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Mariano Ruiz-Esquide: «Ojalá nos callemos pronto y terminemos con esto»

Senador se manifiesta preocupado por la situación interna de la DC. Apuntando a todas las corrientes, señala que »se ha perdido incluso el sentido de grupo para que cada uno actúe en forma personal, creyendo que tiene toda la verdad y ese virus de intolerancia personal, se traduce en intolerancia grupal».


«Tolerancia». Esa es la palabra clave que a juicio del senador DC Mariano Ruiz-Esquide debe ocupar su partido para rearmar las confianzas internas, frente al difícil momento por el que atraviesa, cuando está en manos del Tribunal Supremo de la colectividad la situación de su par por Aisén, Adolfo Zaldívar.



De acuerdo a Ruiz-Esquide «todos, de una u otra manera en la DC, queremos que el Tribunal falle rápido, lo haga dentro de las normas estatutarias y el buen criterio para encauzar el problema que tenemos y terminarlo».



Si bien el parlamentario recuerda que ésta no es la primera vez que el partido vive una situación como ésta, sí se manifiesta preocupado por el tono que ha tomado la polémica. De hecho, envió a los dirigentes de la Concertación una carta en el que plantea que «debemos acordar treguas».



«También todos estamos de acuerdo en que es necesario aplicar los máximos esfuerzos para no continuar con una permanente ola de declaraciones que más enervan a las demás personas sin aportar nada, sino que es una posición de fuerza inútil que hace daño al partido. Declaraciones como las que salen que para defender la posición de Zaldívar lo único que se hace es encarar la mala forma en que los demás nos comportamos, eso no sólo no ayuda en nada, si no que además es una falta de respeto… estar en una aparente descalificación sólo demuestra que no se tiene como norma el partido. Ojalá nos callemos pronto y terminemos con esto", dijo.



Ruiz-Esquide ha buscado acercar las posiciones al interior de la colectividad y al mismo tiempo tiene en su escritorio una propuesta que no ha presentado hasta ahora "para no enervar la situación" en los partidos y correr el riesgo que se diga que la iniciativa tiene "nombre y apellido". Se trata de la idea de que el legislador que renuncia a una colectividad, pierde su cupo. Al respecto argumenta que la gente no vota sólo por una persona, también lo hace por un partido. Iniciativa que también ha sido planteada por la timonel de la DC, Soledad Alvear.



"Hay declaraciones que son francamente lamentables"



-¿Está de acuerdo con la decisión de la mesa de enviar a Adolfo Zaldívar al TS? Los contrarios a esta decisión plantean que era un tema político que debía ser visto por el Consejo Nacional
-Hay distintas formas de encarar este tipo de materias. Yo sostengo que falta en el partido una tribunal o comité ético, que en su momento existió y lo presidió Jaime Castillo, porque hay temas que son de carácter ético como éste, la forma en que se encara la relación con el resto de la militancia, y este puede ser un caso. Yo siempre he buscado no comentar las resoluciones de la mesa y el Consejo. La mesa lo mandó al tribunal de disciplina, ahora esperamos que funcione bien el tribunal y de una vez por todas termine, con la decisión que se tome, pero eso exige que durante ese tiempo mantengamos silencio, y no tomemos la actitud de defender sobre la base de ofender a los demás. Hay declaraciones que son francamente lamentables, impropias de la DC.



-¿Las declaraciones han provenido de todos los sectores?
-Sí, claro, éste es un llamado a todos. Yo mandé una carta, hice un esfuerzo por llamar a la conciencia de los democratacristianos para mantener la disciplina, para mantener simultáneamente la libertad de conciencia para actuar, el respeto con los demás, y entender que no se logra el acuerdo interno sobre la base de actuar creyendo que sólo uno tiene la verdad.



-¿Cómo evalúa el argumento de Adolfo Zaldívar de que el voto es libre y no corresponden las órdenes de partido?
-El voto es libre, así es, entramos en un partido donde la disciplina es por consenso, pero también existe otro factor que es el bien del partido, que a veces requiere cierto ordenamiento interno y cierto juicio para asumir las decisiones de quienes mandan en el partido. Eso también es un bien que hay que proteger. También hay asuntos que son de conciencia absoluta, temas del aborto, bioéticos, de la libertad, etc. Pero también hay resoluciones políticas que exigen que también se tome en consideración cierta disciplina, porque de otra manera los partidos se vuelven absolutamente inútiles, terminan siendo un grupo de personas sin orden, respetando siempre la libertad. En eso consiste el bien común del partido, la ciencia de conciliar la libertad con la disciplina, el bien común del partido con la libertad de conciencia, el que está en un partido tiene que asumir también que tiene ciertas normas que cumplir. Cuando existe soberbia para entender que sólo yo tengo la razón, tampoco es bueno. Tenemos intolerancia interna.



