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«La Alianza ha fracasado en generar confianza en la ciudadanía»

Según el representante gremialista, ésta es una de las razones por las que su sector no ha logrado capitalizar la caída del Gobierno y la Concertación en las encuestas. Y eso es algo -subraya- que »no nos queda más que enfrentar». Además, estima que se ha erosionado bastante el capital político la Presidenta Bachelet en su primer año y medio de gestión.


El ex presidente de la UDI, diputado por el distrito 23 de Las Condes, Julio Dittborn, sigue pensando -al igual que Pablo Longueira- que mientras más se demore la UDI en nominar a su abanderado presidencial, menos posibilidades tendrá de competir con Sebastián Piñera, y no pierde las esperanzas de que el senador gremialista por Santiago Oriente recapacite en su determinación de ser uno de los precandidatos del partido.



Por otra parte, tiene una mirada esperanzadora acerca de las próximas elecciones presidenciales, porque a diferencia de lo que pasó en su momento con la Presidenta Michella Bachelet, a quien Ricardo Lagos le heredó una gran popularidad, ahora -dice- ella va a dejar al candidato de la Concertación un gobierno mediocre, lo que haría muy difícil un nuevo triunfo del oficialismo, especula en conversación con EL Mostrador.cl.



-¿Qué le parece que en la última Adimark la gestión de la Presidenta Bachelet haya tenido más rechazo que aprobación
– Ya hace bastantes encuestas de Adimark que la aprobación y desaprobación del Gobierno estaban bastante parejas. Ahora, es cierto que es la primera vez que la desaprobación subió y superó a la aprobación, pero muy levemente, 44,2 contra 41,5 de aprobación. Creo que la tendencia es clara y es que se ha erosionado en forma importante el capital político de la Presidenta en su primer año y medio de Gobierno. Ella partió con una muy alta popularidad, pero la ciudadanía ha percibido su gestión como débil.



-¿Y eso cómo influye en la evaluación del Gobierno?
– Eso ha permitido el nacimiento de muchos conflictos en la sociedad chilena. (La Presidenta) no ha puesto atajo a los principales problemas que la ciudadanía percibe, la delincuencia fundamentalmente, y el tema de esta falta de liderazgo que la ciudadanía le atribuye a la Presidenta por permitir que nazcan todos los días, como callampas, conflictos nuevos. Eso creo que es lo que más le ha penado a ella.



-¿En eso existe también responsabilidad de su gabinete?
– Evidente… No resulta razonable concentrar toda la responsabilidad en la Presidenta, ella efectivamente es la responsable última, pero a mi juicio en la gestión el gabinete también ha tenido tremendas desavenencias que han sido muy evidentes para la opinión pública.



-En ese sentido, en la Alianza se está estudiando una interpelación al ministro Belisario Velasco a raíz del informe del Metro que habría advertido sobre los problemas que provocaría la implementación del Transantiago. ¿En qué va eso?
– Efectivamente, llamó profundamente la atención, en la sesión especial de la Cámara sobre el Transantiago, la contradicción en que cayó el ministro que había dicho que la Presidenta había conocido el informe sobre que el Transantiago no debía implementarse porque no estaba listo para ello. Después dijo que la Presidenta no lo había conocido. Entonces, a partir de esta contradicción o mentira ha nacido la inquietud en muchos diputados de preguntar más a fondo al jefe de gabinete qué pasó, por qué el Gobierno fue capaz de llegar a implementar un sistema de transporte público sobre el que, al parecer, existe demasiada evidencia de que no estaba listo para ponerse en marcha. Existen demasiados elementos de juicio que le hacen a uno preguntarse cómo el jefe de gabinete -que según entiendo en lo personal también tenía una opinión contraria a implementarlo- finalmente cede a las presiones y se implementa este sistema, cuáles fueron esas presiones. Por qué fueron tan potentes que permitieron sobrepasar a este informe, a la opinión de (Germán) Correa, a la opinión de la misma Presidenta que dijo que ella tenía una intuición de que esto no estaba listo.



-¿De qué depende que se concrete esta interpelación?
– De nosotros mismos, porque la Alianza tiene los votos suficientes para pedirla.



-¿A qué atribuye que, pese a la baja del Gobierno, la Alianza no capitalice eso? Este es un tema que preocupa bastante en la Alianza.
– Evidente. Yo creo que no nos queda más que enfrentar la realidad y asumir que, de alguna, manera, la Alianza ha fracasado en generar una confianza tal en la ciudadanía que le permita capitalizar el descontento que tiene con el Gobierno actual. Creo que es evidente que eso es así.



