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Nicolás Ibáñez ganó juicio ético contra estudio jurídico Grasty y Compañía

Consejo del Colegio de Abogados notificó al profesional Jorge Gompertz de que su comportamiento se apartó de los lineamientos del órgano gremial. El castigo será publicado, además, en la revista que imprime la institución. Así termina uno de los capítulos de un juicio de nulidad entre uno de los propietarios del Líder y su ex mujer María Varela.


El empresario Nicolás Ibáñez se salió con la suya. El Consejo del Colegio de Abogados dictó una sanción ética de dos meses de suspensión en contra del profesional Jorge Gompertz, que representa a su ex mujer María Varela, y publicará el dictamen en la revista del organismo gremial.



La batalla ganada por Ibáñez ha sido una de las disputas más comentadas en el círculo de abogados, como también en los pasillos del palacio de tribunales. Y esto porque se trató de una pelea entre "perros grandes", como señala el aforismo político.



Básicamente, el problema de fondo se produce en el contexto de un juicio de nulidad matrimonial entre Ibáñez y Varela, y que tiene de por medio varios millones de dólares.



El empresario nunca ha querido revelar su fortuna exacta, para evitar así no pagar una cifra millonaria en caso de perder el juicio. Por esta razón es que Gompertz, en la búsqueda de esa información, llegó incluso a enviar cartas al directorio de la firma con tal de obtenerla. Fue este hecho el que desató la ira del dueño de supermercados Líder.



Gompertz es miembro del estudio Grasty, mientras que el representante de Ibáñez es el abogado Carlos Balbontín, puntilloso profesional que representa a los bancos.



El triunfo de Balbontín, quizás, se parece al que tuvo durante el régimen militar con el ex auditor del Ejército Fernando Torres Silva. Este último quería revisar las cuentas del Banco del Trabajo, porque a su juicio allí estaba "el dinero de los terroristas". Balbontín se la hizo fácil. Sólo le pasó las llaves. Cuando Torres Silva vio que se trataba de millones de papeles, gruñó, dio media vuelta y se fue.



Básicamente, la ex mujer de Ibáñez reclama mayor cantidad de dinero como compensación por los años en que estuvieron casados y ha buscado una serie de fórmulas para conocer el verdadero capital del poderoso hombre de negocios. Para ello, ha solicitado datos a través del tribunal y hace algunas semanas a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).



Ahí comenzaron los problemas. Según alega Ibáñez ante el Colegio de Abogados, la actuación del representante de su ex esposa ha sobrepasado los límites éticos, porque en el intento de obtener información sobre el patrimonio del hombre fuerte de los supermercados Líder, se enviaron cartas al directorio y la gerencia de la empresa. Esto derivó en que otras personas, ajenas al pleito, se enteraran del asunto.



Uno de los miembros del consejo que se inhabilitó desde que se inició la vista de esta causa, fue el presidente de la entidad, Enrique Barros Bourié. Este último incluso ha integrado el directorio de D y S y mantiene una carcenía con Ibáñez.



Il amore, il amore



La historia de desavenencias matrimoniales de Ibáñez, nieto de Adolfo Ibáñez -creador de la Escuela de Negocios de Valparaíso, que dio paso a la universidad que lleva su nombre-, se inició en noviembre de 1999. En esa fecha, se concretó la separación de hecho. Una cuestión que no tendría de particular salvo porque en agosto de 2000, Varela denunció a los tribunales que era víctima de violencia intrafamiliar.



La información provocó impacto cuando ese mismo año La Nación Domingo reveló los detalles del proceso. Ibáñez negó las imputaciones y en diciembre de ese año la mujer retiró la acción legal.



Sin embargo, los acuerdos entre ambos han tenido varios traspiés desde entonces y aún permanece en acuerdo en la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago la solicitud de nulidad, que había sido previamente rechazada por un tribunal civil.



En ese contexto, Ibáñez tiene dos chances. Si la Corte rechaza su apelación, podría optar al divorcio, pero con la nueva legislación deberá compensar a su ex esposa por el menoscabo económico que le provocó la separación. Nada fácil para un hombre cuya fortuna asciende a varios millones de dólares. Así, la suerte está echada.

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