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Informe reafirma lujos en cárceles militares y carencias en otros penales

Ex Penitenciaría sigue siendo mal evaluada, pues persiste el hacinamiento a pesar del masivo traslado de reos al nuevo penal concesionado Santiago I. Jueces advirtieron que ex uniformados procesados y condenados por violaciones a los derechos humanos »gozan de excelentes condiciones de vida, no equiparables con los internos de otros establecimientos».


El último informe sobre el estado de las cárceles, que realiza semestralmente una Comisión la Corte de Apelaciones de Santiago, mantuvo la preocupación en torno a la situación de hacinamiento que viven los 4.700 internos en el Centro de Detención Preventiva (CDP), ex Penitenciaría.



En contraparte, destaca los lujos en las cárceles de Punta Peuco y Cordillera, en los que viven en condiciones de seguridad «relajada» los 31 ex militares procesados y condenados por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar.



La comisión estuvo compuesta por el presidente del tribunal de alzada capitalino Cornelio Villaroel, el ministro Omar Astudillo, la secretaria criminal Silvia Cancino, la jueza de garantía Isabel Pastrán, el magistrado de tribunal oral Robert Orchard y el secretario de la presidencia Matías Franulic.



Además de los recintos mencionados, los miembros del Poder Judicial visitaron entre el 18 de abril y el 22 de junio los penales Colina 1 y Colina 2, el Centro Penitenciario Femenino (CPF), la Cárcel de Alta Seguridad y el centro juvenil "Tiempo Nuevo".



Ex Penitenciaría «repugna la conciencia»



En los oficios, elaborados tras visitas realizadas sin previo aviso, los magistrados manifiestan que describir el estado de las calles y galerías de la ex Penitenciaría como "precario", "insatisfactorio" o "insuficiente", sería adornar una realidad «cuya simple observación repugna la conciencia».



El documento también advierte que las condiciones de seguridad comprometen la integridad de los reclusos, debido a que el personal de Gendarmería se ve superado para hacer frente a riñas de algunos internos.



Mientras la comisión visitó el balcón que da al óvalo, los internos vociferaron respecto a las pésimas condiciones de los servicios higiénicos, situación que también fue constatada por los integrantes de la comitiva.



Con todo, se destacan algunos módulos donde el orden es mejor, así como los esfuerzos de internos por mejorar su calidad de vida, tanto en la participación en escuelas, talleres, actividades religiosas, artísticas, religiosas y deportivas. Además de la remodelación de algunas instalaciones, iniciativa propia de algunos reclusos.



Colina 2: Preocupación por celdas de castigo



En tanto, en el Centro Penal Colina 2, la comisión observó en la administración de seguridad y el orden por parte de Gendarmería está "bien logrado", en un ambiente controlado marcado por el encierro de los internos, quienes carecen de talleres donde desarrollarse en su rehabilitación.



Al igual que en la ex Penitenciaría, los magistrados también detectaron áreas de hacinamiento y pobreza de infraestructura, destacando entre éstas áreas de ingreso que ponen en riesgo la integridad de los efectivos de Gendarmería, en virtud de la peligrosidad de algunos internos.



En cuanto a las condiciones de higiene, la comisión las considera insuficientes, sobre todo en los baños, calificados como "inmundos".



Un tema extremadamente preocupante para la comisión en este recinto fueron las «celdas de castigo». Según los judiciales, aunque sea por motivos de seguridad, la existencia de éstas fue considerada «inaceptable».



En ese sentido, se recomendó a Gendarmería proveer condiciones mínimas en la estadía, mientras se concretan los traslados solicitados, como el interno Tomás Moreno Ulloa, quien dijo llevar más de cuatro meses en celda de castigo y que pidió ser enviado al penal de Valdivia.



Entre los aspectos positivos, la comisión destacó la conducta de internos del módulo 11, que establecieron un modelo de recuperación basado en el estudio y trabajo.



Contracara castrense



Una realidad diametralmente distinta es la que se advirtió en los penales destinados a ex militares, Cordillera y Punta Peuco, donde la comisión constató que los internos »gozan de excelentes condiciones de vida, no equiparables con los internos de otros establecimientos».



Por ejemplo, en el modulo reservado de Punta Peuco se constataron una serie de elementos de lujo, como una sala de living, la calefacción eléctrica al interior de las habitaciones, decoradas como una vivienda acomodada con "muebles de estilo, patio con césped, toldos y juegos".



Similar situación se describe en la Cárcel Cordillera, donde los reclusos se desplazan libremente por las distintas cabañas, cancha y jardines. Según el oficio, "cada interno es como un ‘dueño de casa’, cuyas residencias se encuentran alhajadas y equipadas".



Al momento de la visita, el 21 de junio de este año, en este recinto, sólo convivían siete internos agrupados en cinco cabañas. La nómina la encabeza el ex jefe de la DINA Manuel Contreras, junto con a Miguel Klasnoff, Marcelo Moren Brito, Francisco Ferrer, Pedro Espinoza, Carlos López Tapia y Arturo Alvarez Sgolia.



Cárcel concesionada, la mejor evaluada



Otra realidad es la que también se advirtió en el recién inaugurado recinto concesionado Santiago 1, cuyas condiciones de orden, seguridad e higiene fueron calificadas como óptimas, atendido el diseño del penal, la tecnología implementada y el control efectivo de Gendarmería.



En ese sentido, el informe destacó la participación de la empresa privada en dicha gestión, pues de esta manera se pudo incorporar nuevos criterios de mantención y administración, diferenciándose considerablemente de los demás recintos evaluados.



Otros de penales de adultos visitados fueron el Centro Penitenciario Femenino (CPF), la Cárcel de Alta Seguridad y Colina 1, donde la mayoría fue calificado en seguridad y orden como "aceptable".



Sin embargo, también se detectaron problemas de higiene y hacinamiento, especialmente en el recinto destinado para mujeres, donde más de cien reclusas comparten un mismo dormitorio.



También fue visitado el recinto penal juvenil "Tiempo Nuevo", en el que las condiciones de seguridad fueron evaluadas como "vulnerables", debido a que 151 menores de edad son custodiados sólo por ocho gendarmes.



Además, se expone la humedad en los dormitorios que pueden afectar la salud de los jóvenes, lo que atenta a su dignidad. Por ello, se recomendó incorporar más frazadas a la casa N° 4, que alberga a los internos considerados de mayor peligrosidad, quienes duermen con una sola manta.



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Extravagantes peticiones de algunos internos durante la visita

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