-¿Cómo se supera eso?
– Siendo cierto que nosotros no hemos logrado capitalizar en las encuestas el descontento, tengo sí un poco más de optimismo al momento de la votación. Creo que al momento de votar, mucha gente que cuando se le pregunta no confía en ningún político, al momento de votar alguna de esa gente vaya finalmente a decir ‘voy a hacer una rayita para hacer un cambio’. Obviamente no todos, pero una parte sí. Porque es distinto el acto de enfrentarse a votar que el acto de enfrentarse a una encuesta, porque en ellas muchas veces uno puede, en forma un poco ligera, decir ‘me cargan todos los políticos, no voy a votar por ninguno’. Ese impulso, que es muy cierto en el caso de una encuesta, al momento de votar cambia porque la gente es mucho más reflexiva.



-¿Ve más probable ahora que en la pasada presidencial que la Alianza llegue a La Moneda?
– Lo veo más probable por una razón muy sencilla. Porque (Ricardo) Lagos, habiendo no sido a mi juicio un gran Presidente y habiendo hecho muchas cosas mal como se ha visto en estos años posteriores -inauguraciones que no correspondían-, fue un gran marketero, y algunas cosas, no lo voy a negar, las hizo bien; él tuvo la capacidad de transmitirle a la ciudadanía un gran éxito en su gobierno, cosa que se ha ido desmoronando, como por lo demás lo dicen las encuestas. Entonces, era muy difícil ganarle al candidato de la Concertación post Lagos. Porque de alguna manera ese candidato, la Presidenta Bachelet, heredó de Lagos la sensación de que el país estaba muy bien y que Lagos lo había hecho muy bien. En cambio, la percepción que existe ahora -y la encuesta Adimark lo confirma- es que la Presidenta ha tenido un desprestigio importante en su liderazgo y, por lo tanto, el próximo presidente de la Concertación va a heredar un gobierno mediocre.



-De alguna manera, ¿el Gobierno le está haciendo la pega a la Alianza?
– Evidente, aunque las encuestas no lo digan, porque estas dicen que la Alianza y la Concertación tienen casi el mismo rechazo. Ahí no se produce un trasvasije de voluntades, pero tengo la esperanza de que cuando llegue la gente a votar, en un cato más reflexivo, al menos una parte nos dé el criterio de la duda y nos dé su confianza.



Candidato presidencial UDI: "Tenemos suficiente donde elegir"



-¿En esa línea cree que la UDI debe insistir en llevar candidato o que debe reflexionar en la posibilidad de sumarse a Sebastián Piñera dada su buena posición en las encuestas?
– En el consejo directivo ampliado yo fui de la opinión de que la UDI tuviera un candidato, porque me parecía que si la UDI quería competir dentro de la Alianza debía hacerlo ya. De no hacerlo en ese minuto con el tiempo se le iba hacer más difícil a la UDI levantar uno. Porque a esta altura que la UDI levante un candidato, la gente de nuestro sector lo ve casi como un afán personalista de la UDI, como un acto de ambición, como un acto para perjudicar al candidato de la Alianza que está mejor situado. Así lo ve la gente en la calle. Entonces, dicen ‘oiga diputado ustedes ya tuvieron a Lavín, ahora déjenle el paso a Piñera, no lo molesten’.



-¿Pero cómo lo ve usted?
– Yo creo que esa sensación que existía poco en el último consejo directivo ampliado se ha acentuado con el tiempo y creo que se va a seguir acentuando a medida que avancemos. Y si en las elecciones municipales nos va bien, pero no tanto, nos va razonable -que es lo que yo creo que va a ocurrir- más difícil le va a resultar a la UDI con posterioridad a esa elección levantar un candidato. Entonces, yo creo que fue un error -así lo hice ver en su momento-, pero bueno ese error ya lo cometimos y ojalá la UDI en algún minuto tenga la fuerza para levantar un candidato propio que sea competitivo.



-¿Cree que están dadas las condiciones para eso?
– Creo que sí. La UDI es un partido importante, tiene mucha gente muy capacitada y espero que así sea.



-Aunque el senador Hernán Larraín insiste en que no es candidato, es la figura que más se acerca a eso en este momento. ¿Qué le parece?
– Tengo la mejor opinión de Hernán Larraín como persona, como político, como ser humano. Así que creo que sería un tremendo presidente, ahora, habría que ver si esta sensación mía también la tiene la mayoría del país. Porque para ser un candidato con posibilidades, lamentablemente, no bastan las condiciones personales, sino también hay que tener un apoyo importante en la población. Ese apoyo todavía no ha aparecido en las encuestas, en forma maciza, para Hernán. Ojalá aparezca, porque evidentemente el país tendría, estoy seguro, un hombre espectacular en la primera magistratura.



-A parte del senador Larraín.¿La UDI tiene más liderazgos que potenciar?
– Sí. La UDI tiene evidentemente a Pablo Longueira que es un candidato, a mi juicio, muy potente. Tiene también a Evelyn Matthei, como una posibilidad evidente. Así que con esos tres ya tenemos suficiente de donde elegir.



-Él senador Longueira se bajó y dice que su decisión es sin elástico.
– Así fue. Ojalá Pablo pudiera revertir esa decisión. Yo no soy el llamado a decir por él si la va a mantener o no, pero creo que es un buen nombre.

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