En un año y medio, el grupo »Fuerzas Autónomas y Destructivas León Czolgosz» ha reivindicado la autoría de distintos atentados con artefactos incendiarios o explosivos. Entre éstos, se encuentran los que afectaron a la sede de la ANI, La Moneda, la catedral castrense, la sede de Juventud Socialista y la reciente detonación en la embajada británica.
La similitud del modus operandi con el de otros actos de connotación subversiva, motivó al Ministerio Público Oriente a nombrar al fiscal Francisco Jacir para que asuma la investigación del atentado incendiario perpetrado este fin de semana contra de la embajada británica, en Santiago.
El hecho fue reivindicado nuevamente por el grupo anarquista "Fuerzas Autónomas y Destructivas León Czolgosz», que también había asumido la autoría de un ataque incendiario en el frontis de la sede de las Juventudes del Partido Socialista, registrado en abril pasado y que también pesquisa Jacir.
A estos incidentes, se suman otros tres en los que las fiscalías Oriente y Centro Norte no han podido identificar a los responsables de los ilícitos.
Incluso, el Ministerio Público, debido a la connotación de los ataques, ha trabajado en conjunto con el grupo de investigación de elite de Carabineros (OS-9), pero a pesar de ello las pesquisas han sido infructuosas.
El tipo de delito, lo cerrado de este tipo de grupos y su forma de actuar ha impedido la captura de alguno de los implicados o que la policía logre pistas claves en los sitios de los hechos.
En el caso del ataque a la legación diplomática, la Fiscalía se encuentra realizando diversas diligencias, entre ellas, pericias informáticas a los correos electrónicos enviados por el grupo anarquista a distintos medios de comunicación.
En los e-mail, el grupo manifiesta su «solidaridad armada para con las resistencias antiimperialistas que combaten a los cobardes ejércitos de ocupación allí donde el capital busca hincar sus dientes", en directa alusión a las intervenciones armadas en Irak y Afganistán.
Los casos sin resolver
El primero de los ataques ocurrió el 18 de enero del 2006, contra la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI). En esa oportunidad, la bomba explotó en las manos de un trabajador de una empresa de aseo, quien resultó con heridas leves, tras tomar la bolsa de basura en la que se ocultó el artefacto.
En el atentado, el mismo grupo anarquista dejó panfletos con consignas, argumentando que el acto lo habrían realizado con el objetivo de demostrar la vulnerabilidad de las oficinas del servicio de inteligencia estatal.
La causa está en manos del fiscal Centro Norte Francisco Cooper, quien todavía realiza diligencias en torno a la búsqueda de autores materiales del ilícito.
El accionar del grupo "burló" incluso las cámaras de seguridad con las que contaba el recinto, grabaciones que son parte de las evidencias con que cuenta la indagatoria.
En tanto, el 8 de septiembre del 2006, poco después de que en la Catedral Castrense se recordaran a los uniformados fallecidos en el frustrado atentado contra el ex dictador Augusto Pinochet en Cajón del Maipo, explotó un bidón con cinco litros de combustible. El artefacto estalló en las puertas laterales del recinto ubicado en Los Leones con 11 de Septiembre, en Providencia.
Adicionalmente, este grupo también se atribuyó la autoría del ataque con una bomba molotov a uno de los ventanales del Palacio de La Moneda, en una marcha que antecedió la conmemoración del 11 de septiembre de 2006.
En un principio se atribuyó responsabilidad a Jorge Lizama, un joven de 19 años involucrado posteriormente en el ataque al auto de la ministra Gloria Ana Chevesich en las protestas del Día del Joven Combatiente.
Sin embargo, debido a que la Fiscalía no contaba con los antecedentes necesarios, el joven fue exculpado de estos hechos.
No se descarta que las fiscalías Centro Norte y la Oriente, compartan información respecto a las indagatorias en las que se puedan cruzar datos, debido a las similitudes de los ataques.
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