«Hemos caído en lo peor de las relaciones»



¿Esta tolerancia interna se ve en los dos sectores en disputa al interior de la DC?
-Diría que es un virus que nos ha venido corroyendo a través de muchos años y es un tema de conducta personal, ni siquiera es un tema de grupo, se ha perdido incluso el sentido de grupo para que cada uno actúe en forma personal creyendo que tiene toda la verdad, y ese virus de intolerancia personal, se traduce en intolerancia grupal. Y eso lo lamento muchísimo. Hice el esfuerzo por llamar a la tolerancia interna y hemos caído en lo peor de las relaciones, se han perdido las confianzas, se ha perdido la sabiduría interna para actuar.



Uno puede discrepar, hemos discrepado siempre, llevamos 50 años de partido y hemos tenido siempre la libertad de discrepar, también hemos tenido la libertad y la obligación, y la hemos asumido, de cumplir las obligaciones de disciplina que nos imponen, pero siempre ha sido posible cuando existe tolerancia, cuando existe afecto interno, cuando existe la sensación de que nosotros no somos los únicos que tenemos la verdad. Eso lo vengo planteando hace muchos años, porque veo a través del tiempo como se ha ido deteriorando esa tríada de fraternidad, sentido de unidad y disciplina, y libertad.



-¿Sería tarea de la mesa recomponer la tolerancia?
-De todos. Hay dos elementos que son claros: todo aquel que tenga mayor capacidad de influencia en el partido tiene la mayor obligación de buscar esa tolerancia y ese quehacer distinto. Llámese mesa, llámese senadores, llámese parlamentarios, llámese grupos de gente que tienen influencia en el partido. Nunca en la DC ha servido para mejorar las relaciones el defender a uno atacando a otros. Hay que hacer la defensa levantando la imagen de quien se quiere defender, pero no deteriorando la de los otros. Creo que hay además otro factor que yo he pedido mil veces que se postergue. Lo peor que nos está dañando es la ambición, las posibilidades de poder en el futuro, llámese concretamente la carrera parlamentaria o presidencial. Cuando entra ese tema, es evidente que los debates pierden altura.



-¿Usted se refiere a la competencia entre Soledad Alvear y Adolfo Zaldívar?
-Hay varios precandidatos a la presidencia y también se está desatando entre las próximas elecciones parlamentarias. Mientras la discusión esté subyacente, la lucha presidencial, no vamos a poder resolver las cosas con altura de miras.



-En este contexto ¿no avivó más el fuego enviar a Adolfo Zaldívar al TS?
-Ese es un tema de muy difícil apreciación. Hay razones justificadas por parte de la mesa, hay que reconocerlo, pero también yo podría hacer un análisis en otro sentido. Por eso digo que el tema no es poner en cuestión si es legítimo que se envíe o no al TS, porque eso es un tema de procedimiento dentro del marco político tradicional en nuestro partido. Lo que importa es que el juicio que se emita sea adecuado, sea justo. Hay legítimo derecho en decir que fue un error, pero también cuando la mesa o un consejo envíe a un tribunal de disciplina, existe la obligación de parte del afectado de defenderse. Cuando hay una petición de disciplina no es por causar daño a las personas, o que cualquier persona tenga la libertad de decir «rechazo toda disciplina interna» o que una mesa tenga el criterio permanente de enviar a todo el mundo a la guillotina, que no es el caso.



-¿Cuál es su evaluación del actuar de Adolfo Zaldívar?
-El tiene derecho a reclamar, pero tiene la obligación de aceptar ir al tribunal de disciplina y exigir que el tribunal tenga una lógica y un juicio justo, pero el derecho de ser o no juzgado en el tribunal es de quienes mandan en el partido. Así como él tuvo una manera de hacer las cosas, esta mesa tiene otra, pero hay que respetar la diversidad con que se actúa. Cuando no hay esa fraternidad, no hay esa unidad para discutir, y cuando se discute más por los hechos concretos y personales que por las ideas centrales, el partido se resiente y eso nos está pasando, y lo vamos a pagar carísimo si no paramos esto, independiente de lo que suceda con el Tribunal Supremo y lo que suceda con Zaldívar ahora. Ese es mi llamado interno, angustioso, leal.



-¿Hay riesgo de división interna, que un grupo se vaya del partido?
-No creo. Todos reconocen no tener diferencias ideológicas o doctrinarias, porque también vienen las campañas parlamentarias y nadie quiere meterse en las patas de los caballos porque ¿dónde se van, qué es lo que hacen, qué instancias tienen fuera?



ADEMÁS:



Vea la carta de Ruiz-Esquide a la Concertación



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