máxime cuando los informes de los tanatólogos María San Martín, de fojas 156, Alberto Teke y Carmen Cerda confirman que las lesiones mortales fueron hechas en vida.
Finalmente, existe un informe sociopolítico realizado por el académico Ricardo Israel, quien haciendo una descripción del contexto histórico de la época, deja claro que los carabineros imputados tienen al menos algo que esconder.
Ahora habrá que ver qué resuelve el ministro Mera con esta nueva presentación. De lo contrario, el crimen de Magni y Pellegrin quedará impune.